La casa de la moneda de Perth, Australia, se caracteriza por producir
piezas sumamente originales. Ya tuve ocasión de tratar en este blog de su gigantesca moneda de una tonelada de oro, la más grande del mundo. Ahora nos
sorprenden con esta llamativa edición limitada con la forma del mapa de
Australia y una representación a todo color del KOOKABURRA, un ave típica del
país. Es la primera de una serie de piezas con forma de mapa de pronta aparición.
Asociamos automáticamente la idea de moneda con una forma redonda. Sin
embargo, a lo largo de la historia, se han conocido muchas variantes y
experimentos, desde los delfines de Olbia a las gigantescas monedas-placa suecas. Por supuesto, las monedas figurativas son especialmente atractivas.
Si nos detenemos específicamente
en las piezas que reproducen el contorno de un mapa, inmediatamente nos vienen
a la mente las famosas acuñaciones de la
isla de Nauru, en la Micronesia. Como esta con la forma de Alemania:
O ésta que reproduce a la
Comunidad Europea:
Ambas fueron producidas para
celebrar la aparición del Euro, apuntando, sin duda, a los coleccionistas del
continente como principales destinatarios.
La comercialización de este tipo
de piezas destinadas únicamente a coleccionistas es un mercado global que mueve
cifras astronómicas. Para atraer la atención de los potenciales compradores, la
tendencia es ofrecer siempre nuevas piezas, cada vez más llamativas. El buen
gusto es, con frecuencia, sacrificado en el proceso, como, por lo menos en mi
opinión, sucede en el presente caso. Otro ejemplo son estas acuñaciones conmemorativas de los próximos juegos olímpicos.
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