martes, 8 de agosto de 2017

Las monedas de Venecia


Ducado de Andrea Dándolo c 1354 - reverso
Ducado de Andrea Dándolo c 1354 - anverso

La historia de Venecia


Durante el siglo V d.C., el norte de Italia se encontró en una situación caótica por causa de las invasiones bárbaras que asolaron el occidente del Imperio Romano. En este difícil contexto, habitantes de diversas ciudades de la región buscaron refugio en los pequeños islotes de la pantanosa laguna al norte del mar adriático. Allí encontraron seguridad y una base para su subsistencia en la pesca y el comercio de la sal. Esos fueron los modestos orígenes de la ciudad de Venecia, que crecería y crecería con el paso del tiempo hasta transformarse a finales de la Edad Media en una de las mayores potencias económicas y militares del Mediterráneo.


Ducado de Andrea Dándolo c 1354 - reverso
Ducado de Andrea Dándolo c 1354 - reverso
Su singular naturaleza como ciudad construida sobre el agua le brindaría protección y le garantizaría independencia frente a los grandes poderes de los imperios bizantino y carolingio. Además, los venecianos se organizaron en una república controlada por las principales familias de mercaderes y sin una dinastía de gobernantes hereditarios, lo que garantizaba que las autoridades siempre velaran por los intereses del comercio. Al frente de la república se encontraba el dogo, un gobernante vitalicio elegido por una asamblea aristocrática. Durante su larga historia la república veneciana se caracterizaría por su estabilidad y por la ausencia de las convulsiones que normalmente afectaban al resto de los estados europeos de Ali y su apodo de la serenísima.

Por su actividad eminentemente mercantil Venecia siempre Tuvo una intensa circulación monetaria. Durante la temprana edad Media los venecianos utilizaban sobre todo las monedas bizantinas que eran las de mayor calidad y aceptación en todo el mundo Mediterráneo.

Las monedas de venecia: el grosso de plata y el ducado de oro


Grosso de Francisco Dándolo 1328
Grosso de Francisco Dándolo 1328

A comienzos del siglo XIII existía una clara necesidad de una moneda de alto valor que fuera aceptada en el comercio internacional. Las monedas bizantinas que se habían utilizado para ese fin desde principios de la Edad Media habían perdido gradualmente esa posición porque habían sido devaluadas y ya no se las consideraba como medios de pago confiables. En este contexto, el gran Dogo veneciano Enrico Dandolo (gobernó 1192-1205) introdujo una nueva moneda de plata de alta calidad, el grosso, o matapán, aunque no sabemos la fecha exacta.

Con un peso teórico de 2,2 gramos, la moneda alcanzaba una pureza del 98,5 %, lo máximo que se podía alcanzar con la tecnología de la época, lo que le garantizó una amplia aceptación como medio de pago internacional.  El diseño estaba fuertemente influido por la iconografía bizantina, con un Cristo entronado en el anverso y San Marcos y el dogo sosteniendo un estandarte entre ellos, en el reverso.

Ducado de Fra Griovanni  Dándolo - 1284
Ducado de Fra Griovanni  Dándolo - 1284

Alrededor de 1250, a medida que el comercio en el mundo mediterráneo floreció y se expandió, Génova y Florencia - los rivales comerciales de Venecia - acuñaron nuevas monedas de oro puro de alto valor, el genovino y el florín, con un estándar de aproximadamente 3,5 gramos. El florín se impuso rápidamente como la nueva divisa para el comercio internacional. El éxito de esta moneda llevaría finalmente a los venecianos en 1284 a introducir su propia moneda de oro, el ducado. La misma tenía un peso teórico de 3,53 gr. y una pureza del 99,5%, que le permitirían conquistar un lugar como divisa internacional ampliamente aceptada y competir exitosamente con el florín.

El anverso lleva una figura erguida de Jesús rodeada de estrellas, con la lyeyenda T[ibi] XPE (Christe) DAT[us] Q[uem] T[u] REGIS ISTE DVCAT[us]. En el reverso aparece San Marcos entregando una pancarta all dogo.

Venecia continuaría acuñando ducados con la misma calidad hasta el final de la República en 1797.

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