Vuelvo en esta entrada un poco más
profundamente a un aspecto de la reforma monetaria de Aureliano que traté en
sus características generales en esta entrada de la semana pasada. Es un
aspecto algo técnico pero que creo que puede ser interesante, el de la puesta
en marcha del nuevo sistema monetario.
La evidencia proporcionada por Zósimo
La introducción de las nuevas
monedas implicó, necesariamente, la desmonetización del viejo circulante y ello
es confirmado por el testimonio del historiador Zósimo. Se trata sólo de una
breve pero esclarecedora referencia. A continuación el texto original en griego
(I.61.3):
ἤδη δέ καὶ ἀργύριον
νέον δημοσία διέδωκεν, τὸ κίβδηλον ἀποδόσθαι τοὺς ἀπὸ τοῦ δήμου παρασκευάσας, τούτῳ
τε τὰ συμβόλαια συγχύσεως ἀπαλλάξας
Aquí mi
traducción que intenta ser lo más literal posible (que no es fácil dada la
compleja estructura del pasaje):
En ese momento,
distribuyó entre el pueblo nuevas monedas de plata remplazando con el
distribuido al pueblo el [circulante] de mala calidad, librando con esta [medida]
de confusión los intercambios.
Este testimonio pone claramente en evidencia que
se organizó un sistema general de cambio de monedas para erradicar completamente
las de mala calidad existente y distribuir rápidamente suficiente cantidad del
nuevo circulante como para que los intercambios no colapsaran por falta de
medios de pago.
Algunas hipótesis
Zósimo es claro
respecto de que las nuevas monedas no fueron distribuidas gratuitamente como regalo,
sino cambiadas por las que se encontraban en posesión del público. Si aceptamos
la tesis de Harl respecto de que las marcas XX.I, XX y KA del reverso hacen referencia a un
valor nominal de 20 sestercios, ello indicaría que dos de los nuevos “aurelianos”
habrían sido intercambiados por cinco de los viejos antoninianos. Sería lógico
suponer que fue así, pues de lo contrario el plan habría sido ruinoso para el Estado
y muy difícil de implementar en la práctica.
Sea como fuere, una medida de
este tipo requirió, ciertamente, de una considerable planificación y organización,
sobre todo, para producir decenas de millones de ejemplares de la nueva denominación
para que estuvieran disponibles al momento de realizar el remplazo. Tras décadas
de crisis y descontrol, la reforma significó una completa
reestructuración del sistema de cecas del imperio y una considerable mejora en
su eficacia y capacidad de producción, reconocible en el uso más regular que
comienza a hacerse a partir de este momento de las marcas de ceca y oficina. Un
éxito importante si tenemos en cuenta que el imperio acababa de ser reunificado
tras 15 años que se encontraban entre los más caóticos y dramáticos de su
historia. El remplazo en un período relativamente breve de tiempo de todo el circulante
implicó la producción a gran velocidad de decenas de millones de los nuevos
antoninianos.
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