El arte numismático antiguo nos ofrece las representaciones más variadas que podamos imaginar. Entre las más impactantes y originales se
encuentran las monedas con motivos ambiguos que apuntan a generar el efecto de una ilusión óptica en el observador. Un ejemplo son los didracmas de plata acuñados en la primera mitad del siglo V a.C.
(aprox. entre el 475 y 450 a.C.) por la ciudad de Cumas en Campania, la primera
colonia griega en la península itálica, fundada en el 750 a.C.
En el anverso vemos lo que a
primera vista parece la majestuosa cabeza de un león rodeada de una magnífica
melena, pero si observamos con atención, podremos reconocer que en realidad, se
trata solamente de la piel (sus ojos están vacíos) de un león en el centro que
se encuentra flanqueada por las cabezas de dos grandes jabalíes con sus bocas
abiertas en actitud amenazante. En el reverso sólo vemos una representación
femenina, probablemente la ninfa epónima de la ciudad Kyme.
Esta moneda fue acuñada en un
período de esplendor en la historia de Cumas, en el que la ciudad logró
extender su influencia en la región de Campania. Uno de los acontecimientos decisivos sería la victoria naval de su flota y la de Siracusa sobre los etruscos en la batalla de Cumas del 474 a.C., que significaría el eclipse definitivo de la hegemonía de este pueblo
en el centro de la península itálica. ¿Es el peculiar anverso de esta moneda
una alusión al final del poderío etrusco? Quizás los etruscos son representados por el león vencido, mientras que los jabalíes gemelos aluden a Cumas y Siracusa. Es imposible saberlo a ciencia cierta
pero se trata de una especulación atractiva.
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