Un excepcional áureo
de Augusto descubierto recientemente nos ofrece la posibilidad única de
acercarnos al momento en que se producía el nacimiento del sistema imperial en
Roma. Aquí os dejo una pequeña aproximación a este fascinante tema
Octaviano
Tras su triunfo definitivo sobre Antonio y
Cleopatra, Octaviano se había transformado en el soberano exclusivo del mundo
romano. Su poder se basaba en el control de un enorme ejército (al que se
habían sumado las legiones del bando derrotado) y de considerables recursos
económicos. El botín de la última campaña había sido particularmente
importante, pues incluía el tesoro de los lágidas. A partir de su victoria, Octaviano
se enfrentó al mismo problema que su padre adoptivo no había logrado resolver:
cómo dotar a su poder de una forma política capaz de respetar las tradiciones y
la sensibilidad de los ciudadanos y la aristocracia romana.
El proceso de conformación de un nuevo orden
político llevó algunos años. Desde que en el 33 a.C. hubieran vencido sus
poderes triunvirales, la posición de Octaviano era claramente ilegal. En los
años siguientes a la victoria de Accio, desempeñó de manera ininterrumpida el
consulado pero era evidente que se necesitaba encontrar un esquema más duradero
y efectivo. En el 28 a.C., compartió por primera vez las fasces con su colega
(Agripa) y parece que su posición ya estaba lo suficientemente afianzada como
para comenzar a poner en funcionamiento el nuevo sistema.
El áureo del 28 a.C.
Un áureo acuñado en este año presenta una
expresiva referencia a la puesta en marcha del nuevo sistema. Esta moneda fue
publicada por primera vez en el año 1999 y se conservan sólo dos ejemplares,
uno en el museo británico y el otro en el museo Blackburn.
En el anverso de esta moneda vemos el
busto laureado de Octaviano hacia la derecha, portando una corona de laureles
de la que caen cintas hacia su espalda. Había recibido del Senado el privilegio
de usarla en el 36 a.C. como reconocimiento por su victoria sobre Sexto
Pompeyo. La corona es también sin duda una referencia al triple triunfo
decretado en el 29 a.C. por las victorias sobre panonios y dálmatas, por la
batalla de Actium y la conquista de Egipto. La leyenda es IMP (ERATOR) CAESAR
DIVI F (Iius) CO (N) S (UL) VI: La referencia al sexto consulado permite la
datación precisa en el 28 a.C.
En el reverso se representa al mismo
Octaviano portando la toga y sentado en la silla curul. En su mano derecha
sostiene un rollo y a sus pies, puede verse una capsa que contendría más volúmenes.
Este motivo está acompañado
de la leyenda “restableció al pueblo romano sus leyes y derechos” (LEGES ET IURA
P.R. RESTITUIT). Se trata de una inconfundible señal de que comenzó a devolver
sus facultades a las instituciones. El proceso terminó al año siguiente con una
restauración formal de la república.
Augusto
En agradecimiento, el senado le confirió
una serie de honores extraordinarios entre los cuales se encontraba la corona
cívica, un escudo de oro que honraba sus virtudes y el nombre de Augusto, que
revestía a su persona de un carácter sacro, pues ese era el título que se daba
a lugares religiosos y consagrados. Augusto recibió del senado, además, el imperium proconsulare que le garantizaba
el mando sobre el ejército y la responsabilidad sobre una enorme provincia
conformada por Galia, Hispania, Siria y Egipto, donde se encontraban la gran
mayoría de los contingentes legionarios. De esta forma nacía el poder imperial
en Roma.
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