jueves, 11 de junio de 2020

La moneda del último faraón

Reverso de estatera de oro del faraón Nectanebo II


La moneda en la economía egipcia


El antiguo Egipto tuvo una economía muy desarrollada basada en la singular productividad agrícola del valle del Nilo. Sin embargo, a pesar de la gran complejidad y riqueza de sus sistemas de intercambio, la ausencia de evidencia al respecto parece indicar que no se desarrolló una moneda metálica estandarizada producida por el Estado, sino sólo diversas unidades de cuenta que permitían la comparación entre el valor de los bienes a cambiar.

Se conocen algunos ejemplos de piezas de plata con un sello estampado (de las que ya he tratado en este blog) pero su rareza hace pensar que no fueron objetos demasiado comunes.

La introducción de monedas griegas en Egipto


Las monedas aparecen en Egipto muy tarde, durante el período Saíta (653-525 a.C.), como consecuencia de los contactos cada vez más intensos que se establecen entonces con las póleis griegas (que llevaron al establecimiento del emporio comercial griego de Náucratis en el delta del Nilo) y, también, del papel de gran relevancia que los mercenarios griegos desempeñaron en el ejército egipcio en este período.

Imitación egipcia de tetradracma ateniense

Sin embargo, las primeras monedas fueron acuñadas en Egipto a finales del primer período de dominación persa o tras la exitosa revuelta egipcia contra este dominio extranjero en el 404 a.C. Estas primeras monedas egipcias fueron, sin embargo, sólo simples imitaciones de tetradracmas atenienses. Los cuños para producir estas imitaciones se han encontrado en varios lugares de Egipto, lo que sugiere una producción descentralizada.

Estas monedas egipcias de estilo griego habrían sido presumiblemente utilizadas ante todo para el pago a los cada vez más imprescindibles mercenarios griegos.



Las primeras monedas verdaderamente egipcias


A mediados del siglo IV A.C., el faraón Teos (362-360 a.C.) acuñó una moneda de oro de diseño ateniense pero en el estándar persa marcada con la leyenda griega ΤΑΩ. Pero fue su sucesor, el faraón Nectanebo II (360-343 a.C.) quien probablemente produjo una serie de monedas de oro en el estándar persa con el texto jeroglífico nb nfr, que podemos traducir como “oro fino” u “oro de buena calidad”. 

Esta pieza es desde todo punto de vista excepcional y de la mayor importancia histórica, porque representa la primera acuñación que por sus símbolos refleja un contenido propiamente egipcio.

La moneda de oro de Nectanebo pesa arpoximadamente unos 8,4 gramos y presenta en el anverso la imagen de un caballo. El reverso lleva, a su vez, como ya mencionamos, dos jeroglíficos: un collar con seis cuentas (nub = oro) y un corazón y una tráquea (nefer = bueno).

Se conocen hoy en día muy pocos ejemplares de esta excepcional moneda. El ejemplar cuya imagen encabeza esta entrada está entre los mejor conservados que se conocen. Fue subastado en 2009 por 120.000 dólares.

Cabeza de Nectanebo II

El último faraón


Nectanebo II sería el último faraón verdaderamente egipcio, porque los persas bajo el liderazgo de Artajerjes III lograrían en el 343 a.C. reconquistar Egipto y poner fin, tras sesenta años, a su último período independiente. El nuevo dominio persa también sería breve, porque Alejandro arrebataría Egipto a los persas en el 332 a.C., siendo recibido por los nativos como un liberador.

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