Es un hecho poco conocido que el Banco de Inglaterra emite regularmente billetes de un millón de libras esterlinas (£1.000.000) y de cien millones (£100.000.000). Los primeros son apodados "gigantes" y los segundos "titanes". Este último es, hasta donde sé, la nota de curso legal más valiosa que existe.
Por supuesto, estos billetes no están pensados para ser
usados por el público. Su existencia es consecuencia de la peculiar
organización financiera del Reino Unido, que permite a algunos bancos de
Escocia e Irlanda del Norte (por ejemplo, el Royal Bank of Scotland) emitir sus
propios billetes como medios de pago de circulación local. Como garantía de las
notas que entregan al público, esos bancos escoceses e irlandeses deben contar,
por ley, con depósitos equivalentes de libras esterlinas en el banco de
Inglaterra. Como los depósitos de garantía alcanzan cifras de varios miles de
millones de libras, el banco de Inglaterra emite especialmente para ellos estos
súper-billetes, pues sería muy incómodo usar los billetes normales para ese fin
ya que ello implicaría tener decenas de bóvedas permanentemente repletas de
efectivo, con los consecuentes costos de seguridad y pérdida de espacio. Los
súper billetes nunca abandonan, en consecuencia, el banco de Inglaterra.
La apariencia de estos billetes gigantes fue un misterio por
mucho tiempo, dado que el banco quería evitar todo riesgo de una falsificación.
Sin embargo, en medio de la disputa por la votación por la independencia de
Escocia el año pasado, el Banco de Inglaterra rompió ese secreto permitiendo
que los billetes fueran filmados como un medio para atraer la atención y
alertar a los escoceses sobre el riesgo que la independencia significaría para
sus bancos. En efecto, éstos ya no podrían seguir emitiendo billetes
respaldados por la libra inglesa.
Quizás fue uno de los factores que contribuyó a la derrota
de los independentistas.
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