Antoniniano de Trajano Decio en homenaje a Alejandro Severo
Decio y su llegada al trono
Decio nació en Budalia, cerca de Sirmio (hoy en Serbia). Sería, en consecuencia, el primero de una larga serie de emperadores que la región de Iliria daría al mundo romano. Sin embargo, a diferencia de los emperadores-soldados del último tercio del siglo III d.C., antes de llegar al trono, Decio había alcanzado los más altos niveles de la sociedad imperial, habiendo sido cónsul y prefecto de la ciudad de Roma y habiéndose unido por matrimonio con la tradicional aristocracia senatorial.
Las versiones que han llegado hasta nosotros sobre su ascenso al trono contienen, sin duda, algunas elaboraciones posteriores que intentan exculpar a Decio de su responsabilidad en la usurpación contra Filipo. Habiendo sido enviado, como vimos, por éste a Iliria para sofocar la revuelta de Pacatiano, terminó, en mayo o junio del 249, siendo proclamado emperador por sus tropas, supuestamente en contra de su voluntad. Decio contaba para ese entonces con unos 60 años de edad.
Antoniniano e Trajano Decio en homenaje a Nerva
La serie de los divi
En líneas generales, la política de Decio fue claramente conservadora y respondía, aparentemente, a un diagnóstico que adjudicaba los problemas del imperio a un distanciamiento de sus valores tradicionales. Ello fue especialmente claro en el ámbito de la religión. Decio promulgó un edicto requiriendo que todos los habitantes del Imperio tomaran parte en sacrificios a los dioses tradicionales por la seguridad del imperio. Las autoridades emitirían a cada persona un certificado una vez que hubiera cumplido con la orden. La negativa de los cristianos a participar dio inició a la primera gran persecución sistemática de la iglesia.
La reverencia por el pasado de Roma y la insistencia en la necesidad de recuperar las viejas virtudes que la habían llevado a la grandeza como único remedio para los problemas de la época es, también, uno de los ejes temáticos de las monedas de Decio. Ello es particularmente claro en la famosa serie de antoninianos acuñada en Roma por Decio en honor de los “divi”, once emperadores del pasado que habían sido divinizados tras su muerte, aunque, enigmáticamente, se incluye a Alejandro Severo, que nunca había sido oficialmente elevado al rango de Dios. Los otros diez emperadores conmemorados son Augusto, Vespasiano, Tito, Nerva, Trajano, Adriano, Marco Aurelio, Cómodo y Septimio Severo.
Antoniniano e Trajano Decio en homenaje a Cómodo
Los retratos reproducen los de las monedas acuñadas por cada uno de estos emperadores pero llevan, por supuesto, siempre la corona de rayos que indica que se trata de Antoninianos. Sólo se acuñan dos reversos dentro de esta serie, un altar desde el que se eleva una llama y un águila con las alas abiertas. La leyenda del anverso siempre contiene alguna versión del nombre de cada emperador acompañado del epíteto “divo”, mientras que en el reverso sólo figura el término CONSECRATIO, que hace referencia al proceso de divinización oficial llevado a cabo por el senado.
Es muy interesante que los emperadores homenajeados en esta serie no son los que cabría esperar de acuerdo con la visión que del pasado imperial presenta la historiografía senatorial. Particularmente, la inclusión de una figura como Cómodo (del que las fuentes literarias transmiten una imagen unánimemente negativa) es particularmente elocuente en ese sentido. En mi opinión, ello se explica porque los antoninianos estaban dirigidos a un público amplio y se incluyeron aquellos soberanos divinizados de los que la tradición oral de la población del imperio conservaba una imagen positiva. De allí la presencia del hijo de Marco Aurelio, quien era recordado por el pueblo romano como un organizador de magníficos espectáculos. Por otra parte, también es llamativa la lista de aquellos emperadores divinizados que Decio omitió de la serie: Julio César, Claudio, Lucio Vero, Pertinax y Caracalla. Considero probable que el primero fuera dejado de lado porque no se lo consideraba un emperador, mientras que los otros cuatro por no eran juzgados como figuras suficientemente relevantes.
Antoniniano e Trajano Decio en homenaje a Augusto
A pesar de su propaganda conservadora y su homenaje a las virtudes del pasado, el reinado de Decio no implicó ninguna ruptura en el proceso de deterioro de la moneda romana. Mientras se rendía homenaje a los emperadores del pasado, los pocos denarios imperiales que seguían circulando eran simplemente reacuñados como antoninianos. Es decir, se duplicaba su valor nominal sin modificar su contenido metálico. La introducción de un “doble sestercio” por Decio parece indicar que las subas de precios habían alcanzado un nivel que había vuelto obsoleto al sestercio, una moneda que por algo más de dos siglos y medio había sido una de las piezas centrales del sistema monetario romano.
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ResponderBorrarhttp://www.imperio-numismatico.com/t63531-texto-de-herodiano-explicando-que-pasa-cuando-muere-un-emperador?highlight=herodiano
Hola! Muchas gracias por el enlace! muy interesante!
BorrarHola, me parece que en la primera imagen hay un error, es un antoniano de Decio Trajano dedicado a Commodo, no?
ResponderBorrarHola! Sí, copié por error la leyenda de la imagen anterior. Muchas gracias por señalármelo!!
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