domingo, 25 de junio de 2023

Las monedas de Atenas y la Liga de Delos

 
Tetradracma ateniense

Introducción


En el siglo V a.C., Atenas y la Liga de Delos desempeñaron un papel crucial en la economía y la política del mundo griego. La monedas de Atenas, en particular, se convirtieron en un símbolo de su poder y dominio.
 

La Liga de Delos y el auge de Atenas


En 479 a.C., tras la victoria griega sobre los persas en la batalla de Platea, varias ciudades griegas fundaron la Liga de Delos para defenderse de futuros ataques persas. Atenas, con su poderosa flota, asumió el liderazgo de esta liga, que contaba con miembros principalmente en Asia Menor y las Islas del Egeo. El tesoro de la liga se almacenaba en el templo de Apolo en Delos, de donde proviene su nombre.
 



Inicialmente, la Liga de Delos era una asociación de iguales, pero con el tiempo, Atenas se convirtió en la fuerza dominante. Muchas ciudades optaron por contribuir con dinero en lugar de equipar y tripular barcos durante todo el año. Atenas, por su parte, estaba dispuesta a construir y mantener una flota en nombre de toda la liga. Su economía floreció gracias a la flota, y los generales atenienses comandaban los barcos financiados por la liga.
 
La Liga de Delos tuvo éxito en sus primeros años, logrando victorias significativas contra los persas y expandiendo su influencia. Sin embargo, con el tiempo, Atenas comenzó a usar la flota de la Liga no solo contra los persas, sino también contra sus propios competidores. Esto llevó a un cambio en la percepción de la Liga, que pasó de ser una alianza defensiva a un instrumento de la política imperialista de Atenas.
 

La moneda ateniense y su influencia


La moneda ateniense, especialmente la tetradracma, jugó un papel importante en este período. La mayoría de las monedas atenienses que presentaban a Atenea en un lado y un búho en el otro se acuñaron durante este tiempo. 

Detalles de la lechuza en un tetradracma ateniense

Estas tetradracmas se utilizaron para financiar la construcción de edificios en la Acrópolis, pagar a los proveedores que entregaban raciones al ejército y para pagar los sueldos a los remeros.
 
Construcción del Partenón

La tetradracma ateniense se convirtió en una moneda omnipresente en el mundo griego. Atenas incluso intentó imponer sus propias monedas en sus ciudades aliadas. Tenemos fragmentos de un decreto de Atenas que prohibía a otras ciudades acuñar sus propias monedas. Este intento de monopolizar la acuñación de monedas es un testimonio más del poder y la influencia de Atenas durante este período.
 

El declive de Atenas y el final de la Liga de Delos


A pesar de su poder y riqueza, Atenas no pudo mantener su dominio indefinidamente. Los miembros de la Liga de Delos se cansaron de la explotación ateniense y comenzaron a buscar a Esparta como una alternativa. Finalmente, la Guerra del Peloponeso marcó el fin de la Liga de Delos y el declive de Atenas. Sin embargo, el legado de Atenas, especialmente su moneda, perdura hasta el día de hoy y sigue influyendo sobre la forma de las monedas que usamos.

Los tetradracmas ateniense siguen vigentes!

 La tetradracma ateniense, con su icónica imagen de Atenea y el búho, sigue siendo un recordatorio del poder y la influencia que Atenas ejerció en su apogeo.

martes, 23 de mayo de 2023

Las monedas de oro del rey al que apodaron "asombro del mundo"

 

Introducción

 
Federico II, también conocido como "Stupor Mundi" o "Asombro del Mundo", fue un gobernante extraordinario que dejó una huella indeleble en la historia de la numismática. Federico II cambió el curso de la historia monetaria occidental al comenzar a acuñar monedas de oro en 1231, rompiendo con la tradición de una Europa cristiana dominada por la moneda de plata. Veamos su historia y la de sus monedas.
 

El Asombro del Mundo y sus Monedas de Oro

 
Federico II, rey de Sicilia, fue un gobernante que desafió las convenciones de su tiempo. Fueron su insaciable curiosidad y su sed de conocimientos de todo tipo las que le ganaron el apodo de "Stupor Mundi", o "Asombro del Mundo"

Federico creció en Palermo, una ciudad cosmopolita donde convivían comerciantes de todas las naciones. Esta exposición temprana a diversas culturas y formas de pensar moldeó su visión del mundo, formando una personalidad que asombró a sus contemporáneos.

Federico II gobernó el Sacro Imperio Romano Germánico durante treinta años. Su vida estuvo marcada por eventos inusuales y logros impresionantes. Nacido en una tienda en la plaza principal de Iesi, en Italia, Federico II fue el hijo de Constanza de Sicilia, quien había esperado ocho años para quedar embarazada. Su padre, Enrique VI, inicialmente dudó de su paternidad, pero finalmente aceptó a Federico como su heredero.

Federico II a caballo


 
Federico fue un erudito  que dominaba múltiples campos, hablaba cinco idiomas y era experto en filosofía, astronomía, medicina, matemáticas y ciencias naturales. Fue, además, un gran protector de las artes y las ciencias y un mecenas literario.
 
Esta mentalidad abierta y curiosa se reflejó en todas las facetas de su reinado, incluyendo su innovadora política monetaria. En lugar de limitarse a las tradiciones existentes, Federico II buscó nuevas formas de representar su poder y autoridad, lo que le llevó a introducir un nuevo tipo de monedas acuñadas en oro en un mundo dominado por las acuñaciones en plata.
 
Augustal de oro de Federico II


Los “Augustales”: Un Puente entre la Antigüedad y el Renacimiento

 
Las monedas de oro acuñadas por Federico II, conocidas como “augustales”, eran algo especial. No solo eran las primeras monedas de oro acuñadas en la Europa cristiana en siglos, sino que también eran únicas en términos de la calidad de su imagen y su acuñación, muy superiores a los estándares de su tiempo.

Los augustales eran monedas extraordinarias acuñadas por un gobernante extraordinario. El diseño de estas monedas se inspiraba en la antigua Roma, un hecho que reflejaba el profundo respeto de Federico II por la antigüedad y su deseo de emular a los grandes emperadores romanos. 

Pero los augustales no eran simplemente una imitación de las monedas romanas. También incorporaban elementos innovadores que anticipaban el arte y la cultura del Renacimiento. De esta manera, los augustales servían como un puente entre la antigüedad y el Renacimiento, reflejando la visión de Federico II de un mundo en el que lo antiguo y lo nuevo podían coexistir y enriquecerse mutuamente.
 
Anverso de un augustal de Federico II


Un emperador en oro


El diseño de los augustales reflejaba la visión de Federico II de sí mismo como un emperador.

En el anverso de la moneda, se veía a Federico II rodeado por la leyenda IMP(ERATOR) ROM(ANORUM) CESAR AVG(VSTVS). El rey está representado en medio busto, en posición de perfil, lleva el pelo corto y está bien afeitado. Además, lleva un paludamento y una corona de laurel al igual que un antiguo emperador romano. Esta imagen evocaba las representaciones de los emperadores romanos, estableciendo un paralelismo entre Federico II y las grandes figuras de la antigüedad. 

Reverso de un augustal de Federico II


El reverso de la moneda mostraba un águila. Esta poderosa ave ya era un símbolo de autoridad y poder en la Antigüedad y se convirtió en el escudo imperial del Sacro Imperio Romano Germánico bajo Federico I Barbarroja (hacia 1122-1190). El simbolismo del águila era especialmente significativo para Federico II porque la casa de Hohenstaufen también se llamaba entonces gens aquila (casa del águila). La leyenda del reverso simplemente presenta el nombre del rey "FRIDERICVS".

Esta representación en estilo romano era una declaración de autoridad y poder. Pero también era algo más: era una afirmación de la identidad de Federico como gobernante, un hombre que se veía a sí mismo como parte de una tradición que se remontaba a los días de la antigua Roma. A través de estas monedas, Federico II no solo afirmaba su lugar en esta tradición, sino que también buscaba definir la forma en que sería recordado por las generaciones futuras.