lunes, 26 de enero de 2009

Valuación de monedas antiguas

Respondiendo a la consulta de un lector, presento aquí algunas consideraciones muy generales sobre como se determina el valor de las monedas antiguas, junto con algunos enlaces a páginas donde podrá obtenerse más información.

Como todo producto que se comercialice en un mercado, el valor de las monedas antiguas depende de la interacción de la oferta y la demanda. Pero como las monedas antiguas son un producto de características muy especiales, hay algunos factores particulares de gran importancia a tener en cuenta. Contrariamente a los que los principiantes suelen creer, el valor de una moneda antigua no depende tanto del metal en que haya sido acuñada, o de su antigüedad misma, aunque todo ello juega, ciertamente, un papel. Para ilustrarlo claramente con un ejemplo, un denario de plata del siglo II a.C. puede tener un valor muy inferior al de un sestercio de bronce del siglo I d.C.:

Denario de M Papirius Carbo 122 a.C. (Crawford 276/1)

Valor aproximado 65 U$S (precio de venta ofrecido en Internet)



Sestercio del Emperador Nerón (RIC 274)

Valor aproximado 950 U$S (precio de venta ofrecido en Internet)

La rareza de una moneda (es decir, la cantidad de ejemplares existentes de un tipo determinado) juega un papel mucho más importante a la hora de determinar su valor, pero hay otros factores de mayor peso. El más importante de todos es, ciertamente, el grado de conservación. Las monedas antiguas son coleccionadas principalmente por la belleza de sus diseños, por lo que en cuanto mejor pueda apreciarse el mismo, mayor será el precio. Existe una convención internacional para designar el estado de una moneda. La misma se expresa generalmente mediante siglas en inglés. Existen muchas variantes pero para ilustrar las más comunes se puede mencionar a las siguientes:


Mint State (MS): designa a una moneda en su estado de acuñación original
About/Almost Uncirculated (AU): designa a una moneda que no ha circulado o casi no lo ha hecho, por lo que no hay signos de desgaste más allá de pequeñas rayas u otras marcas casi imperceptibles.
Extremely Fine (XF o EF): designa a una moneda que ha circulado por poco tiempo y se encuentra en un estado de conservación excepcional. Todos los detalles de la acuñación se perciben con gran claridad.
Very Fine (VF): designa a una moneda en muy buen estado, en la que los detalles más finos de la acuñación pueden haberse desgastado, pero los detalles importantes se reconocen con claridad.
Fine (F): designa a una moneda en buen estado, en la que los detalles de la acuñación se han desgastado, pero todos los contornos del motivo y las leyendas se pueden reconocer.
Very Good (VG): designa a una moneda desgastada, en la que, sin embargo, algunos detalles se reconocen.
Good (G): designa a una moneda desgastada, en la que, sin embargo, unos pocos detalles se reconocen en líneas generales.
About Good (AG): designa a una moneda desgastada, en la que los detalles no se reconocen, solo los contornos.
Fair (FA, FR): designa a una moneda desgastada, en la que algo del contorno puede reconocerse.
Poor (PR, PO): designa a una moneda muy desgastada, en la que el diseño se ha perdido completamente.


Monedas antiguas que alcancen el nivel VF o superior son muy raras, por lo que su valor puede ser cientos de veces superior al de otro ejemplar del mismo tipo pero en un estado mediocre como G.
Otro factor importante, que suele ser desconocido por los principiantes, es la pátina. Un error frecuente es la limpieza o pulido de monedas antiguas, lo que arruina completamente su valor. Los coleccionistas aprecian una buena pátina pues coloca a la vista la antigüedad del ejemplar.
Dicho todo esto, resta mencionar al que es, a fin de cuentas, el factor más importante: el interés de los coleccionistas. Esto parece una obviedad, pero no por ello es menos cierto. Monedas con los rostros de emperadores famosos (como el sestercio de Nerón ilustrado más arriba) son muy deseadas, por lo que su valor sube. Diseños particularmente bellos o con referencia a sucesos históricos destacados pueden alcanzar también valores muy altos.
Existen páginas web que permiten formarse una idea sobre el valor aproximado de una moneda. Una buena opción es VCOINS, donde uno puede utilizar un motor de búsqueda para rastrear decenas de miles de ofertas de casas especializadas. Si uno logra identificar un ejemplar del mismo tipo que nuestra moneda, ello nos dará un primer indicio del rango en que el valor podría ubicarse (tener siempre en cuenta que el grado de conservación de nuestra moneda puede afectar su valor dramáticamente). Otra opción es, por supuesto, Ebay, donde existe una amplia oferta de monedas.

viernes, 16 de enero de 2009

Aes Rude y Aes Signatum - Historia de la moneda romana I




aes signatum
La moneda comenzó a utilizarse en Asia Menor alrededor del año 600 a.C. Para el 500 a.C. su uso se había difundido por las principales ciudades griegas. En comparación con otras civilizaciones del mundo mediterráneo, la moneda comenzó a utilizarse tardíamente en la República Romana. Los romanos mantuvieron hasta fines del siglo IV a.C. un sistema primitivo -propio de un pueblo eminentemente rural- en el que cabezas de ganado (pecus) y toscas barras de bronce (aes rude) eran utilizadas como medios de intercambio. El latín conservó el recuerdo de este período en su vocablo para designar al dinero, pecunia (de pecus). Un sistema semejante era utilizado por otros pueblos de Italia, dado que no se encuentran en ella yacimientos de plata y oro. Sólo las colonias griegas del sur de la península emitían monedas de esos metales preciosos siguiendo la práctica común en sus metrópolis. Ellas obtenían, sin embargo, esos metales mediante el comercio.


aes signatum

La ley de las doce tablas (lex duodecim tabularum o duodecim tabularum leges) demuestra el uso en Roma de la libra de bronce (as, plural asses) como forma de mensurar el valor de propiedades en el siglo V a.C. El recuerdo de este sistema primitivo se conservó por largo tiempo. Toda transacción con estas toscas piezas de bronce implicaba el uso de una balanza. Muchos siglos después de la introducción de la moneda, una balanza y un trozo de bronce se seguían utilizando como símbolo de la venta y del cambio de propiedad en la ceremonia de la mancipatio, mediante la cual se consagraba oficialmente ante testigos la transferencia de ciertos tipos de bienes.
A fines del siglo IV, monedas para Roma fueron acuñadas en Nápoles. Su origen y función es debatida por los especialistas. Su impacto en las prácticas económicas de la sociedad romana fue limitado (trataremos de ellas en otro post). Sólo a principios del siglo III a.C. comenzó en Roma a estandarizarse la forma de las barras de bronce al introducirse el uso de lingotes fundidos. El objetivo de este cambio era, probablemente, lograr una serie de pesos más uniformes que facilitara el intercambio. Los nuevos lingotes estaban marcados con diversos motivos, por ello son conocidos comúnmente como aes signatum. Se trata, sin embargo, de una designación moderna no atestiguada directamente por fuentes antiguas (pero véase Plinio, Hist. Nat., 33.3.13). Los ejemplares más antiguos llevaban un motivo en sólo una de sus caras, pero pronto se comenzó a decorar ambas caras principales. El motivo servía, seguramente, como una certificación de las características de la pieza. Al cubrir, además, la totalidad de la extensión del lingote, permitía reconocer si el mismo se encontraba intacto o si se habían extraído porciones.

aes signatum (Crawford RRC 5/1)

Estos lingotes no pueden considerarse, desde luego, como acuñaciones en sentido estricto, porque eran producidos vertiendo el metal fundido en moldes. Cumplían, sin embargo, una función monetaria, como medio de intercambio. Era común que los mismos fueran fraccionados cuando se necesitaba una pieza de menor valor. Se conservan algunos ejemplares de aes signatum. Sus motivos no carecen de cierta belleza, como puede verse en los ejemplos que acompañan este texto. Los dos más elaborados son RRC 5/1 (Crawford) con un toro en cada cara y RRC 9/1 (Crawford) que presenta por un lado a un elefante y por el contrario un jabalí. Estos últimos motivos son relacionados generalmente con una anécdota referida por Eliano el Táctico, según la cual los romanos utilizaron jabalíes para espantar a los elefantes empleados por Pirro contra ellos en la guerra de Tarento.

aes signatum (Crawford RRC 9/1)

viernes, 2 de enero de 2009

Monedas antiguas e Historia Antigua


No soy un coleccionista de monedas antiguas. Si bien en el marco de mis estudios de doctorado en la universidad alemana de Tubinga tuve ocasión de asistir a algunos cursos de numismática, disto mucho de ser un experto en el tema. Mi interés no recae tanto en las monedas en sí mismas, como en ellas en tanto fuentes para el conocimiento de la civilización greco-romana. Este blog presenta, por lo tanto, sólo el resultado de algunas inquietudes e investigaciones personales y pretende ser un especio de discusión con aquellos que tienen intereses semejantes. Esta página es, a decir verdad, un desprendimiento de CITAS LATINAS, mi proyecto principal en la web, un blog destinado a la difusión de la cultura clásica y que toma algunas frases en latín como excusa para reflexionar sobre los aportes del mundo antiguo a nuestras vidas. Para no diversificar tanto el contenido de Citas Latinas he creado este segundo blog, más especializado, en el que pueden esperarse posts sobre todos los temas que conectan a la numismática con la historia antigua y algunas otras cosas más.