jueves, 2 de mayo de 2013

La introducción de la moneda en Italia


Estater de Bruttium - aprox. 530-480 a.C. 

La moneda fue inventada en Lidia pero fueron los griegos los que difundieron su uso por gran parte del Mediterráneo. En esta entrada os presento una pequeña discusión de como las colonias griegas del sur de la península lentamente introdujeron el uso de la moneda en Italia.

Las primeras monedas acuñadas en Italia fueron producidas en la segunda mitad del siglo VI a.C. por un grupo de prósperas colonias griegas. Las primeras fueron Sibaris, Metaponto y Crotona, a las que siguieron posteriormente muchas otras, como Tarento, Turio o Nápoles, para mencionar sólo algunas de las más importantes. Una característica peculiar de las primeras monedas de estas ciudades es el hecho de utilizar para los reversos una representación idéntica a la del anverso pero en forma incusa. La razón no es clara, quizás porque permitía apilar fácilmente las monedas.

Estater de Síbaris - aprox. 550-510 a.C.

Las ciudades griegas de Italia utilizaron las denominaciones habituales en sus metrópolis, el dracma y su sexto, el óbolo. La principal acuñación utilizada para el comercio era un múltiplo cuyo estándar variaba de una ciudad a la otra, el estater. Ante la escasez de plata en la península italiana, las ciudades griegas obtenían este metal de las fuentes más importantes en el mundo helénico (Tracia, Macedonia y las minas del monte Laurión en Ática) a través de la exportación hacia el mundo Egeo de grano, esclavos, madera y otros productos.

Las colonias griegas en Italia y Sicilia estaban fuertemente integradas a la economía del Mediterráneo pero sus contactos con el interior de la península eran escasos. El uso de la moneda había permanecido restringido a los centros urbanos en las costas y a los distritos rurales circundantes Los pueblos itálicos del interior permanecían completamente al margen de estos desarrollos y continuaban utilizando, como desde hacía siglos, barras y trozos de bronce como medios de intercambio.

Estater de Metaponto -aprox. 510-480 a.C.

Esta situación sólo comenzó a cambiar durante el siglo IV a.C., cuando el volumen de producción monetaria de las colonias griegas creció considerablemente -especialmente en las cecas más activas: Nápoles, Tarento, Velia, Crotona, Thurio y Metaponto- y se acentuó la monetarización de la economía. Este desarrollo está ligado a la transición generalizada en el mundo helenístico de los ejércitos de ciudadanos al empleo de tropas mercenarias, que incrementó enormemente la necesidad de los Estados de contar con medios de pago para hacer frente a sus honorarios. Así, por ejemplo, Siracusa y Tarento, que durante este período mantuvieron regularmente numerosos ejércitos mercenarios, se transformaron en los mayores productores de moneda de la región para financiarlos. 

Los gastos en equipamiento, abastecimiento y personal generados por las operaciones militares fomentaron la circulación monetaria e incrementaron, necesariamente, el número de intercambios. Además de ello, contribuyeron a la monetarización del interior de la península, pues muchos itálicos prestaron servicio en los ejércitos de estas ciudades y se familiarizaron de esta forma con el uso de la moneda. Los más afortunados de entre ellos regresaron seguramente a sus pueblos con las ganancias acumuladas durante años de servicio y contribuyeron a difundir tanto la moneda como el conocimiento sobre sus formas de uso. Como consecuencia de estos procesos, la circulación monetaria creció no sólo en volumen sino también en el espacio geográfico alcanzado, comenzando penetrar hacia el interior de la península, particularmente en el sur.

Colonias griegas en el sur e Italia

Paralelo a estos cambios se produjo un significativo crecimiento en la acuñación de denominaciones más pequeñas en bronce. Las razones de este cambio no son del todo claras pero, en mi opinión, la creciente demanda de circulante para cubrir los gastos militares hizo necesario preservar la plata para las piezas de mayor valor y comenzar a usar el bronce para las de menor valor.

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