Hace unas semanas escribía aquí sobre la subasta Gemini VIII y sobre la pieza estrella de la misma, el espectacular decadracma ateniense, incluido como lote número 45, cuyas imágenes acompañan esta entrada. Con un valor estimado en 850.000 dólares, era una de las piezas destinadas a marcar con seguridad uno de los hitos numismáticos del año. Con evidente orgullo de contar con semejante moneda para ofrecer a los coleccionistas, los organizadores de la subasta, Gemini y Heritage Auctions, colocaron su imagen en la portada del exquisito catálogo preparado para la ocasión.
La subasta fue llevada a cabo los días 14 y 15 de abril pasados. Al observar los resultados obtenidos, me encontré con la sorpresa de que Gemini había sigilosamente retirado unos días antes la pieza de entre los lotes ofrecidos, porque ¡habían recibido nueva información que ponía en duda su autenticidad! Hace algún tiempo trataba en este blog el problema de las monedas falsas y sobre lo difícil que es lograr una certidumbre absoluta, pero confieso que hubiera creído imposible que dos de las casas de subastas más prestigiosas del mundo hicieran el ridículo de esta forma. No se ha brindado mucha información al respecto, pero parece que las dudas fueron planteadas en un primer momento por algunos coleccionistas en diversos foros de internet. La reacción de los organizadores de retirar la moneda indica que las dudas tienen por lo menos algún sustento.
Si la moneda es realmente falsa, es evidente que fue producida mediante acuñación con un troquel falso, en mi opinión, grabado a mano. Normalmente, este tipo de falsificaciones son detectadas a través de un análisis estilístico de los motivos, pero puede haber falsificaciones de gran calidad que no puedan ser detectadas con absoluta certeza de esta manera. Un análisis de la composición química de la aleación metálica tampoco es absolutamente concluyente dado que ello también puede imitarse. Lo que despierta dudas en el caso de este ejemplar es que, de ser auténtico, habría sido producido con un cuño diferente a los utilizados en todos los ejemplares conocidos de esta moneda. Por otra parte, no está del todo clara la historia previa y procedencia de la misma (¡supuestamente hallada en 1952 por un ingeniero petrolero!), algo un poco extraño en un ejemplar de esta relevancia. Nada de esto es una prueba de que sea falsa, pero esos son algunos de los motivos que permiten dudar de su autenticidad.
Si las dudas son fundadas, no creo que Gemini y Heritage quieran publicitar mucho su error. Intentarán que caiga en el olvido, por lo que no brindarán mucha información al respecto. Si existen motivos que permitan defender la autenticidad de este decadracma, es posible, sin embargo, que algo de duda persista y que la pieza no pueda rehabilitarse. Creo que nadie invertiría cerca de un millón de dólares si hay alguna posibilidad, por remota que sea, de que la moneda en cuestión sea falsa.
Hola Dario, sí, la verdad es que todo el tema este es muy sorprendente; yo me dí cuenta de la retirada del lote el día antes, cuando estaba repasando los lotes por los que quería pujar.
ResponderBorrarYa cuando me llegó el catálogo a casa, vi la portada, y busqué el lote, me quedé un poco extrañado, un decadracma ateniense de cuño nuevo... pero en fin, supuse que esta gente tiene expertos suficientes para respaldarlo, así que no le dí más vueltas (tampoco sería tan raro, aparecen continuamente cuños nuevos de monedas).
La patinada, sobre todo en mi opinión de Harlan Berk que tiene entre su personal al Dr. Wolfgang Fischer-Bossert autor del libro The Athenian Decadracm (http://www.numismatics.org/Store/Decadrachm), es antológica, y en mi opinión bastante peligrosa.
Por otro lado, ver estas cosas nunca está de más, sirve para escarmentar en cabeza ajena, y pensarse muy mucho la compra de piezas inéditas si no se es un experto absoluto de la serie en la que ha aparecido la moneda (y no fiarse demasiado de la casa de subastas/numismático, que no sabrá probablemente mucho más que uno mismo sobre el tema).
Veremos como acaba el tema, por que esto puede traer cola.
Rebuscando un poquito por internet, añadir otro posible tema, que salva el 'honor' de Mr. Fischer-Bossert, pero no el de Harlan Berk y Heritage, y es que la moneda, siendo auténtica, no tenga un clara procedencia, lo que en los USA es problema muy grande con las restricciones que tienen a la moneda griega. Lo que en mi opinión aún sería una patinada más grande, tratándose de semejante lote. No está el patio para estos bollos, y menos después de las restricciones de principios de año de monedas romanas en los USA, incluyendo todos los Aes Grave.
ResponderBorrarPor acabar, y como pequeña pulla, si al final la pieza acaba siendo digna de Lipanoff, la cagada de NGC con su certificado de autenticidad es cósmica; espero que esto haga pensarse mucho a la gente a la hora de usar los servicios de grading (PCGS se ha instalado en París a finales del año pasado); bastante lío tienen ya los coleccionistas de moneda norteamericana (sobre todo la usana) para extenderlo al resto de la numismática.