Las acuñaciones conmemorativas fueron en su origen una forma de honrar
acontecimientos y aniversarios de eventos significativos. Hace tiempo que se
han transformado en un fenomenal negocio internacional de las grandes casas de
moneda del mundo que buscan cualquier excusa para introducir nuevos productos
al mercado. La improvisación está al orden del día, veamos sino esta serie de monedas de oro de la Royal Mint de Londres en honor a las próximas olimpíadas.
La serie toma como nombre el tradicional lema olímpico moderno, citius altius fortius. La frase fue pronunciada
por el barón Pierre de Coubertin en la inauguración de los primeros Juegos en
1896, en Atenas y no tiene relación con las olimpíadas antiguas.
El artista responsable del
diseño, John Bergdahl, explica de la siguiente forma los motivos elegidos (mi
traducción):
"La primera vez que me enfrenté a la tarea de diseñar un conjunto nuevo
y original de monedas para los próximos Juegos Olímpicos de Londres 2012 y los
Juegos Paralímpicos era difícil saber por dónde empezar. Ha habido 29 Juegos
Olímpicos durante la era moderna, en un período de unos 114 años. Todos estos
Juegos han dado lugar a gran número de monedas, medallas y objetos que
representan todo tipo de temas relacionados en una variedad de estilos que van
desde el art nouveau hasta la
actualidad.
Mi única opción era mirar al pasado, a los primeros Juegos Olímpicos en
la antigua Grecia, donde los primeros atletas prometieron su lealtad a los
Dioses de Olimpia, los dioses que gobernaban todos los aspectos del mundo
antiguo. Neptuno, por ejemplo, que gobernó sobre el mar y tenía el control del
viento y el clima; Mercurio, el mensajero de los dioses y Diana la cazadora,
diosa de la caza.
Esa fue mi inspiración ... tal vez esos mismos dioses todavía nos
sonrían a nosotros en Londres en 2012.”
Lo que no entiendo es por qué, si la fuente de inspiración fueron las
olimpíadas antiguas se eligió a los dioses romanos en lugar de los griegos, Júpiter en lugar de Zeus, Neptuno en el de Poseidon, etc. Además, los juegos estaban asociados sobre todo con la figura de Zeus, que
contaba con un gran santuario en Olimpia. Si el objetivo era dar un “toque
histórico” a las monedas, el error fue colosal.