En el siglo V a.C., Atenas y la Liga de Delos desempeñaron
un papel crucial en la economía y la política del mundo griego. La monedas de
Atenas, en particular, se convirtieron en un símbolo de su poder y dominio.
La Liga de Delos y el auge de Atenas
En 479 a.C., tras la victoria griega sobre los persas en la batalla de Platea, varias ciudades griegas fundaron la Liga de Delos para defenderse de
futuros ataques persas. Atenas, con su poderosa flota, asumió el liderazgo de
esta liga, que contaba con miembros principalmente en Asia Menor y las Islas
del Egeo. El tesoro de la liga se almacenaba en el templo de Apolo en Delos, de
donde proviene su nombre.
Inicialmente, la Liga de Delos era una asociación de
iguales, pero con el tiempo, Atenas se convirtió en la fuerza dominante. Muchas
ciudades optaron por contribuir con dinero en lugar de equipar y tripular barcos durante todo el año. Atenas, por su parte, estaba dispuesta a construir y
mantener una flota en nombre de toda la liga. Su economía floreció gracias a la
flota, y los generales atenienses comandaban los barcos financiados por la
liga.
La Liga de Delos tuvo éxito en sus primeros años, logrando victorias
significativas contra los persas y expandiendo su influencia. Sin embargo, con
el tiempo, Atenas comenzó a usar la flota de la Liga no solo contra los persas,
sino también contra sus propios competidores. Esto llevó a un cambio en la
percepción de la Liga, que pasó de ser una alianza defensiva a un instrumento
de la política imperialista de Atenas.
La moneda ateniense y su influencia
La moneda ateniense, especialmente la tetradracma, jugó un
papel importante en este período. La mayoría de las monedas atenienses que
presentaban a Atenea en un lado y un búho en el otro se acuñaron durante este
tiempo.
Estas tetradracmas se utilizaron para financiar la construcción de
edificios en la Acrópolis, pagar a los proveedores que entregaban raciones al
ejército y para pagar los sueldos a los remeros.
La tetradracma ateniense se convirtió en una moneda
omnipresente en el mundo griego. Atenas incluso intentó imponer sus propias
monedas en sus ciudades aliadas. Tenemos fragmentos de un decreto de Atenas que
prohibía a otras ciudades acuñar sus propias monedas. Este intento de
monopolizar la acuñación de monedas es un testimonio más del poder y la
influencia de Atenas durante este período.
El declive de Atenas y el final de la Liga de Delos
A pesar de su poder y riqueza, Atenas no pudo mantener su
dominio indefinidamente. Los miembros de la Liga de Delos se cansaron de la
explotación ateniense y comenzaron a buscar a Esparta como una alternativa.
Finalmente, la Guerra del Peloponeso marcó el fin de la Liga de Delos y el
declive de Atenas. Sin embargo, el legado de Atenas, especialmente su moneda,
perdura hasta el día de hoy y sigue influyendo sobre la forma de las monedas que usamos.
La tetradracma ateniense, con su icónica imagen de
Atenea y el búho, sigue siendo un recordatorio del poder y la influencia que
Atenas ejerció en su apogeo.