Mostrando las entradas con la etiqueta Moneda helenística. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Moneda helenística. Mostrar todas las entradas

sábado, 15 de agosto de 2020

Los fantásticos tetradracmas de Heraclea del Latmus

Anverso de Tetradracma de Heraclea


En esta entrada presentamos brevemente las fantásticas monedas de una ciudad poco conocida de Asia Menor, que tuvo una larga y compleja historia.


La historia de Heraclea, de ciudad caria a ciudad griega

La ciudad griega de Heraclea del Latmos era un asentamiento en las cercanías de la mucho más importante y famosa ciudad de Mileto, ubicadas ambas en el mismo golfo en la costa de Jonia en Asia Menor.

En su origen, la ciudad se llamaba simplemente Latmos, y fue fundada por los habitantes originales de la región (parte del pueblo Cario) al ser expulsados por los griegos que se asentaron en el área. Latmos estuvo bajo el dominio de Lidia y posteriormente de Persia en el siglo VI a.C. Al igual que el resto de Caria, Latmos participó en el levantamiento jónico contra Persia entre los años 499-494 a.C. pero, tras el fracaso del alzamiento, volvió a estar bajo el dominio persa y pasó a formar parte de la satrapía de Caria. Con el tiempo, la población local se fue helenizando, es decir, asumió la cultura y la lengua griega.

Reverso de Tetradracma de Heraclea

Alrededor del 300 a.C., Latmos fue refundada con un nuevo centro a tan sólo un kilómetro de distancia del anterior y recibió el nombre de Heraclea, que reflejaba el nuevo espíritu griego del asentamiento. La ciudad fue ganando importancia en el período que siguió a la muerte de Alejandro, pero comenzó una verdadera edad de oro a principios del siglo II a.C. cuando reconoció que el avance del poderío de Roma en el área era imparable y estableció con la república una alianza temprana por la que fue generosamente recompensada con el estatus de ciudad libre.


Las monedas de Heraclea

La nueva importancia y prosperidad de Heraclea a principios del siglo II a.C. se reflejó en el hecho de que la ciudad comenzó a partir de ese momento a acuñar sus propias monedas. Se acuñaron magníficos tetradracmas en el estándar reducido ático. Las nuevas monedas se caracterizaron por imitar el estilo y los motivos de las monedas atenienses. Otras ciudades de la región acuñaron monedas semejantes y es probable que las piezas formaran parte de alguna especie de serie conjunta.

En el anverso de estas piezas vemos la cabeza de Atenea Partenos que mira hacia la derecha. Porta un yelmo coronado por una larga cresta y decorado al costado con  el caballo alado Pegaso y con cinco caballos al galope al frente.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Un fantástico tetradracma de Seleuco I con un caballo y un elefante



De la muerte de Alejandro al ascenso de Seleuco


Cuando Alejandro Magno murió en el 323 a.C., no dejó ningún heredero claro para su vasto imperio de recientes conquistas. 

Su medio hermano Filipo Arrideo tenía aparentemente un retraso y era considerado incapaz de reinar. Su esposa, la princesa bactriana Roxana, esperaba un niño que todavía no había nacido, el futuro Alejandro IV. Había, además, un segundo hijo, Heracles, fruto de la unión con una concubina. La paternidad de Alejandro se consideraba, además, dudosa.

Busto de Seleuco I
El verdadero poder recaería entonces en los grandes generales de Alejandro, que pasarían a ser conocidos como los diádocos (del griego antiguo διάδοχοι, 'sucesores'). Éstos usarían a estos parientes del gran conquistador como peones que serían luego sacrificados cuando fuera conveniente. El resultado serían dos generaciones de cruentas guerras de las que el imperio emergería fracturado en una serie de reinos.

Uno de los más exitosos entre los diádocos sería Seleuco, quien en vida de Alejandro había sido el comandante del regimiento de infantería de élite de los hipaspistas (ὑπασπισταὶ), con destacada participación en muchas de las batallas clave de la conquista de Persia.

En los caóticos años que siguieron a la muerte de Alejandro, Seleuco lograría primero hacerse con el control de la satrapía de Babilonia (en el 312 a.C.) y la usaría después como base para extender su dominio hacia las restantes satrapías del este, hasta la misma frontera con los reinos de la India.

Las monedas de Seleuco y el tetradracma del caballo



Seleuco se proclamó rey en el 305 a.C. y poco después comenzó a acuñar una importante producción monetaria en su propio nombre en diversas cecas. Sus primeras monedas imitaron los símbolos y la apariencia de las de Alejandro, pero las sucesivas emisiones fueron gradualmente generando un estilo propio que llegaría a ser muy original.

La moneda cuya imagen encabeza esta entrada es una de las más hermosas y llamativas de toda la producción monetaria de Seleuco. Se trata de un tetradracma acuñado en la ciudad de Pérgamo hacia finales de su reinado, en el 281 a.C. Es una pieza de gran rareza, ya que sólo se conocen hoy un puñado de ejemplares.

En el anverso anepigráfico podemos ver la cabeza excepcionalmente detallada de un poderoso caballo con su brida. Los cuernos que nacen encima de sus orejas indican que no se trata de un animal común, sino de una figura divina.

En el reverso vemos un poderoso elefante que avanza hacia la derecha, enmarcado arriba y abajo por la leyenda BAΣIΛEΩΣ – ΣEΛEYKOY, el rey Seleuco. En la parte superior del campo podemos ver también una pequeña abeja arriba y un ancla debajo. Se trata de marcas de control que no aparecen en todos los ejemplares.


En la pieza sobre estos párrafos, esas marcas están ausentes (remplazadas por un par de monogramas entre las piernas del elefante) y la bestia parece llevar una campana sobre el cuello.

La interpretación de los motivos


La rareza de estas monedas parece indicar que sólo fueron acuñadas en cantidades relativamente reducidas y por un breve período de tiempo. Tradicionalmente se las asocia con la victoria de Seleuco I sobre Lisímaco en la batalla de Corupedio del 281 a.C.



Para el caballo en el anverso se han propuesto dos interpretaciones alternativas. La más difundida es la que ve en el animal una referencia al famoso caballo del propio Alejandro, Bucéfalo. Se trataba de un corcel de enorme tamaño y tan fiero carácter que era considerado indomable, hasta que Alejandro logró montarlo cuando tenía tan sólo 13 años. Desde ese momento se convirtió en su montura insignia, que lo acompañaría en todas sus campañas.

Una interpretación alternativa (a mi juicio más convincente) es que se trata de un caballo del propio Seleuco. El cronista tardoantiguo sirio antiguo Juan Malalas nos cuenta que en su época (finales del siglo V y principios del VI d. C.) todavía era posible ver en Antioquía una estatua que representaba la cabeza de un caballo con cuernos erigida por Seleuco para honrar a su propio corcel, que lo había salvado de la destrucción a manos de Antígono Monoftalmo en el 315 a. C.

Elefante de guerra del período helenístico

El elefante que aparece en el reverso era, por su parte, un símbolo genérico del poder militar seléucida. Seleuco había emprendido una importante campaña militar en la India en los años 304-303 a. C. El conflicto terminó con la firma de un tratado de paz con el emperador indio Chandragupta. Una de las cláusulas más importantes era la entrega a Seleuco de un contingente de 500 elefantes de guerra, que desde ese momento formarían el núcleo de su ejército. Constituían una enorme ventaja frente al resto de los diádocos y serían repreentados con gran frecuencia en sus monedas.

Su gran rareza y la belleza de sus motivos hacen que estas monedas sean muy codiciadas y alcances valores siderales. El ejemplar en el que el elefante tiene una campana que cuelga de su cuello fue subastado en mayo de 2019 por 375.000 francos suizos.

domingo, 13 de octubre de 2019

Las monedas de Mitrídates, uno de los más temibles enemigos de Roma

Tetradracma de Mitrídates VI, rey del Ponto, acuñado en Pérgamo, 74 a.C., plata 16,87 gr.


Esta entrada continua la historia monetaria del Reino del Ponto y se ocupa del último y más importante de sus reyes, Mitrídates VI el grande, conocido por haber sido uno de los más acérrimos y decididos enemigos de Roma en el siglo I a.C.

Busto de Mitrídates VI

Un difícil comienzo de reinado


Mitrídates V falleció asesinado alrededor del año 120 a.C. por personas de su entorno íntimo. Su hijo Mitrídates VI fue coronado rey siendo todavía un niño pero pasó sus primeros años de reinado escondido en aldeas campesinas porque su madre, que ejercía como regente, quería aparentemente eliminarlo. 

Cuando Mitrídates alcanzó la mayoría de edad, regresó a la capital y apartó a su madre y hermanos del poder. Según algunas versiones, los hizo ejecutar.

Al hacerse con el control del gobierno, Mitrídates se rodeó de consejeros griegos y reemprendió las políticas expansionistas de su padre. Su pretensión de extender sus dominios en dirección a Asia Menor lo colocó en un curso de colisión con los romanos.

El conflicto con Roma por el control de Asia Menor


Mitrídates se valió de la impopularidad que generaban los elevados tributos exigidos por Roma para presentarse como un liberador de los griegos de la opresión extranjera. 

Peleó tres guerras contra los romanos y al comienzo de la primera dio pruebas de que estaba dispuesto a todo, ordenando la matanza de los residentes itálicos en Asia con sus familias, unas 80.000 personas. 

Estatera de oro de Mitrídates VI - acuñado en Tomis c. 88-86 a.C. con retrato de Alejandro Magno divinizado en el anverso y Atenea Nicéfora en el reverso


Su poderoso ejército y su habilidad táctica y estratégica harían de Mitrídates un rival formidable para los romanos, que lograron vencerlo definitivamente sólo tras cruentos años de lucha en la tercera guerra mitridática, con el comando del brillante general Pompeyo Magno.

La muerte de Mitrídates


Las fuentes antiguas coinciden en asignar a Mitrídates facultades extraordinarias. Por un lado, se afirma que poseía una memoria prodigiosa y que era un políglota capaz de expresarse a la perfección en decenas de lenguas diferentes. Por otra parte, la tradición le asigna haber sido un avezado investigador botánico, cuyos conocimientos le habrían permitido desarrollar un antídoto universal eficaz contra múltiples venenos. Había adquirido, además inmunidad contra muchos venenos al someterse durante años a la ingesta de dosis pequeñas.

Cuando los romanos lo derrotaron finalmente en el 66 a.C., Mitrídates huyo hacia la región de Crimea para formar un nuevo ejército, pero no tendría éxito este plan. Cuando sus opciones se acabaron, para evitar ser expuesto por los romanos en un desfile triunfal, intentó suicidarse, pero el veneno que ingirió no surtió, por su inmunidad, ningún efecto. Por ello tuvo que pedirle a uno de sus guardaespaldas que le quitara la vida.

Los romanos aprendieron la lección. No deseaban tener que volver enfrentarse a un rival tan poderoso como Mitrídates, por lo que disolvieron su reino e incorporaron sus territorios como provincias al cada vez más extenso imperio controlado por la república.

Estatera de oro de Mitridates VI, ceca de Pérgamo 74 a.C., 8,38 gr.

Un nuevo estilo de representación del rey en sus monedas


Al llegar al poder, Mitrídates VI rompió con varias de las tradiciones de sus antepasados y adoptó un estilo de presentación decididamente helénico, que sería la base para poder presentarse como el liberador de los griegos frente a la opresión romana.
 
Anverso de una estatera de Mitrídates VI acuñada en Pérgamo en la que se aprecia el estilo clásico de su retrato
El nuevo estilo se reconoce en sus estatuas y en los retratos de sus monedas. En estas últimas se lo presenta con un aspecto que se asemeja al de Alejandro Magno, con una larga cabellera y un perfil juvenil en el estilo clásico utilizado por la gran mayoría de los monarcas helenísticos. Mitrídates deseaba presentarse como un nuevo Alejandro listo para defender a los griegos frente a sus enemigos, sólo que esta vez esos enemigos no eran los persas, sino los romanos.

En lo que se refiere a los tipos de reverso, introdujo también un diseño nuevo que sería el más común durante su reinado, que muestra un animal pastando (en ocasiones se trata del caballo alado pegaso, de una cierva, etc.) junto con una estrella y una media luna. La escena es habitualmente rodeada por una corona de hojas de laurel y frutos.

Otras innovaciones monetarias


Mitrídates VI acuñó muchas más monedas que sus predecesores, un hecho que probablemente refleja la mayor actividad militar de su reinado y los enormes gastos que ella trajo aparejados. Además, a medida que, producto de las conquistas, se incorporaban territorios al reino, muchas de las ciudades que contaban con cecas comenzaron a acuñar monedas en el estilo del reino del Ponto.

Moneda de oricalo de la ciudad de Amisos en tiempos de Mitrídates VI. Busto de Dioniso en el anverso y cista mística en el reverso


Los gastos parecen haber superado los recursos de los que la corona disponía para acuñar en oro y plata, y ello dio origen a una importante innovación monetaria, la introducción de monedas de oricalco (es decir, la aleación de cobre, plomo y zinc). Se trata, sobre todo, de acuñaciones de las ciudades del reino.

El uso de estos metales alternativos permitió contar con más recursos para expandir la oferta monetaria y financiar los gastos militares. Además, todo parece indicar que estas monedas circularon con un valor superior al de su contenido metálico, lo que las hacía su emisión rentable.

lunes, 7 de octubre de 2019

Las monedas del reino del Ponto (primera parte): Los reyes tempranos y sus retratos

Tetradracma de Mitrídates III - Circa 220-195 a.C. - AR 16,89 gr.

El reino del Ponto


Tras la muerte de Alejandro Magno en el 323 a.C., el enorme imperio construido por sus conquistas comenzó a dividirse en reinos más pequeños y manejables, que quedaron por lo general en las manos de aquellos de sus altos oficiales militares que lograron imponerse en la cruenta lucha que determinó el reparto.

El reino del Ponto, en la costa sur del Mar Negro, fue una excepción a esta regla. Este pequeño Estado fue construido por la familia de los sátrapas que habían gobernado la región durante el Imperio Persa. Mitrídates I se proclamó rey (Βασιλεύς) en el año 281 a.C. y fundó la que sería una exitosa dinastía real que por matrimonio se mezclaría con la de los seléucidas.
El reino del Ponto

A pesar del origen persa de la dinastía, la influencia de la cultura helénica en el reino del Ponto sería considerable, por lo menos en la región costera al norte del territorio, que contaba con colonias griegas antiguas, como por ejemplo Sínope y Amisos. En la región montañosa del interior, sin embargo, la influencia griega era mucho menor. La población de esta zona era muy heterogénea, como lo atestigua la anécdota transmitida por Plinio el Viejo de que Mitrídates VI dominaba los 22 idiomas diferentes hablados por sus súbditos.

Las monedas de los reyes anteriores a Mitrídates VI


El reino del Ponto alcanzó una considerable prosperidad y se consolidó como un componente estable del mundo helenístico. Las ciudades griegas de su territorio tenían una larga tradición en la emisión de monedas y durante el reinado de Mitrídates II (tercer rey del Ponto, aprox. 250-220 a.C.), comenzó la acuñación de monedas de oro y plata por parte de los soberanos. Las primeras monedas pónticas imitaban el estilo de las acuñaciones de Alejandro Magno.

Estatera de oro de Mitrídates III


Mitrídates III (cuarto rey del Ponto, aprox. 220-185 a.C.), introdujo las primeras monedas con rasgos propios, tetradracmas con su imagen en el anverso. El retrato es uno de los más llamativos de todas las monedas helenísticas, precisamente porque su estilo muestra una escasa influencia griega. Aunque el cuño debe haber sido grabado por un artista griego, no encontramos aquí los rasgos idealizados que son típicos en la representación de los monarcas helenísticos. Por el contrario, vemos un retrato que se esfuerza por alcanzar realismo, con una frente arqueada y arrugada y una cara que se proyecta hacia el frente. Llamativa es también la barba corta acompañada de un delgado bigote que parece una línea sobre el labio superior.

Este estilo ha sido interpretado con frecuencia como una prueba del orgullo de estos reyes en su “ascendencia irania”, una conclusión que en mi opinión es poco convincente, dado que el resto de la moneda deja bien en claro el carácter helenístico del monarca, con un reverso que muestra a Zeus sentado con águila y cetro, acompañado de la leyenda ΜΙΘΡΑΔΑΤΟΥ ΒΑΣΙΛΕΩΣ. Por otra parte, las alianzas matrimoniales con los seléucidas ponen claramente en evidencia el esfuerzo por conectarse con los linajes de los conquistadores macedonios.

Tetradracma de Farnaces I - circa 185 a.C.


Los dos siguientes reyes del Ponto, Farnaces I y Mitrídates IV (ambos hijos de Mitrídates III) mantuvieron este estilo realista. Los retratos del primero son particularmente llamativos, con una mandíbula prominente que es excepcional y sólo puede explicarse probablemente como un rasgo personal del soberano.

Mitrídates IV se casó con su hermana Laodice, y acuñó monedas muy atractivas con el retrato de ambos. También se produjeron piezas sólo en nombre de Laodice.

Estatera de oro de Laodice, hermana y esposa de Mitrídates IV


 El nuevo estilo de Mitrídates V


Anverso de tetradracma de Mitrídates V
Mitrídates V, apodado evergetes (séptimo rey del Ponto, aprox. 152-120 a.C.), era el hijo de Farnaces I. A diferencia de sus predecesores, le dio más importancia a la cultura helénica en su corte. Su política exterior se caracterizó por el apoyo a Roma, a la que asistió con algunos barcos y contingentes de soldados en la III Guerra Púnica.

El nuevo perfil de este soberano se reflejó en sus monedas, cuyo estilo inicio un distanciamiento de los retratos realistas de sus predecesores y un avance hacia la idealización que preanuncia los cambios que serían introducidos por su hijo Mitrídates VI.


Volumen de las emisiones


La producción monetaria de los reyes del Ponto anteriores a Mitrídates VI parece haber sido pequeña. Por lo menos eso es lo que indica la gran rareza de sus monedas hoy en día.

La economía de la región no parece haber estado muy monetizada, por lo que las emisiones habrían sido esporádicas y haber respondido ante todo a la necesidad de pagar a mercenarios extranjeros empleados en diversas guerras y conflictos puntuales.

jueves, 15 de agosto de 2019

Nuevo catálogo online de monedas de los reinos helenísticos



La fusión de tres catálogos


En febrero de este año contaba en una entrada de este blog sobre los tres nuevos catálogos numismáticos online gratuitos dedicados a la moneda griega del período helenístico lanzados por la American Numismatic Society (ANS) a finales del 2018.

Se trata de los catálogos: PELLA, sobre las monedas acuñadas por la casa real de Macedonia, Seleucid Coins Online (SCO), sobre las acuñaciones de la dinastía seleucida, y Monedas Ptolemaicas Online (PCO), que incluye las acuñaciones de la dinastía ptolemaica en Egipto. Ahora la ANS ha unido estos tres proyectos en un sitio madre Hellenistic Royal Coinages (HRC).

El nuevo catálogo se ampliará en el futuro para incluir también monedas de las restantes dinastías helenísticas no cubiertas en esos primeros tres catálogos: las de los antigonidas, atálidas y la de los reyes bactrianos. El proyecto asume así una dimensión completamente nueva que lo transforma en el principal repositorio digital sobre monedas del período helenístico.

Captura de pantalla del catálogo Hellenistic Royal Coinages


El formato nomisma


El catálogo HRC usa el formato del proyecto nomisma.org, que sirve de base, por ejemplo, al excelente catálogo de monedas romanas OCRE de la ANS. 

Este formato cuenta con un muy poderoso motor de búsqueda y pretende ilustrar todas las piezas incluidas con imágenes de ejemplares de las principales colecciones públicas de monedas del mundo. También cuenta con una excelente herramienta de mapa que permite visualizar todas las cecas del mundo helenístico y explorar sus respectivas acuñaciones. 



En suma, otro excelente proyecto que será de suma utilidad a investigadores y coleccionistas de monedas de este apasionante período.

sábado, 9 de febrero de 2019

Tres nuevos catálogos numismáticos online gratuitos de la American Numismatic Association


Imagen de portada del catálogo PELLA

La American Numismatic Society (ANS) ha lanzado recientemente una serie de tres catálogos numismáticos online gratuitos dedicados a la moneda griega del período helenístico, que utilizan las mismas herramientas informáticas de su excelente catálogo de monedas del Imperio Romano OCRE (Online Coins of the Roman Empire).

Los nuevos catálogos


Los catálogos se enfocan en la moneda helenística y están organizados en tres sitios web independientes, cada uno enfocado en las acuñaciones de una de las dinastías reales más importantes del período:

(1) El catálogo PELLA: incluye las monedas acuñadas por la casa real de Macedonia, con un foco especial en las del reinado de Alejandro Magno.

(2) El catálogo Seleucid Coins Online (SCO): como su título lo indica abarca las acuñaciones de la dinastía seleucida, que es la que retuvo la mayor parte del territorio asiático conquistado por Alejandro Magno a los persas.

(3) Monedas Ptolemaicas Online (PCO): abarca las acuñaciones de la dinastía ptolemaica, que es la que tras la muerte de Alejandro mantuvo el control de Egipto.

Sus características


Los catálogos incluyen eficientes motores de búsqueda que permiten explorar su contenido por múltiples criterios. El objetivo es ilustrar cada moneda con imágenes de los ejemplares de la enorme colección de la ANS, o de aquellas de los grandes gabinetes numismáticos del mundo, como el del Museo Británico, del Gabinete numismático de los museos de Berlín, de la Colección Estatal de Monedas de Munich, por nombrar solo algunos. 

Imagen de portada del catálogo Seleucid Coins Online

La cantidad de imágenes actualmente disponible varía pero se aspira a que en un futuro cercano los tres catálogos ofrezcan una cobertura completa ilustrando todos los tipos registrados.

Los tres catálogos forman parte de un único proyecto (titulado Royal Hellenistic Coinages) financiado por el National Endowment for the Humanities. El proyecto incluirá en el futuro otros dos sitios web dedicados a los registros de los lugares de hallazgo de las monedas helenísticas y a los monogramas encontrados en muchas series de estas monedas.

Sólo queda esperar que en el futuro estos catálogos también sumen la herramienta para identificación de monedas disponible en el catálogo OCRE, ya que ello sería de mucha utilidad para que los sitios presten un mayor servicio a los coleccionistas.

En líneas generales, hay que decir que se trata de una excelente iniciativa que demuestra el gran trabajo de promoción de la nusmismática que la ANS lleva adelante desde hace años.


miércoles, 5 de diciembre de 2018

La historia y las monedas de Rodas, potencia comercial del mundo helenístico

didracma de Rodas
Didracma de Rodas - Finales del siglo III a.C.

La historia de Rodas


La isla de Rodas es la mayor del archipiélago del Dodecaneso, en el extremo suroriental del mar Egeo, justo frente a la costa de Asia Menor, con una superficie de aproximadamente 1400 KM2. La isla fue habitada desde el Neolítico, pero su importancia para la historia de Grecia comienza en el siglo VIII a.C. con la llegada de colonizadores dorios, que fundaron tres ciudades-estado (póleis) independientes en su territorio: Lindos, Lalisos y Cámiros.

Después de la derrota del vecino reino de Lidia a manos de los persas en el año 546 a.C., Rodas quedó bajo el dominio del imperio aqueménida y las tres póleis perdieron su independencia. Las ciudades de la isla participaron del fallido levantamiento jónico de Asia Menor (500-494), pero sólo recuperaron su autonomía tras la derrota de los persas en la batalla del Platea del 479 a.C., en la Segunda Guerra Médica. Lindos, Lalisos y Cámiros fueron incorporadas entonces a la Liga de Delos, una alianza defensiva que gradualmente se fue transformando en imperio marítimo controlado por Atenas.

Mapa de la isla de Rodas con los territorios de Lindos Lálisos y Cámiros

El sinecismo y la fundación de Rodas


Durante la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.) la isla se rebeló contra la dominación ateniense y se pasó al bando de Esparta en el 411 a.C. Poco después, en el año 408, las tres ciudades decidieron finalmente unirse y establecer una única comunidad política (un proceso conocido como sinecismo). Para contar con una capital común se fundó entonces una nueva ciudad en el extremo norte de la isla (que también se llamaría Rodas), encargándose el diseño del trazado urbano al célebre experto Hipodamo de Mileto.

El sitio de la capital se destacaría por sus excelentes puertos artificiales, que la dotarían de la infraestructura necesaria para transformarse en un gran centro del comercio marítimo.

Plano del trazado urbano de la ciudad de Rodas en el que pueden apreciarse sus puertos


El ascenso como potencia mercantil


Durante el siglo IV d.C., Rodas comenzó su paulatino ascenso como potencia mercantil. Tras un breve período de dominación macedónica, Rodas recuperaría su independencia después de la muerte de Alejandro Magno en el 323 a.C. y su éxito económico sería, desde ese momento, enorme, y le permitiría transformarse en el verdadero emporio del Mediterráneo oriental.

El coloso de Rodas
Tres de los generales de Alejandro Magno, Ptolomeo, Antígono y Seleuco, se repartieron la mayor parte de sus conquistas y conformaron los tres grandes reinos del período helenístico. Rodas mantendría su independencia y seguiría una política de equilibrio entre estas grandes potencias cambiando sus alianzas con ellas según las necesidades del momento.

Su poderosa flota y su hábil diplomacia serían las herramientas que le permitirían a Rodas conservar su autonomía, a pesar de que ésta se vio muchas veces directamente amenazada. En el año 305 a.C., Antígono ordenó a su hijo, Demetrio, que sitiara Rodas en un intento de romper su alianza con Egipto. 

Demetrio creó enormes máquinas de asedio para vencer las complejas defensas de la ciudad. Después de sólo un año, Demetrio desistió, firmó un acuerdo de paz y se retiró dejando atrás una enorme cantidad de equipamiento militar. Los rodios vendieron el equipo y usaron el dinero para erigir una enorme estatua en honor a al dios sol, Helios. Era el Coloso de Rodas, una de las siete maravillas del mundo antiguo, que coronaría la entrada al puerto principal de la ciudad y sería el emblema más visible del éxito y prosperidad de sus habitantes.

El gobierno de Rodas y su sistema económico

Tetradracmas de Rodas en el estándar de peso de Quíos

El gobierno de Rodas estaba organizado como una democracia abierta a todos los ciudadanos varones, que podían participar de la asamblea. La dirección efectiva del Estado quedaba, sin embargo, en manos, de un consejo de ciudadanos y de un elenco de magistrados, todos elegidos mediante el voto popular.

La riqueza que Rodas obtuvo del comercio fue enorme. La mayor parte de ella se concentraba en las manos de una oligarquía de mercaderes, banqueros, navieros y terratenientes, pero una parte no despreciable se distribuía también entre el resto de la población, bajo la forma del reparto gratuito de alimentos y otros beneficios. Por ello Rodas se vio libre de los conflictos sociales entre ricos y pobres que plagaban a otras ciudades griegas. Además, tanto la extensa flota de guerra, como la mercante, garantizaban amplias oportunidades laborales, que eran complementadas con la artesanía y los servicios.

Reconstrucción del panorama urbano de la antigua Rodas

El comercio de Rodas tenía su columna vertebral en el transporte de granos, para los que la hábil diplomacia de la ciudad sabía conseguir excepciones fiscales en todos los puertos. Este rubro era complementado con la venta de vino y aceite de oliva. Las exportaciones de armas parecen también haber sido regulares. La ciudad contaba, además, con un sistema bancario muy desarrollado, que facilitaba crédito a los compradores de bienes rodios, y con un sistema jurídico muy avanzado que regulaba la distribución del riesgo en las empresas navieras (que luego sería adoptado por los romanos como lex Rhodia). Su poderío naval le permitió, además, librar al Egeo de la plaga de la piratería, lo que hizo disminuir enormemente los riesgos del comercio.

La prosperidad transformó a Rodas en una de las ciudades más bellas del mundo griego y en un centro cultural de primer orden que atraía a algunos de los intelectuales más destacados. En estos ámbitos sólo era superada por Atenas, y no por mucho.

Las monedas de Rodas


Tetradracma de Rodas - aprox. 380 a.C.

Inmediatamente tras la unión de Lindos, Lalisos y Cámiros, la nueva ciudad comenzó a acuñar monedas con símbolos diferentes a los que habían sido utilizados por sus tres predecesoras. Por una parte, tenemos a la rosa, que era una alusión al nombre de la ciudad (en griego τὸ ῥόδον = la rosa, Ῥόδος = Rodas), por otro, al dios del sol, Helios, que parece haber sido la deidad patrona del nuevo Estado unificado. En algunas emisiones, estos motivos son acompañados por pequeños símbolos que seguramente sirvieron como marcas de control para organizar la producción de la ceca.

Cada una de las ciudades predecesores había acuñado monedas siguiendo un estándar de peso diferente. Ahora, para las nuevas monedas se adoptó el estándar de Quíos, basado en un tetradracma de 15,3 gr. Ese estándar se mantuvo hasta la década del 340 a.C., cuando fue remplazado por uno propiamente rodio, más liviano, basado en un didracma de 6,8 gr. El estándar fue nuevamente reducido en c. 190 a.C., cuando pasó a basarse en un dracma de 3 gr.

Didracma de Rodas - último tercio del siglo III a.C.
La importancia comercial de Rodas hizo que en diversas épocas sus estándares monetarios fueran imitados por otros estados de la región. Sin embargo, las monedas de Rodas parecen haber sido acuñadas para dar respuesta a las necesidades internas del Estado antes que para el comercio internacional. Eran producidas para pagar por el mantenimiento de la flota, para el pago de las obras públicas, y para los salarios de mercenarios, soldados, marineros, funcionarios y magistrados locales.

Rodas era una ciudad artística, famosa por la gran cantidad de estatuas que decoraban sus calles, obras de los mejores escultores del mundo griego. Un pueblo con una sensibilidad estética tan elevada no podía acuñar monedas que fueran simplemente funcionales, debían además ser hermosas. Lo lograron con creces. Las monedas de Rodas se cuentan, sin duda, entre las más bellas del mundo antiguo.

Dracma de Rodas - aprox. 170-150 a.C.
Los retratos de Helios, cuyos cabellos flotan en el viento y se transformar en los rayos de luz que emanan del sol, ofrecen un nivel artístico que hace pensar en una escultura. Las rosas son representadas con sus detalles naturales claramente visibles y transmiten un mensaje de vitalidad y exuberancia.

Los símbolos de Helios y la Rosa eran los emblemas de la ciudad y como tales se incluían, además de en las monedas, en todos sus productos, como si se tratara de una especie de marca o logo. Eran, por ejemplo, estampadas en las asas de las ánforas que contenían los variados productos exportados hacia todos los rincones del mundo antiguo, como la atestiguan infinidad de hallazgos arqueológicos.

Sello con la rosa en un ánfora de Rodas


Rodas y Roma


La autonomía de Rodas terminaría con la expansión de Roma hacia el Oriente. Sin embargo, la ciudad seguiría siendo un importante centro comercial dentro del imperio y un importante destino para visitantes de todo el mundo antiguo. Rodas siguió acuñando sus propias monedas hasta el último tercio del siglo I a.C., en el que el denario romano se impuso como el único circulante efectivo.

sábado, 17 de noviembre de 2018

El tesoro de Sinanpaşa, los ahorros de un soldado de Alejandro Magno

dracma de Alejandro Magno
Dracma de Alejandro Magno en el estándar de peso ático, semejante a los provenientes del tesoro de Sinanpaşa 

Hallazgo y dispersión


En los primeros años del siglo XX, en algún lugar cerca de la ciudad de Sinanpaşa, en el centro de Turquía, un campesino turco descubrió casualmente un tesoro de monedas antiguas de plata enterradas a finales del siglo III a.C.

No se sabe cuántas monedas componían el tesoro, ya que el hallazgo nunca fue declarado oficialmente y el contenido fue vendido en el mercado numismático internacional y se dispersó entre coleccionistas de diversas partes del mundo.

Todas las monedas del tesoro son dracmas en el estándar de peso "Ático" es decir, de alrededor de 4,30 gr. Las monedas presentan todas los mismos motivos en sus dos caras. En el anverso, vemos un busto de Heracles (Hércules), el legendario antepasado de la familia real de Macedonia, que lleva un tocado de piel de león. El reverso muestra a Zeus sentado en un trono, sosteniendo un águila en su mano derecha. La leyenda designa a Alejandro Magno como el monarca responsable de la acuñación. Tras la muerte de Alejandro, este diseño sería imitado por sus sucesores, aquellos de sus generales que se repartieron sus conquistas. Su diseño representa, en consecuencia, el inicio de la historia numismática del período helenístico.

Los ahorros de un veterano de las campañas de Alejandro


Entre 1919 y 1927, un erudito coleccionista estadounidense, Edward T. Newell (1886–1941), identificó cientos de monedas que provenían del tesoro de Sinanpaşa y adquirió un número importante de las mismas. Las monedas más tardías permiten afirmar con relativa certeza que el tesoro fue enterrado entre los años 317 y 316 a.C.

Infante macedonio de la época de las conquistas de Alejandro
Infante macedonio (Hipaspista) de la época de las conquistas de Alejandro


Newell donó su colección de 87.000 monedas a la American Numismatic Society. Entre ellas había 670 monedas que formaron parte del tesoro de Sinanpaşa.

El tesoro de Sinanpaşa representa con toda probabilidad los ahorros de un veterano de las campañas de conquista de Alejandro en Persia. Tras años de servicio y combate por todo el Oriente, el experimentado soldado escondió sus valiosos ahorros (o parte de los mismos) bajo la tierra, pero por algún infortunio que no conocemos no tuvo oportunidad de recuperarlos.

En el 324 a.C., Alejandro recompensó a 10.000 de sus soldados macedonios, pagando a cada uno de ellos la enorme cifra de 6000 dracmas de plata en salarios atrasados, más otras cifras elevadas en concepto de bonos y premios. Para ello se acuñaron millones de monedas con los enormes tesoros capturados en el Imperio Persa. Es probable que por lo menos parte de la fortuna enterrada en Sinanpaşa haya tenido su origen en esos pagos.

Puede encontrarse una discusión detallada de este tesoro y de su importancia histórica en el reciente libro de Peter Thonemann, TheHellenistic World. Using Coins as Sources.