Escribo este blog en los breves minutos de tiempo robados a mis ocupaciones académicas, por lo que muchas veces no me es posible responder en forma adecuada a los comentarios de los lectores, pero leo y disfruto todo lo que ellos me aportan. De hecho, creo que una de las mayores satisfacciones de mi humilde blog es contar con lectores inteligentes, críticos y con grandes conocimientos numismáticos. Algunos de ellos tienen, a su vez, excelentes páginas propias como Adolfo, Rubén y Carlos. Precisamente, Carlos ha escrito un extenso comentario a mi entrada sobre el decadracma de la Gemini VIII retirado de la subasta por dudas sobre su autenticidad. Yo he seguido indagando sobre el tema y los argumentos de Carlos me han impulsado a presentaros esta entrada ampliando mis reflexiones sobre lo sucedido.
Los decadracmas atenienses y el Dr. Wolfgang Fischer-Bossert
Los decadracmas griegos se encuentran entre las monedas antiguas más grandes, raras e interesantes, por lo que pueden alcanzar precios muy elevados. De entre ellos, los decadracmas atenienses son las verdaderas estrellas de la numismática antigua, pues suman a todo lo dicho un gran interés histórico. Son, además, particularmente raros, conociéndose hoy en día unos 40 ejemplares. Una docena de ellos fue descubierta en Turquía y confiscada por el gobierno de ese país y no son accesibles a los investigadores. Todo ello hace que estas monedas puedan alcanzar valores enormes. De ser auténtico, el decadracma de la Gemini VIII bien podría, por ejemplo, alcanzar un valor cercano al millón de dólares en subasta.
Decadracma auténtico - anverso
Lo dicho hace entender que los decadracmas atenienses hayan sido blancos especialmente atractivos para los falsificadores. Ya ha habido casos de decadracmas falsos incluidos en importantes subastas. La aparición del ejemplar presentado para la Gemini VIII (producido con un cuño desconocido y con una historia algo extraña sobre su origen) debería, en consecuencia, haber despertado a priori algunas sospechas. Conforme pasan los días y reflexiono sobre el tema, mis dudas sobre esta moneda crecen y cada vez creo menos probable que veamos su autenticidad rehabilitada.
Pero es muy fácil ser sabio después de que otros ya han señalado el problema. Confieso que, como decía en la entrada anterior, yo no tuve ni sombra de duda sobre la autenticidad de esta pieza, pues creía que la autoridad de Harlan Berk, director y propietario de la casa de subastas Gemini (y autor de uno de mis libros favoritos), era suficiente para garantizarla. Además, Gemini había recurrido para evaluar esta pieza al Dr. Wolfgang Fischer-Bossert un académico independiente alemán que es un especialista reconocido internacionalmente sobre decadracmas atenienses, autor del libro, The Athenian Decadrachm. Fischer-Bossert se explaya en el catálogo de la Gemini VIII elogiando la calidad e importancia del ejemplar ofrecido al público y lo utiliza incluso para fundamentar algunas de sus teorías sobre la fabricación de los cuños con que fueron producidas estas monedas.
Decadracma auténtico - reverso
Carlos me dice en su comentario que considera al director de Gemini, Harlan Berk, en mayor medida responsable de este bochornoso suceso que al Dr. Fischer-Bossert. Entiendo su punto de vista, pero creo que la reputación de Fischer-Bossert también saldrá fuertemente dañada de este episodio.
Conclusiones y más preguntas
Personalmente, creo que la conclusión o lección a extraer sobre este episodio es que la confianza en la “autoridad” es peligrosa en la numismática como en cualquier otro campo, porque tiende a hacernos dejar de lado el examen crítico y racional de los hechos y argumentos.
Finalmente, si este decadracma es realmente falso, la pregunta que surge es la de quién lo fabricó. Probablemente nunca sepamos la respuesta pero coincido con Carlos en que la excepcional calidad de este trabajo recuerda a los maestros búlgaros del conocido como “estudio de Lipanoff”.
Tanto la casa de subastas como el Dr Fischer-Bossert van a estar expuestos a las suspicacias a partir de ahora...
ResponderBorrarEn temas como este, la confianza es el principal activo que te da valor...
Antes de nada, darte las gracias por haber incluido mi blog entre los de Adolfo y Carlos, honor que creo no merecer en cuanto no soy ni de lejos un experto ni mi formación académica es para hacer los desarrollos que leo aquí; de nuevo, mis más sinceras gracias.
ResponderBorrarEntrando en el tema de esta entrada, me gustaría comentar una impresión mía surgida tras la lectura entre líneas de esta entrada; estamos hablando del prestigio de dos autores en numismática clásica que, aunque yo desconocía por no entrar en este campo, veo que tienen un reconocimiento internacional. Incluso a pesar de semejante peso en sus valoraciones este decadracma ha "engañado" a todos. Es una noticia que yo la tomo como funesta, para el mundo académico y para el mundo del coleccionista, al significar que estamos en un momento en qué cada vez vivimos con más miedo el adquirir y estudiar una nueva pieza, sea inédita o común.
La ventaja es que podemos llegar a observar un desplome en los precios de subasta debido a este miedo, yo lo tengo, y no seré el único. La desventaja es que estas piezas modificarán y tergiversarán mucho del conocimiento adquirirdo hasta entonces; conocimiento que se encuentra siempre renovándose, ¿adónde llegaremos? ¿no estaremos enterrando a la historia con datos erróneos?
Es un tema que me preocupa mucho en cuanto numismática es una ciencia auxiliar de nuestra historia. A veces me planteo la elaboración de un mecanismo de pedigree para las monedas, un código en el que marcar el recorrido que ha tenido desde su aparición en un tesorillo, excavación o similar hasta hoy, claro que empezaríamos a coleccionar por pedigrees elitistas, en lugar de la moneda...
Asunto espinoso y terrorífico...
Yo me inclino a pensar en que hasta que sepamos más, hay las mismas posibilidades tanto de que el decadracma sea una falsificación como que sea auténtico pero de origen cuestionable; yo me inclinaría a pensar más en lo segundo, me extrañaría mucho que les colasen tanto a Harlan Berk como al Dr. Fischer-Bossert una pieza de esta entidad, que la habrán tenido en las manos durante muchas horas (por no hablar de que también ha pasado por manos de NGC, que autentificó y dio grado).
ResponderBorrarHarlan Berk y Heritage tienen un problema muy gordo entre manos; si es falsa su prestigio como dealers de piezas antiguas se va por los suelos (no es permisible un fallo tan clamoroso, y ahí hay que meter entonces también a NGC al respaldar la autenticidad), si es auténtica de procedencia cuestionable, tienen otro problema grave, y es el miedo comprensible de todos sus clientes de cara comprarles piezas que pueden ser confiscables por la 'autoridad'.
Respecto de lo que comenta Ruben sobre el miedo a las falsificaciones, comparto ciertamente sus temores, como coleccionista de moneda antigua (y he de decir que ha mi ya me han colado una pieza falsa), pero es algo connatural a esta afición; no tenemos otra protección que el conocimiento, y sí, el pedigree (aditamento que nos puede venir bien de paso ante la ola de restricciones al comercio numismático que estamos viendo desplegarse últimamente); y totalmente de acuerdo con Dario, la 'autoridad' no puede hacernos olvidar que es necesario mantener un sano punto de vista crítico, y asumir que incluso a través del numismático más pintado nos pueden colar gato por liebre.
Gracias Darío por tenerme tanta estima, aunque la verdad es que me considero muy lejos de saber lo que tú sabes de numismática.
ResponderBorrarYo no tengo capacidad para juzgar si esa moneda es buena o no, aunque fallar en la autenticación de un decadragma ateniense es un error garrafal para una autoridad. De todas formas, se han comportado con bastante honradez: ante la duda han puesto la moneda en cuarentena y no han seguido para adelante contra viendo y marea haciendo un alarde de prepotencia, como hubieran hecho otros. Un error lo puede tener cualquiera y también es importante saber asumirlos.
Por otro lado, cierto es que importante mantener siempre la capacidad crítica, ¿qué duda cabe? Darío, Rubén y yo somos investigadores, lo debemos saber bien :D
Falsificaciones ha habido siempre y siempre ha sido un problema. Sin ir más lejos, el cuadro de El Coloso ha sido atribuido durante 200 años a Goya y estaba expuesto en El Prado. Hay quien también duda de la autoría de las pinturas negras... creo sinceramente que es necesaria una empresa dedicada a proporcionar trazabilidad a las monedas. Es decir, que cuando alguien compre una pieza sepa por qué manos ha pasado hasta llegar a él. De esa forma se evitarán las falsificaciones en masa.
saludos,
Adolfo
Al fin!!!
ResponderBorrarllevaba intentando publicar este comentario casi desde el día que escribiste la entrada. Usando varios navegadores para ello y nada.