He pasado las últimas semanas gozando de unas vacaciones, por lo que el
ritmo de publicación en el blog ha sido algo menos intenso de lo habitual.
Ahora estoy dando los últimos toques a mi artículo sobre los contorniatos para
la revista numismática OMNI y ocupado intensivamente con las obras del gran
numismático italiano –experto en medallones romanos- Francesco Gnecchi, por lo
que me pareció oportuno dedicar una entrada a su vida y obra.
Empresario, pintos y coleccionista
Francesco Gnecchi nació en el año
1847 en el seno de una acaudalada familia de empresarios textiles especializados
en la producción de seda. Estudió derecho en la universidad de Pavía pero, tras
obtener su título, se dedicó a atender los negocios familiares, actividad que
combinaba con la pintura, produciendo, sobre todo, obras de tipo paisajístico,
como lo ilustra el siguiente ejemplo.
Gnecchi comenzó coleccionar
monedas romanas a partir de 1870 y, en pocos años, su colección creció hasta
transformarse en una base para sus primeros estudios, una serie de folletos
publicados en conjunto con su hermano Ercole Gnecchi. Junto con este último y otros
entusiastas, Francesco participó en 1888 de la fundación de la Rivista Italiana
di Numismatica, dirigida inicialmente por Solón Ambrosoli y, más tarde, por él
y su hermano. En sus páginas publicaría importantes aportes a muchos campos de
la numismática romana. Esta revista sigue apareciendo en forma ininterrumpida desde
ese año y es hoy una de las más prestigiosas de esta especialidad (podéis
consultar sus primeros números en este sitio). En 1892, Gnecchi fue, además,
uno de los socios fundadores de la Sociedad Numismática Italiana, que todavía
conserva su sede en Milán y lleva adelante la edición de la revista.
La rigurosidad y calidad de los
trabajos de Francesco le valieron un rápido reconocimiento internacional y en
1906 fue galardonado con la medalla de la Real Sociedad Numismática de Londres.
Su gran aporte, el estudio de los medallones romanos
Desde muy temprano, Gnecchi
comenzó a interesarse particularmente por los medallones romanos, en los que
concentró sus esfuerzos como coleccionista y numismático. Fruto de este interés,
aparecería en el año 1912 su obra más importante, I medaglioni romani, dividida en tres volúmenes (el segundo y el
tercero con dos partes cada uno). A pesar de haber cumplido ya un siglo, este
trabajo sigue siendo fuente de consulta y de referencia imprescindible para este
tipo de piezas. Lamentablemente, aunque se encuentra en el dominio público desde
hace décadas, no se encuentra disponible online en forma completa, sólo se han
digitalizado dos partes incluidas en el sitio archive.org.
Francesco falleció en el año
1919. Había seguido comprando monedas hasta sus últimos días, llegando a reunir
unas 20.000 piezas en total, de todos los períodos de la historia de Roma, pero
especialmente rica en medallones. Una de sus piezas más notables era el
magnífico “medallón de Senigallia” (imagen sobre este párrafo) el único retrato conocido del rey ostrogodo
Tedorico, que había sido descubierto en 1894 y comprado por los Gnecchi.
Afortunadamente, el singular valor de su colección fue reconocido y el estado
italiano la adquirió a sus herederos en el año 1923 para que formara parte del
Museo Nazionale Romano en el Palazzo Massimo alle Terme, donde todavía hoy en
día muchas de sus piezas forman parte de la exposición permanente.
Ya que estamos en toma, te recomiendo la introducción a su manual de numismática romana (en pdf se ve la traducción al ingles del original). Quizás lo estrictamente numismático ya quedó demasiado desactualizado pero aun así es un testimonio de un coleccionista apasionado que plantea ciertas cuestiones y puntos de vista que no han perdido vigencia. Vale la pena leerla.
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