Tras algún tiempo dedicado a otros aspectos de las monedas antiguas, regreso a uno de los temas frecuentes de este blog. Las monedas antiguas como obras de arte. En este caso, las espectaculares monedas de Abdera.
Unos difíciles comienzos
Tracia era el nombre que los griegos daban a un gran área delimitada al norte por el Danubio,al sur por el Egeo y al este por el Mar Negro. Se trataba de un vasto territorio en la periferia del ámbito cultural helénico pero fuertemente penetrado por el comercio y la colonización griega.Según el mito, la ciudad de Abdera había sido fundada en Tracia por el mismo Hércules, para homenajear a su amigo Abderos, muerto en el lugar. En realidad, fue establecida a mediados del siglo VII a.C. como una colonia de la ciudad jónica de Clazomenas.
Esta primera fundación resultó un fracaso, los colonos fueron atacados por los combativos nativos tracios y diezmados. Los pocos sobrevivientes no tuvieron más remedio que abandonar el sitio y regresar a la metrópolis.
Abdera fue restablecida en el mismo sitio –pero con mejor suerte-, en el 544 a.C., cuando fue refundada por colonos de la ciudad de Teos en Jonia, que habían abandonado su ciudad para huir de la dominación persa. A partir de ese momento, prosperó rápidamente y se transformó en el principal puerto para la exportación de los productos del interior de Tracia. Al éxito económico le siguió un florecimiento cultural, con figuras tan relevantes como el poeta Anacreonte o el filósofo Protágoras.
Una producción monetaria de gran belleza
La riqueza de Abdera permitió la acuñación de monedas de excelente calidad metálica y gran belleza artística. El grifo, un ser mitológico mitad león y mitad águila, era el símbolo de la ciudad de Teos y fue adoptado por Abdera como emblema cívico para sus acuñaciones.Acompaño esta entrada con las imágenes de dos estateras, notables por la excepcional calidad del acabado artístico de sus motivos. Creo que ilustran cabalmente la belleza de la producción monetaria de la ciudad.
El grifo aparece en el anverso de ambas monedas como insignia cívica con gran lujo de detalles y es acompañado, en el primer ejemplo por Hércules y en el segundo por Apolo. El detalle con que el héroe es representado en la primera moneda es extraordinario y obra de un grabador de cuños de singular talento. Lo vemos sentado sobre la piel del león de nemea con su brutal garrote en la mano derecha. Hasta los más finos detalles de su musculatura parecen cobrar vida en el metal.
El rostro de Apolo en el anverso de la segunda moneda también es una obra maestra del estilo clásico, con un retrato "tres cuartos" de perfil muy bien logrado. Nos hace recordar las monedas de Rodas.
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