Esta interesante moneda es una
pieza de plata de 3 kreuzer (una unidad monetaria usada en los estados del sur
del Imperio Romano Germánico) acuñada en 1670. En el anverso vemos el retrato
del soberano Leopoldo I de perfil y en el reverso el águila imperial de dos
cabezas.
Ambos motivos están acompañados
de una extensa leyenda: (anverso) LEOPOLDVS D [EI] G [RATIA] R [OMANORVM] I
[MPERATOR] S [EMPER] A [VGVSTVS] G [ERMANIAE] H [VNGARIAE] B [OHEMIAE] REX
(reverso): ARCHID [VX] AVS [TRIAE] DVX B [VRGVNDIAE] CO [MES] TYR [OLIS]. Que puede
traducirse como "Leopoldo, por la Gracia de Dios, Emperador de los
Romanos, siempre Augusto, rey de Alemania, Hungría y Bohemia, archiduque de
Austria, duque de Borgoña, conde de Tyrol."
Sin duda, el lector ya ha notado
los particulares rasgos con que se ha representado a Leopoldo I. No se trata de
una caricatura o de un error en el grabado del cuño, sino que el perfil intenta
mostrar de manera realista el aspecto del soberano.
Debido a generaciones de endogamia
dentro de la familia Habsburgo, Leopoldo nació con un trastorno genético
conocido como prognatismo mandibular, más comúnmente llamado, por razones
obvias, precisamente "mandíbula de Habsburgo".
Como se puede ver en la imagen de
la moneda, la mandíbula inferior de Leopoldo se proyectaba hacia afuera mucho
más que la superior, dotando a su rostro de una característica singular. El
rasgo ha sido estudiado por genetistas durante años y se ve fácilmente en
imágenes que retratan a miembros de la Casa de Habsburgo. En el caso de
Leopoldo, este defecto parece haber sido especialmente prominente, al punto de
que sus enemigos apodaran desdeñosamente al soberano como “boca de camello”.
Belleza y fealdad son criterios
subjetivos que, por lo tanto, varían según el observador. Sin embargo, en el
caso de las monedas de Leopoldo existe un consenso bastante amplio en que puede
considerárselas entre las más feas de todos los tiempos. Quizás por eso mismo son
muy buscadas por los coleccionistas.
En algunas de las monedas de Leopoldo
la mandíbula inferior es representada algo más pequeña, pero en prácticamente todas
el retrato imperial tiene un aspecto cercano a lo grotesco. Un segundo ejemplo
acompaña esta entrada a modo de ilustración.
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