martes, 9 de julio de 2019

Las monedas en honor a Antínoo, el amante del emperador Adriano

moneda de Antínoo - Alejandría
Æ Hemidracma de Alejandría, Egipto, en honor a Antínoo. Datado RY, 19 de Adriano = 134/5 d.C. Anverso: ANTINOOV HPωOC, busto drapeado a la derecha, con corona ritual. Reverso: Antínoo con capa y a la derecha a caballo; L/I-Θ (fecha) en el campo.

Adriano y su favorito


Uno de los rasgos originales del reinado del emperador romano Adriano (117-138 d.C.) fue la pretensión del soberano de visitar todas las provincias del imperio, razón por la que fue conocido como el “emperador viajero”.

De visita en la región de Bitinia, a principios de la década del 120 d.C., Adriano conoció allí a un adolescente de singular belleza, Antínoo, quien desde ese momento se transformó en su favorito y amante, y lo acompañó en todos sus restantes viajes.

La muerte y divinización de Antínoo


Unos años más tarde, en el año 130 d.C., Adriano se encontraba visitando la provincia de Egipto. Durante un paseo de la comitiva imperial por el Nilo, Antínoo cayó en circunstancias poco claras al Nilo y se ahogó.

Según algunas versiones, el joven se habría sacrificado para que el emperador tuviera una larga vida. Según otras, se habría suicidado para escapar a las excesivas exigencias amorosas del emperador. Los historiadores modernos no descartan un complot en la corte para eliminar al favorito.

Estatua de Antínoo en el Louvre. Originalmente en la Villa de Adriano en Tïvoli


Sea como fuere, es indudable que la muerte del joven llenó al emperador de un profundo pesar, al punto que decretó que fuera divinizado e incluido en el panteón romano. También ordenó la construcción de una ciudad en el lugar de su muerte que, según la costumbre helenística, llevaría el nombre de Antinoópolis.

El rostro de Antínoo fue entonces reproducido en estatuas por todos los rincones del imperio y también incluido en numerosas emisiones de monedas y medallones de ciudades griegas del imperio.

Todas las representaciones de Antínoo, tanto en esculturas como en monedas, comparten ciertos rasgos distintivos que permiten identificarlo fácilmente: rizos despeinados, un perfecto perfil griego, y una melancólica mirada ligeramente inclinada hacia el suelo.

Medallón en honor a Antínoo. Mantinea, Arcadia. 41mm de diámetro y 39.30 gr.

Las monedas en honor a Antínoo


Unas treinta ciudades griegas emitieron monedas de bronce con la imagen de Antínoo. Las mismas se concentran mayoritariamente en tres regiones: Arcadia en Grecia, Bitinia en Asia Menor y Alejandría en Egipto, que fue la más prolífica, probablemente porque allí el culto a Antínoo fue rápidamente asociado con el de Osiris y adquirió gran popularidad. Vemos un ejemplo de las acuñaciones de Alejandría en honor a Antínoo en la imagen que encabeza esta entrada.

Moneda de bronce en honor a Antínoo. Bitinia, Tion. 11.43 gr.


Las monedas de Antínoo fueron todas acuñadas en bronce. Pueden distinguirse tres grupos diferentes. Un primer grupo se compone de monedas de gran tamaño con retratos finamente elaborados que casi parecen medallones. El segundo, de monedas más pequeñas, de la misma calidad que las acuñaciones habituales de las cecas que las produjeron. El tercer grupo, finalmente, consiste de monedas pequeñas de mala calidad.

En general, las monedas llevan en el anverso la cabeza o el busto de Antínoo. Las leyendas lo designan habitualmente como héroe o Dios. Las monedas de Alejandría y Tarso carecen de esta designación, pero señalan la divinidad del difunto con una corona ritual o una estrella. Los motivos de reverso son variados pero tienen siempre una connotación ritual.

Sin duda, estas acuñaciones respondieron a la iniciativa individual de las ciudades productoras y no a una directiva del emperador. El objetivo era demostrar la lealtad al soberano y disponerlo favorablemente para con la ciudad.

Todos estos honores excepcionales a Antínoo parecen haber cesado inmediatamente tras la muerte de Adriano en el 138 d.C. El nuevo soberano, Antonino Pío, mantendría una política religiosa mucho más tradicional en la que este tipo de prácticas no parecen haber sido alentadas.

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