Durante los reinados de los emperadores julio-claudios, en
los dos primeros tercios del siglo I d.C., el arte numismático romano alcanzó
un pico de excepcional calidad, visible sobre todo en los sestercios acuñados
durante el período. La pieza cuya imagen encabeza esta entrada es un claro
ejemplo de ello, con sus elaboradas escenas de anverso y reverso.
Para responder a la pregunta, este sestercio fue acuñado en
el reinado de Calígula, probablemente entre los años 39-40 d.C., para
conmemorar un evento específico de los primeros meses de su reinado, la
inauguración del templo dedicado al emperador Augusto por el senado tras su
muerte en el 14 d.C., cuando fue oficialmente reconocido como un dios.
El templo del divino Augusto
El templo fue construido entre las colinas de los montes
Palatino y Capitolino, en el sitio de la casa que Augusto había habitado antes
de iniciar su carrera política. El sitio no ha sido excavado y sólo tenemos una
idea de la apariencia del templo por su representación en monedas como esta.
Sabemos también que fue reconstruido por Domiciano y por Antonino Pío, y que siguió
en uso hasta el siglo III d.C.
La construcción del templo fue lenta y se extendió durante
todo el reinado de Tiberio, al punto de que este emperador falleció unos meses antes
de la dedicación. Ésta se celebró en agosto del 37 d.C., el mes renombrado en
honor de Augusto. Calígula, como Póntifice Máximo, tuvo la responsabilidad de
dirigir las ceremonias y realizar los sacrificios rituales. Era una excelente
oportunidad para que el nuevo soberano se pusiera en escena ante los ojos de
los habitantes de Roma, resaltando su conexión familiar con Augusto, su
bisabuelo materno. Se alude directamente a esta conexión en la leyenda del
anverso.
Según el historiador Dión Casio (59.7.4), los festejos
organizados por Calígula para marcar el evento fueron excepcionalmente
extravagantes: se llevó a cabo una carrera de caballos de dos días y se
organizó un gran espectáculo de combates que incluyó la matanza de 400 osos y de
muchas otras bestias salvajes.
El sestercio de Calígula
Un par de años después de las ceremonias descritas, Calígula
hizo acuñar en la ceca de Roma este exquisito sestercio cuyo reverso hace
referencia al momento en que él mismo ofició uno de los sacrificios rituales,
en este caso, el de un toro. El emperador aparece de pie junto a un pequeño
altar con la cabeza velada y con una patera en su mano, mientras dos asistentes
acercan el toro. Detrás puede verse el frente del templo de Augusto. El
grabador del cuño se ha esforzado por mostrar la estructura y la decoración del
edificio con cierto detalle. Seis columnas sostienen el arquitrabe, del que
cuelgan guirnaldas. El friso contiene cinco figuras, la más grande, la del
medio, podría identificarse probablemente como Marte. En la parte superior del
techo, el artista ha colocado una cuadriga en posición frontal, acompañada de victorias
aladas y otras figuras. La escena es flanqueada por la leyenda DIV AVG y por
las convencionales letras SC.
En anverso, encontramos una leyenda que expone la titulatura
imperial y la conexión de Calígula con su bisabuelo Augusto: CAESAR • DIVI •
AVG(usti) • PRON(EPOS) • AVG(ustus) • P(ontifex) • M(aximus) • TR(ibunicia) • P(otestate)
• III • P(ater) • P(atriae). En lugar del habitual busto imperial encontramos
una figura velada y drapeada de la diosa Pietas, sentada hacia la izquierda,
identificada fuera de toda duda por su nombre ubicado en el exergo. La diosa
sostiene una patera y apoya el brazo sobre una pequeña figura. El grabador se
esfuerza aquí por representar de manera realista los pliegues de su ropa, lo
que logra con gran éxito.
En líneas generales, el estilo de las escenas es escultural
y sigue los elevados estándares iconográficos habituales del período de la
dinastía julio-claudia. El resultado es una obra maestra, cuya calidad puede
compararse con la de las mejores producciones artísticas de su época.
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