Filipo I - Antoniniano, Roma, 248 d.C. Anverso: IMP
PHILIPPVS AVG, Busto a la derecha drapeado con corona de rayos. Reverso : SAECVLARES AVGG Antílope hacia la izquierda.
El ascenso al trono
de Filipo
El reinado de Gordiano III (238 –
244 d.C.) estuvo signado por una permanente crisis militar ocasionada por la
amenaza de los godos en el Danubio y, sobre todo, de los persas en Oriente, que
bajo el liderazgo de Ardashir capturaron varias ciudades fronterizas. Del
entorno de Gordiano se consolidó como hombre fuerte del régimen Timesiteo, que
como prefecto del pretorio se hizo virtualmente cargo de la dirección política
y militar, llegando incluso a casar a su hija con el adolescente soberano. A
finales del 242, Gordiano llegó a Antioquía con un gran ejército y en la
primavera del 243 se iniciaron las operaciones ofensivas, que se vieron
coronadas por importantes éxitos iniciales, llegando las tropas romanas hasta
la misma capital persa de Ctesifonte. Tal fue el ímpetu del ataque que incluso
la enfermedad y muerte de Timesiteo en la segunda mitad del 243 no pudieron
detenerlo. Filipo le sustituyó como prefecto del pretorio, y el ejército romano
entró en Asiria y se acercó a la orilla izquierda del Eufrates no lejos de
Ctesifonte. A mediados de febrero de 244, sin embargo, las fuerzas romanas
sufrieron una grave derrota. Gordiano III pereció en la batalla misma o fue asesinado
por sus propios hombres poco después.
Filipo fue rápidamente elegido
como sucesor, lo que daría origen entre los autores antiguos a sospechas de su
posible intervención en el fin de Gordiano III. El nuevo soberano procedió de
inmediato a negociar la paz con Sapor. Profundamente dentro de territorio
enemigo, en una situación logística desesperada y al frente de un ejército
desmoralizado y derrotado, Filipo accedió a pagar una enorme suma para
asegurarse la retirada: el equivalente a 500 mil dinares de oro, y el
reconocimiento de que Armenia pertenecía a la esfera de influencia persa. No se
trataba, sin embargo, de una rendición incondicional, los territorios reconquistados
en Mesopotamia fueron retenidos, y el dinero entregado representaba era un pago
único de rescate y no el establecimiento de un tributo periódico.
Filipo I - Antoniniano, Roma, 248 d.C. Anverso: IMP PHILIPPVS AVG, Busto a la derecha drapeado con corona de rayos. Reverso : SAECVLARES AVGG ciervo a la derecha
Los festejos por el milenario de Roma y su conmemoración en la moneda
Filipo se dirigió con su ejército
hasta el Éufrates. Dejando a su hermano Prisco, para supervisar el Oriente desde
Antioquía. Llegó a Roma a finales del verano de 244, ciudad en la que permanecería
hasta el 245, cuando inició operaciones militares en la región del Danubio,
donde la derrota del ejército romano en Oriente y el cambio de emperador había
decidido a diversos pueblos germánicos a intentar una ofensiva. Algunos
triunfos le permitirían estabilizar la situación y regresar a Roma en el 247, para
combinar la celebración de sus éxitos con las festividades en honor del
milenario de la fundación de la ciudad el año siguiente (248 d.C.).
De hecho, no tenemos testimonios
directos sobre la naturaleza de los festejos, pero los mismos deben haber sido
notables ya que Filipo hizo acuñar -tanto en su nombre como en el de su esposa
e hijo- una extensa serie de monedas alusivas en todos los metales para
difundir la noticia por todo el territorio imperial. Los reversos llevan las
leyendas MILIARIVM SAECVLVM S C, SAECVLVM NOVVM S C, SAECVLARES AVGG y en los
reversos aparecen, entre otros motivos, una serie de diversos animales que, con
toda probabilidad, hicieron su aparición en los espectáculos en el anfiteatro y
también la ya clásica representación de la loba amamantando a los gemelos. Las
imágenes de algunos ejemplares acompañan esta entrada.
El enorme pago realizado a los
persas, más el costo de la celebración del aniversario de Roma y el ambicioso
programa de construcciones de Filipo agravaron todavía más durante su reinado
la crítica situación fiscal del Imperio. Para enfrentar esta situación, Filipo
recurrió al mismo expediente que sus predecesores, continuar deteriorando la
calidad de la moneda.
Filipo I - Antoniniano, Roma, 248 d.C. Anverso: IMP PHILIPPVS AVG, Busto a la derecha drapeado con corona de rayos. Reverso : SAECVLARES AVGG león hacia la derecha.
El final de Filipo
El ánimo festivo no duraría mucho
tiempo. En los últimos meses del 248 d.C., estalló una rebelión en la zona del
Danubio, dirigida por Ti. Claudio Marino Pacatiano. Aunque el usurpador fue
derrocado rápidamente por sus propias tropas, la situación habría sido vista
por algunos pueblos germanos como una oportunidad para renovar sus ataques. Filipo
envió a C. Mesio Quinto Decio, un senador de distinguida trayectoria militar, a
la región para restaurar el orden y expulsar a los bárbaros. En mayo o junio del
249, sus soldados lo proclamaron emperador, supuestamente en contra de su
voluntad.
La nueva revuelta era una pésima
noticia para Filipo, que enfrentaba serios problemas de financiamiento. El
emperador se trasladó al norte de Italia para enfrentar al nuevo usurpador,
dejando en Roma a su pequeño hijo, al que había asociado en el trono. Los
ejércitos se encontraron en Verona en agosto o septiembre de 249. Filipo fue
derrotado y perdió la vida.
Excelente relato, Darío!! Muchas gracias por compartirlo.
ResponderBorrarHola Santiago! Muchas gracias por el comentario como siempre!!
ResponderBorrarsaludos!!
Darío