Contorniato con representación de Nerón
La semana pasada estuve en la ciudad de Mendoza (Argentina)
participando de las XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia.
Quería compartir con vosotros un breve resumen de las ideas centrales del
trabajo que presenté en esta reunión, que me permitió volver a uno de mis temas
favoritos, los contorniatos (para una introducción general a los contorniatos podéis leer este artículo).
Como afirma Jacques Le Goff, convertirse en amos de la
memoria y el olvido es una de las grandes preocupaciones de las clases, grupos
e individuos que han dominado las sociedades históricas. Esto es
particularmente cierto en el caso de la aristocracia romana, que construyó con
considerable éxito un verdadero monopolio de la memoria histórica, hasta el
punto de que la casi totalidad de las fuentes a disposición del historiador
reproducen una perspectiva del pasado impregnada de sus necesidades e
intereses.
Contorniato con representación de Caracalla
Sin duda, la existencia de una memoria histórica alternativa
de los grupos subalternos, acallada por el discurso dominante, puede intuirse
en algunos episodios. Sin embargo, el historiador carece de fuentes para
formarse una imagen de la memoria histórica de estos grupos que supere el
simple esbozo, porque prácticamente todos los testimonios de los que dispone
reflejan casi sin excepciones la visión de las elites.
Existe, sin embargo, una fuente con características muy
peculiares cuyo gran potencial en relación con el tema que nos ocupa permanece
hasta ahora inexplorado: los medallones tadorromanos conocidos genéricamente
como “contorniatos”. En el presente trabajo se argumenta que su particular carácter
como objeto pseudo-monetario privado otorga a estos medallones características
sumamente singulares y que los motivos en su iconografía reproducen los
intereses y perspectivas de los sectores medios y populares de la capital
imperial durante los siglos IV y V d.C. Sus representaciones brindan, además,
valiosos indicios para delinear los contornos generales de la memoria histórica
de los sectores subalternos de la ciudad de Roma durante la Antigüedad Tardía.
Contorniato con representación de Calígula
Es indiscutible, que los emperadores cuyos retratos aparecen
en los contorniatos no coinciden con aquellos que sería posible esperar de
acuerdo con las valoraciones que sobre los ocupantes del trono pueden
encontrarse en la historiografía romana. De hecho, para el siglo IV d.C. se
había conformado un verdadero “canon” de buenos y malos emperadores en el que
coincidían, en líneas generales, todas las fuentes literarias tardoantiguas.
Por ello, es especialmente llamativo que en los contorniatos sean celebrados
emperadores unánimemente rechazados en esa tradición, como Caracalla, Calígula,
Filipo el Árabe o Nerón. Es importante destacar, en este contexto, que algunos
de ellos habían incluso sido oficialmente execrados tras su muerte y
sancionados con una damnatio memoriae.
Los mismos soberanos cuya memoria pretendía ser condenada
por los sectores dominantes eran conmemorados en forma festiva por la “plebe”
en estos medallones de la misma manera en que se exaltaba a los aurigas y a los
entretenimientos del teatro y del circo. Como señaló Jacques Le Goff, los
sectores dominantes siempre intentan controlar la memoria histórica. Sin
embargo, nunca pueden imponer en forma completa su perspectiva y, cuando
disponemos de fuentes adecuadas, es posible identificar vestigios de narrativas
alternativas sobre el pasado.
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