La gran casa numismática Ars classica realizará los próximos 4 y 5 de abril una espectacular subasta de monedas griegas, romanas y bizantinas en su sede de Zürich. La subasta incluye una gran selección de piezas que se destacan por su calidad y rareza, tal como nos tiene acostumbrados esta casa suiza. De la rica oferta me gustaría destacar una moneda que considero de especial interés histórico: un fantástico sestercio del emperador Tito acuñado alrededor del año 80 d.C. y que presenta en su anverso al coliseo con todo lujo de detalles, como puede apreciarse en la imagen que encabeza esta entrada.
Un poco de historia
El coliseo es hoy en día una de las construcciones humanas más famosas del mundo y uno de los edificios más antiguos en seguir todavía en pie. Su construcción fue iniciada por Vespasiano en el año 72 d.C. en terrenos que el emperador Nerón había utilizado para el parque de su enorme palacio, la “casa de oro” (domus aurea). Originalmente, había sido una zona densamente poblada, pero Nerón se había apropiado de ella tras quedar desocupada por la destrucción causada por el famoso incendio del año 64. El parque contenía un lago artificial, que Vespasiano hizo rellenar para construir el anfiteatro. La obra fue una inteligente maniobra política. Lo que Nerón había pretendido usar para su beneficio personal, era ahora devuelto por Vespasiano al pueblo de Roma. La construcción era, además, una fuente de trabajo y, por lo tanto, de ingresos para los plebeyos de la ciudad. Vespasiano no llegó a ver culminado su proyecto, falleciendo en el 79 d.C. Fue su hijo, Tito, quien celebró una fastuosa inauguración en el año 80 d.C. Las festividades duraron meses y más de 9.000 bestias fallecieron en la arena.
Propagando la generosidad del emperador
Semejante construcción y semejante evento debían ser anunciados a todos los habitantes del imperio y las monedas, como el sestercio que nos ocupa, eran el medio para hacer llegar la novedad a todos los rincones del orbe romano.
En el anverso vemos al coliseo con sus tribunas repletas de público. En la parte superior pueden reconocerse los toldos plegados que se utilizaban para proteger a los espectadores del fuerte sol italiano. Los cuatro niveles del edificio están claramente representados, y puede reconocerse que cada una de las arcadas del segundo y tercer nivel está decorada con una estatua. En el reverso podemos ver al emperador sentado en una silla curul con armas rendidas a sus pies. El mensaje general es claro: quien vea la moneda podrá apreciar el magnífico regalo recibido por el pueblo de Roma y saber quién fue su autor.
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