En la primera entrada sobre las falsificaciones de Carl Wilhelm Becker planteaba el siguiente “desafío para expertos”, identificar cual de los dos decadracmas de Siracusa ilustrados en la foto era auténtico y cuál una falsificación de la mano de Becker. Muy pocos dieron una respuesta.
Para facilitar la identificación, tenéis aquí la imagen del anverso de otro decadracma de Siracusa. Como puede apreciarse claramente, una de las monedas ilustradas arriba presenta algunas diferencias de estilo demasiado notables como para ser atribuibles a una variante de la época, la de la izquierda. Si bien Becker logró captar el aspecto general de los originales, su Aretusa no es del todo convincente. Si observamos con atención, veremos que (dejando de lado otros detalles) sobre todo la línea de la frente y los arcos de sus ojos no tienen la pureza clásica de las auténticas. Lo mismo sucede con la boca, cuyos labios se encuentran algo hundidos.
Hola Diego, gracias por tu comentario. Esa línea es el producto de una grieta en el cuño con el que esta pieza fue acuñada.
ResponderBorrarsaludos,
Darío