Follis del emperador Anastasio |
Anastasio asumió en
Constantinopla el trono del Imperio Romano de Oriente en el año con 60 años de
edad. Para sorpresa de todos, tendría un largo y próspero reinado conduciendo al
Imperio con relativo éxito por una serie de conflictos con los ostrogodos, los
búlgaros y los persas. Sus contribuciones más importantes estuvieron, sin
embargo, en el plano de la administración fiscal y la moneda. Una reforma monetaria
aplicada en el año 498 introdujo por primera vez desde tiempos de Diocleciano
una serie de monedas de bronce de buena calidad para ser utilizadas en los
intercambios cotidianos. Las monedas acuñadas por primera vez en ese año
tendrían tanto éxito que se seguirían acuñando por siglos y serían la columna
vertebral del sistema monetario bizantino.
Una economía sin “cambio”
La economía del imperio
oriental padecía de una crónica escasez de circulante de bajo valor, lo que era
un considerable obstáculo para los intercambios cotidianos de la población,
causando todo tipo de problemas. Ello se debía a que no existía ninguna
denominación mediana que cubriera el espectro entre la tercera parte de un
sólido de oro (tremissis) y un nummion de cobre. La diferencia de valor entre
estas dos monedas era enorme, pues un tremissis equivalía a entre 2.400 y 4.800
de las pequeñas monedas de cobre, de acuerdo a la cotización del momento, que
podía variar considerablemente. Un problema adicional era la gran abundancia de
falsificaciones que dañaba la confianza en las nummia y hacía que muchos
incluso se negasen a recibirlas.
El valor del sólido y de
sus fracciones era incuestionable, pues dependía de su contenido de oro. Las
monedas de cobre, en cambio, eran en buena medida fiduciarias, pues su
contenido metálico era inferior a su denominación, por lo que se requería de un
cierto nivel de confianza en que el Estado garantizaría su valor. Para ello era
necesario, a su vez, emitir piezas de mayor tamaño y calidad, en estándares
uniformes y con su valor nominal claramente identificado en sus caras para que
se simplificara su uso.
10 nummia de Justiniano |
La reforma de Anastasio
La reforma de Anastasio
apuntó a conseguir todos estos objetivos. Se basó en la introducción de toda
una gama de monedas de cobre de valores intermedios entre el sólido y las
nummia: El follis (M) de 40 nummia y sus fracciones de una mitad (K=20), un
cuarto (l=10) y un octavo (ε=5). El follis con su tipo reverso formado de su
denominación con una gran e inconfundible M seguirá siendo acuñado hasta el
siglo IX, lo que es la mejor indicación de su éxito.
La prosperidad resultante
La mejora en la eficacia
de la administración y el ahorro en los pagos de subsidios a godos y persas
ocasionados por algunos éxitos militares le permitieron a Anastasio abolir
algunos impuestos muy gravosos para la población, como la collatio lustralis, que había sido introducida por Constantino y
que representaba una pesada carga para los artesanos y pequeños comerciantes de
las ciudades, lo que, al igual que la reforma monetaria, también contribuyó a
un crecimiento de la actividad comercial.
Otra medida del éxito de
la reforme monetaria es que, al finalizar su reinado en el año 518, Anastasio
dejaba en el tesoro imperial la cifra fabulosa de 320.000 libras de oro, la
mayor reserva económica de la que tengamos noticia en la historia del mundo
antiguo. La prosperidad generada por la política de Anastasio y los recursos
acumulados durante su reinado serían los que permitirían a Justiniano llevar
adelante su ambiciosa política de restauración imperial.
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