martes, 28 de mayo de 2013

El denario y el sistema monetario romano en el siglo II a.C.


anverso del primer denario romanoreverso del primer denario romano

Uno de los primeros denarios acuñado en 211 a.C. Crawford 44/5

La reconstrucción de la historia monetaria del primer período del denario es sumamente compleja y muy debatida entre los especialistas. Nuestra principal fuente de información son las monedas mismas y algunas alusiones pasajeras en autores muy posteriores sobre los montos obtenidos como botín o repartidos como donativos o pagos de diversos gastos del Estado. Los estudios fundamentales siguen siendo los de Michael Crawford, que han determinado, por lo menos a grandes rasgos, la cronología de las diferentes emisiones del período.

La exitosa expansión romana en la primera mitad del siglo II a.C. puso a disposición del Estado romano ingentes recursos económicos producto del botín obtenido en las guerras de conquista, de la explotación de las minas de plata en Hispania y de la tributación impuesta sobre los nuevos dominios. La información disponible indica que en este período el tesoro romano recibió plata por valor de unos 620 millones de denarios y oro por unos 20 millones. A pesar de este enorme flujo de metales preciosos, el Estado romano produjo en estas décadas moneda de forma muy irregular, de acuerdo a las necesidades de financiamiento de cada año.
Anverso As romano Janoreverso as romano republicano

AE As 189-180 a.C. Crawford 141/2

La creciente riqueza permitió concentrar la producción de monedas de plata casi exclusivamente en el denario. Ya a fines del siglo III a.C. dejaron de acuñarse, salvo raras excepciones, sus fracciones. Los victoriatos, a su vez, fueron discontinuados aproximadamente en el 170 a.C. En los primeros años tras su introducción, el denario fue acuñado con un peso teórico de 1/72 de la libra romana (4,5 gr.). Sin embargo, perdió peso rápidamente y a principios del siglo II a.C. se lo acuñó en pesos variables entre 1/76 y 1/80 de la libra romana. Finalmente, en el año 187 a.C. se fijó un nuevo estándar más liviano de 1/84 (poco más de 3,9 gr.), que se mantendría inalterado hasta el reinado de Nerón en el siglo I d.C.

Para acompañar a los denarios se acuñaron asses de bronce y sus fracciones en enormes cantidades. El estándar sextanal (1/6 de la libra romana) se fue relajando paulatinamente y se los acuñó con pesos por debajo del mismo. Las monedas de bronce eran presumiblemente muy demandadas para permitir la realización de los intercambios cotidianos en una economía cada vez más monetarizada y con una población creciente. Además de ello, los grandes volúmenes de emisión hacen pensar que por lo menos hasta pasada la mitad del siglo II a.C. se siguió pagando a las tropas con piezas de bronce.
Denario de P. Maenius Antiacus
AR Denario de P. Maenius Antiacus M.f. 132 a.C. (19mm, 3.90 g, 3h). Busto de Roma con Yelmo y marca de valor detrás / Victoria conduciendo una cuadriga. Crawford 249/1 - cngcoins

Las monedas de bronce circulaban por mucho tiempo y sufrían el consecuente desgaste. El valor de cada ejemplar se descontaba según el peso perdido. A partir del 141 a.C. se dejó de acuñar asses y se retarifó el denario, pasando de 10 a valer 16 asses, pero sin alterar su peso o características. La medida no hacía, seguramente, más que reconocer la tasa de cambio vigente en ese momento en el mercado como consecuencia de la sobreabundancia de asses, la mayoría de ellos muy gastados por su largo uso.

A partir de este momento, el pago a los legionarios pasó a realizarse exclusivamente en denarios, que comenzaron a acuñarse en volúmenes enormes para hacer frente a los gastos militares y a los proyectos de construcciones del Estado romano. De esta manera, el denario llegó en poco tiempo a convertirse en la principal moneda del mundo mediterráneo desplazando a las pocas competidoras restantes.

jueves, 23 de mayo de 2013

Andrew Burnett – La moneda en el mundo romano

Andrew Burnett Coinage in the Roman World
Completando la bibliografía para mi proyecto de libro sobre la historia de la moneda romana, ha llegado hace unas semanas a mis manos el excelente libro de Andrew Burnett, Coinage in the Roman World. Publicado por Spink originalmente en 1987, fue reimpreso en 2010.

Ofrece, sin duda, uno de los mejores panoramas generales sobre el desarrollo y uso de la moneda en el mundo romano, desde el siglo III a.C. hasta la desintegración del Imperio en el siglo V de nuestra era. El enfoque es claramente histórico, colocando el énfasis en la interpretación general de las monedas en sus contextos económicos y sociales antes que en la descripción de los tipos.

El libro está dividido en cuatro grandes secciones cronológicas que analizan en forma sincrónica los principales períodos de la historia de Roma: el período inicial de la moneda romana en el siglo III a.C.; el período del denario del 250 a.C. al 250 d.C.; el Bajo Imperio del 250 al 400 d.C.; el final de la moneda romana en el oeste durante el siglo V d.C. El estilo es claro y sencillo pero sin sacrificar profundidad en la argumentación.

Los capítulos de cada sección describen en detalle la organización de las cecas y el control de la moneda, la historia monetaria de cada período, la relación de la moneda y la inflación y el uso de los diseños monetarios como medios de propaganda. Una característica especial es la integración de las acuñaciones de las provincias orientales en la discusión del imperio en su conjunto.

La edición es económica pero cuidada. Las 168 páginas del texto vienen acompañadas de 24 láminas y de numerosas figuras y mapas que complementan y enriquecen las explicaciones. En síntesis, otra pieza imprescindible para la biblioteca del coleccionista.

lunes, 20 de mayo de 2013

Monedas republicanas alcanzan valores extraordinarios en las últimas subastas de Ars Classica

Hace poco más de un mes comentaba en una entrada de este blog las espectaculares monedas incluidas en las subastas 70, 71 y 72 de la casa numismática suiza Ars Classica. Las subastas se realizaron la semana pasada con gran éxito, particularmente la número 70 de monedas republicanas, en la que algunas de las piezas más interesantes alcanzaron valores excepcionales, varias veces superiores a los estimados. Aquí podemos ver el top five:


1 –- Áureo 8,04 g., ceca móvil con Labieno en Asia Menor. Anv.  Q LABIENVS•- PARTHICVS IMP busto de Labieno Rev. caballo parto con brida y silla.
Precio estimado 400.000 CHF
Precio realizado 800.000 CHF

2 - Denario AR 3,60 g., ceca móvil con Bruto en el norte de Grecia alrededor del año 43-42 a.C. Anv. BRVT IMP L • PLAET. Rev. EID • MAR Píleo entre dos puñales.
Precio estimado 75.000 CHF
Precio realizado 300.000 CHF
3 - Áureo, Tarraco (?) Enero-abril 69, AV 7,23 g. A VITELLIVS GERMANICVS IMP AVG busto laureado de Vitelio. Rev. Clementia IMP - GERMANICI Clementia sentada sosteniendo rama y cetro.
Precio estimado 50.000 CHF
Precio realizado 240.000 CHF
4 - Áureo 42 a.C., AV 8,07 g. Anv. C CAESAR - III VIR • R • P.Busto de Octaviano. Rev. L • REGVLVS - III VIR • • A • P • F r Eneas llevando a Anquises sobre los hombros.
Precio estimado 80.000 CHF
Precio realizado 220.000 CHF
5 - Áureo ceca móvil con Sulla 84-83, AV 10,76 g. L • SVLLA busto de Venus con diadema, cupido de pie y rama de palmera. Rev. IMPER Jarro y lituus entre dos trofeos, en exergo ITERVM.
Precio estimado 150.000 CHF
Precio realizado 205.000 CHF

viernes, 17 de mayo de 2013

La introducción del denario


anverso del primer denario romanoreverso del primer denario romano
Uno de los primeros denarios acuñado en 211 a.C. Crawford 44/5

Si hay una moneda cuyo nombre se asocia en forma inseparable con la historia de Roma y su imperio, es el denario. Por un período de casi 500 años el denario formaría la espina dorsal del sistema monetario romano y sería la verdadera divisa del mundo mediterráneo, el “dólar” del mundo antiguo. Si bien el denario es ampliamente conocido aun entre aquellos que no tienen un interés especial por la numismática o la historia romana, las circunstancias de su origen en medio de una de las crisis más traumáticas de Roma en toda su historia es poco conocida.

Un parto traumático


Las aplastantes derrotas en la fase inicial de la Segunda Guerra Púnica forzaron al Estado Romano a realizar una profunda movilización de los recursos demográficos y económicos disponibles para continuar con el esfuerzo militar. La falta de metal para acuñar las sumas demandadas por el financiamiento de las operaciones hizo necesario recurrir a empréstitos de los ciudadanos y devaluar las monedas de plata acuñadas hasta entonces, el quadrigatus y el didracma. Mientras que antes del conflicto se las había acuñado con muy alta pureza (98%), en los años que siguieron a las grandes derrotas frente al ejército de Aníbal, su ley llegó a ser menor al 40 %. También se recurrió a una considerable reducción en el estándar de peso de las monedas de bronce.
Quinario - 211 a.C. Crawford 44/6 anverso Quinario - 211 a.C. Crawford 44/6 reverso
Quinario - 211 a.C. Crawford 44/6

El deterioro de la moneda alcanzó tal dimensión que llevó a un verdadero colapso del sistema monetario arcaico de Roma, haciendo necesario un nuevo comienzo. El momento preciso de la introducción del nuevo sistema fue por largo tiempo muy debatido por los especialistas, pero en las últimas décadas la acumulación de nueva evidencia arqueológica ha permitido establecer con un considerable grado de certeza la fecha del 211 a.C. (propuesta por Crawford). Lo que sabemos del curso de la guerra refuerza esta datación, pues sólo en ese año las ingentes riquezas obtenidas del saqueo de la ciudad de Siracusa en Sicilia generaron los recursos necesarios para poner en marcha el ambicioso nuevo sistema.

El nuevo sistema monetario


Los diferentes elementos de que se había compuesto el sistema monetario arcaico fueron abandonados en favor de un esquema mucho más uniforme en el que la plata desplazó al bronce como metal principal y se recurrió sólo a piezas acuñadas. El cambio más importante fue la introducción tres nuevas denominaciones en plata de alta pureza de valor superior al As. En primer lugar, el denario, con un valor de 10 asses (señalado por una X en el anverso) y un peso de aproximadamente 4,5 gramos. En segundo lugar, el quinario, con un valor de 5 asses (señalado por una V en el anverso) y un peso de algo más de 2 gramos. Finalmente, el sestercio, con un valor de dos asses y medio (señalado por las letras IIS en el anverso) y un peso de algo más de un gramo. Todas estas piezas presentan en el anverso la cabeza de Roma y en el reverso a los dioscuros cabalgando con sus capas al viento, inconfundibles alusiones a la confianza de los romanos en la victoria. Al mismo tiempo, se redujo el peso del As y sus fracciones y se comenzó a acuñar también estas piezas.

Victoriato - 211 a.C. - Crawford 44/1 - anverso Victoriato - 211 a.C. - Crawford 44/1 reverso
Victoriato - 211 a.C. - Crawford 44/1

Al mismo tiempo que se introdujo el nuevo sistema comenzó a acuñarse una pieza con características particulares, conocida, por el motivo de reverso –Victoria colocando una corona sobre un trofeo militar-, como “victoriato”. Se trataba claramente de una pieza excepcional que no formaba parte de la nueva estructura de denominaciones conformada en torno al denario, del que se diferenciaba, además de por su tipología, por la ausencia de marcas de valor y por su bajo contenido de plata (de sólo alrededor del 80%). El victoriato fue acuñado en grandes cantidades y la evidencia arqueológica prueba que circuló principalmente en el sur de Italia y Sicilia, por lo que se considera generalmente que fue utilizado inicialmente para pagar a las tropas activas en esos teatros de guerra. Este hecho, unido al de que su peso equivalía a una dracma, hace pensar que fuera una acuñación destinada principalmente para ser usada en las regiones que contaban con una tradición monetaria griega.

El nuevo sistema incluyó también en un principio una serie de monedas de oro. Se acuñaron en tres pesos distintos con valores estipulados en 60, 40 y 20 asses. En el anverso de las tres vemos el rostro guerrero de Marte con un yelmo corintio y en el reverso una imponente águila con las alas desplegadas posada sobre el rayo de Júpiter. El mensaje aquí es de confianza en la victoria. Estas monedas de oro fueron acuñadas sólo hasta el año 208 a.C. quedando a partir de ese momento conformado el clásico sistema monetario bimetálico de la república tardía.

La introducción de las nuevas monedas fue acompañada de la desmonetización no sólo de todas las piezas antiguas producidas por Roma sino también de todas las monedas itálicas y sicilianas, que fueron fundidas y reacuñadas en las nuevas denominaciones. Para llevar a cabo este ambicioso plan se establecieron cecas en distintas partes de Italia, Sicilia, Cerdeña y España. Las razones de esta medida son debatidas en la historiografía pero, en mi opinión, perseguía como objetivo una rápida aceptación de las nuevas monedas al eliminar a toda posible competencia. Ello habría sido particularmente importante para favorecer la aceptación del victoriato, que presentaba una calidad sensiblemente inferior a las demás monedas acuñadas por Roma. La desaparición de los viejos circulantes, la calidad del denario y la creciente influencia política y militar de Roma le garantizaron a la nueva moneda un rápido éxito, transformándose en el principal medio de pago en la península itálica y sus regiones periféricas.

Moneda de oro de 40 asses - 211 a.C. - Crawford 44/3 anverso Moneda de oro de 40 asses - 211 a.C. - Crawford 44/3 reverso
Moneda de oro de 40 asses - 211 a.C. - Crawford 44/3


La expansión del denario


La república romana emergió de la Segunda Guerra Púnica transformada en el poder hegemónico del mediterráneo occidental y en la administradora de un vasto imperio que aportaba los recursos para una considerable producción monetaria. El triunfo sobre Cartago le proporcionó el control sobre las ricas minas de plata en el sur de España y el cobro de una gigantesca indemnización de 20.000 talentos de plata en 50 pagos anuales, metal suficiente para acuñar más de 100 millones de denarios.  A ello hay que sumar los recursos obtenidos del saqueo de numerosas ciudades durante el conflicto (como Siracusa, Capua o Tarento, por nombrar sólo algunos de los ejemplos más notables) y de la reacuñación de las monedas de los Estados bajo su control en Italia y Sicilia. El triunfo de Roma sobre Cartago trajo aparejado, en consecuencia, una profunda transformación en la mayor parte del Mediterráneo occidental, que pasó a conformar no sólo un Imperio controlado por Roma, sino también, en gran medida, un único sistema monetario signado por el denario como su principal divisa.

Estos cambios vinieron acompañados, sin duda, de un acelerado crecimiento económico y expansión urbana que acercaron a la ciudad de Roma a los niveles de desarrollo alcanzado por las grandes ciudades helenísticas. Estos procesos no quedaron, sin embargo, limitados a la capital. Por el contrario, se replicaron en numerosas partes, particularmente en las colonias y demás asentamientos aliados de los romanos, que gozaron de los frutos de la victoria. Además de ello, el establecimiento de su dominio implicó en todas partes la imposición a las poblaciones locales de diversas cargas tributarias, que generaban la necesidad de obtener monedas romanas para su cancelación. La conformación del sistema imperial fue, en consecuencia, uno de los principales estímulos para la monetización e integración de los distintos territorios anexados por Roma.

martes, 14 de mayo de 2013

La revista numisma disponible online gratis


A través del blog The Ancient World Online me entero de otra revista de numismática cuyo contenido se encuentra disponible online en forma gratuita. En este caso se trata de una publicación española de gran tradición: la revista Numisma de la Sociedad Iberoamericana de Estudios Numismáricos, que aparece desde el año 1951. En el sitio web de la sociedad se encuentran disponibles para su descarga gratuita ejemplares de la revista en formato pdf hasta el año 2000. Aquí os dejo los links de los números disponibles:

domingo, 12 de mayo de 2013

Una obra de consulta imprescindible: el Diccionario de monedas romanas de John Melville Jones


Spink no es sólo la casa de subastas numismáticas más antigua del mundo sino también una de las más importantes editoriales especializadas en esta área. Es la responsable, por mencionar sólo un ejemplo, de la edición del Roman Imperial Coinage. Recientemente ha llegado a mis manos otra importante publicación de Spink el A Dictionary of Ancient Roman Coins de John Melville jones, publicado por primera vez en 1990 y reimpreso en 2004. En poco tiempo se ha transformado en una obra de consulta permanente.

Este volumen se inspira en el éxito del gran diccionario de monedas romanas de Seth Stevenson publicado por primera vez en 1889, y reimpreso por última vez en 1969. En este nuevo diccionario, el profesor Melville Jones ha producido un trabajo en escala más reducida y manejable que refleja los avances producidos por las investigaciones de las últimas décadas. Una gran cantidad de fotografías de monedas se ha utilizado para ilustrar las entradas. La encuadernación y el papel son de excelente calidad y el volumen cuenta con numerosas ilustraciones.

Ideal para una primera consulta rápida, en sus entradas se hace referencia a deidades, denominaciones, materias y temas que requieran explicación o aclaración de todos los períodos de la Historia monetaria de Roma, desde los orígenes de la moneda hasta la caída del Imperio romano. Se trata de un diccionario que será de gran valor para todos los coleccionistas de monedas romanas, republicanas e imperiales, y de utilidad para cualquier persona interesada en el mundo de la antigua Roma. Melville Jones produjo este volumen -y otro del mismo formato sobre acuñaciones griegas- para sus alumnos en el Departamento de Estudios Clásicos e Historia Antigua de la Universidad de Australia Occidental.

En síntesis, una obra sumamente recomendable que no puede faltar en la biblioteca del coleccionista y el estudioso de las monedas romanas.

viernes, 10 de mayo de 2013

¿Cómo seguirán los precios de las monedas antiguas?

Los valores de las monedas antiguas de alta calidad han experimentado importantes subas en los últimos años. La gran pregunta que se hacen los coleccionistas es cómo van a seguir en el futuro. Por supuesto, nadie lo sabe con ciencia cierta pero si hay una persona cuya opinión al respecto amerita atención es Harlan J. Berk, sin duda, uno de los comerciantes numismáticos más reputados del mundo, con casi medio siglo de trayectoria, autor de 100 Greatest Ancient Coins.

En el vídeo del canal de Coinweek en Youtube que encabeza esta entrada, Berk expresa brevemente su opinión de que los valores de las rarezas monetarias antiguas por lo menos se mantendrán en sus niveles actuales. La expansión del coleccionismo a todo el mundo y la participación creciente en las grandes subastas de compradores de todos los rincones del globo vía la web son los factores que permiten suponerlo.

Sin embargo, mientras los valores de las piezas de mayor calidad y rareza experimentan subas continuadas, los ejemplares que no alcanzan ese nivel excepcional han tenido sólo subas modestas o, incluso, han experimentado leves bajas en su valor. La firma Au Capital Management realizó un estudio de los valores de una serie de áureos imperiales en los últimos años que prueban claramente esta tendencia.

En síntesis, las piezas que baten todos los records son aquellas excepcionales. El resto de las monedas, incluidas las de buenas calidades, han registrado, en conjunto, subas modestas.

En mi opinión, todo parece indicar que esta tendencia se mantendría en el futuro cercano. ¿Qué pensáis vosotros?

martes, 7 de mayo de 2013

Nuevo catálogo online de moneda romana: “Los comienzos del Imperio 168-27 a.C.”


La universidad de Warwick (Inglaterra) ha desarrollado un nuevo catálogo online de moneda romana: The Beginnings of Empire 168 - 27 BC. Tiene un foco original que coloca la atención en un área muy específica, las monedas acuñadas en los territorios provinciales antes del establecimiento del principado.

Mientras que las acuñaciones provinciales del período imperial han recibido considerable atención, no sucede lo mismo con las del período republicano. Según se declara en su sitio web, este proyecto pretende descubrir cómo se ha representado, negociado o rechazado el poder romano en las provincias antes de la creación del principado. Este problema se indaga mediante el examen de la iconografía de las monedas acuñadas por funcionarios romanos y ciudades de las afueras de Roma, en el período de 168 a 27 a.C.-

Otro objetivo importante del proyecto es ampliar el acceso y la comprensión de este material en disciplinas diferentes a la numismática. En consecuencia, los datos generados por el proyecto se han puesto a disposición en línea para el uso público y gratuito. Los usuarios deben tener en cuenta que la base de datos sólo proporciona información general sobre la iconografía de las distintas acuñaciones comprendidas en el catálogo. La cobertura todavía es bastante parcial, pero los responsables prometen ampliarla en el futuro.

El uso del catálogo es sencillo y accesible pero el volumen de información que se presenta sobre cada pieza es escaso. Un punto que presumiblemente se mejorará en el futuro. La calidad de las imágenes incluidas es muy buena y puede observárselas con suficiente aumento como para apreciar los más mínimos detalles. Material relevante al proyecto también aparece en el blog del departamento de numismática de la universidad de Warwick.

En síntesis, se trata de un proyecto interesante al que habrá que seguir en el futuro. Sin embargo, parece todavía muy lejano de los estándares de otros catálogos online como el de moneda republicana del Brittish Museum, OCRE o el Numismatische Bilddatenbank Eichstätt.

jueves, 2 de mayo de 2013

La introducción de la moneda en Italia


Estater de Bruttium - aprox. 530-480 a.C. 

La moneda fue inventada en Lidia pero fueron los griegos los que difundieron su uso por gran parte del Mediterráneo. En esta entrada os presento una pequeña discusión de como las colonias griegas del sur de la península lentamente introdujeron el uso de la moneda en Italia.

Las primeras monedas acuñadas en Italia fueron producidas en la segunda mitad del siglo VI a.C. por un grupo de prósperas colonias griegas. Las primeras fueron Sibaris, Metaponto y Crotona, a las que siguieron posteriormente muchas otras, como Tarento, Turio o Nápoles, para mencionar sólo algunas de las más importantes. Una característica peculiar de las primeras monedas de estas ciudades es el hecho de utilizar para los reversos una representación idéntica a la del anverso pero en forma incusa. La razón no es clara, quizás porque permitía apilar fácilmente las monedas.

Estater de Síbaris - aprox. 550-510 a.C.

Las ciudades griegas de Italia utilizaron las denominaciones habituales en sus metrópolis, el dracma y su sexto, el óbolo. La principal acuñación utilizada para el comercio era un múltiplo cuyo estándar variaba de una ciudad a la otra, el estater. Ante la escasez de plata en la península italiana, las ciudades griegas obtenían este metal de las fuentes más importantes en el mundo helénico (Tracia, Macedonia y las minas del monte Laurión en Ática) a través de la exportación hacia el mundo Egeo de grano, esclavos, madera y otros productos.

Las colonias griegas en Italia y Sicilia estaban fuertemente integradas a la economía del Mediterráneo pero sus contactos con el interior de la península eran escasos. El uso de la moneda había permanecido restringido a los centros urbanos en las costas y a los distritos rurales circundantes Los pueblos itálicos del interior permanecían completamente al margen de estos desarrollos y continuaban utilizando, como desde hacía siglos, barras y trozos de bronce como medios de intercambio.

Estater de Metaponto -aprox. 510-480 a.C.

Esta situación sólo comenzó a cambiar durante el siglo IV a.C., cuando el volumen de producción monetaria de las colonias griegas creció considerablemente -especialmente en las cecas más activas: Nápoles, Tarento, Velia, Crotona, Thurio y Metaponto- y se acentuó la monetarización de la economía. Este desarrollo está ligado a la transición generalizada en el mundo helenístico de los ejércitos de ciudadanos al empleo de tropas mercenarias, que incrementó enormemente la necesidad de los Estados de contar con medios de pago para hacer frente a sus honorarios. Así, por ejemplo, Siracusa y Tarento, que durante este período mantuvieron regularmente numerosos ejércitos mercenarios, se transformaron en los mayores productores de moneda de la región para financiarlos. 

Los gastos en equipamiento, abastecimiento y personal generados por las operaciones militares fomentaron la circulación monetaria e incrementaron, necesariamente, el número de intercambios. Además de ello, contribuyeron a la monetarización del interior de la península, pues muchos itálicos prestaron servicio en los ejércitos de estas ciudades y se familiarizaron de esta forma con el uso de la moneda. Los más afortunados de entre ellos regresaron seguramente a sus pueblos con las ganancias acumuladas durante años de servicio y contribuyeron a difundir tanto la moneda como el conocimiento sobre sus formas de uso. Como consecuencia de estos procesos, la circulación monetaria creció no sólo en volumen sino también en el espacio geográfico alcanzado, comenzando penetrar hacia el interior de la península, particularmente en el sur.

Colonias griegas en el sur e Italia

Paralelo a estos cambios se produjo un significativo crecimiento en la acuñación de denominaciones más pequeñas en bronce. Las razones de este cambio no son del todo claras pero, en mi opinión, la creciente demanda de circulante para cubrir los gastos militares hizo necesario preservar la plata para las piezas de mayor valor y comenzar a usar el bronce para las de menor valor.