Los que seguís este blogs ya debéis saber que estoy terminando un
trabajo sobre los contorniatos para la revista de numismática OMNI. Ya había
presentado en otras entradas este tipo de piezas, pero ahora me he percatado de ciertas deficiencias y me
he decidido a ofrecer una descripción general introductoria más precisa.
Se designa habitualmente como
“contorniatos” a cierto tipo de medallones pseudo-monetarios producidos en Roma durante los
siglos IV y V d.C. de tamaño semejante a un sestercio. El nombre “contorniato” es una designación moderna
que encontramos ya en estudios numismáticos del siglo XVI y que proviene de la
palabra italiana “contorno”. Con este término, se hace referencia a la grafila,
es decir, a la delgada línea hundida que marca el borde del anverso y el
reverso y que es la principal característica distintiva de estas piezas.
Un segundo rasgo distintivo, es
que los cospeles de casi todos los contorniatos tienen sus bordes ligeramente
elevados, efecto que se obtenía martillando el canto del cospel. La grafila se
encuentra, generalmente, grabada sobre la cara interna de ese borde. Es
evidente que esta incisión se realizaba una vez que la pieza había sido
acuñada, pues en algunos casos puede verse que la misma corta las letras de la
leyendas. La factura de los contorniatos se distingue, finalmente, también por
el escaso relieve de sus motivos y la delgadez de los cospeles utilizados.
Además de este peculiar formato,
los contorniatos comparten muchos otros singulares atributos. Son típicamente
de bronce, aunque se conservan también algunos de latón y otras aleaciones. La
gran mayoría fueron acuñados de manera semejante a las monedas de la época,
pero se conocen ejemplares fundidos y otros que han sido directamente grabados
en el cospel. Todos los motivos representados comparten, finalmente un estilo
semejante de factura algo torpe, abundando los errores ortográficos en sus
leyendas. Es común también, encontrar monogramas grabados en sus caras.
Los motivos representados son muy
variados y no parece haber una conexión clara entre los de anverso y reverso,
por lo menos no una reconocible hoy en día. Sin embargo, el gran denominador
común son representaciones ligadas a los grandes juegos romanos, sobre todo a
las carreras de carros en el circo máximo y a temas teatrales.
Los especialistas han formulado
las más diversas explicaciones sobre cuál era su función y en mi trabajo
presentaré una revisión de todas las teorías más importantes junto con un par
de humildes hipótesis propias. ¡Espero
haber despertado vuestra curiosidad!
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