sábado, 17 de junio de 2017

Las monedas del emperador Tiberio y el famoso sestercio con el Carpentum

Áureo de Tiberio RIC 24
Áureo de Tiberio RIC 24

La sucesión de Augusto


Desde los mismos comienzos del reinado de Augusto, el problema de la sucesión ocupó un lugar central en la agenda política del nuevo régimen. Contra todo pronóstico, a pesar de su condición enfermiza, el prínceps sobrevivió a sus candidatos favoritos y no tuvo más alternativa que designar finalmente como su sucesor a Tiberio (el hijo de su esposa Livia de un primer matrimonio con T. Claudio Nerón), a quien en todas sus elecciones anteriores había dejado al margen.

Denario de Tiberio RIC 4
Denario de Tiberio RIC 4


Tiberio ascendió al trono en el año 14 d.C. y se enfrentó a la difícil tarea de ocupar una posición que había estado íntimamente ligada al carisma y autoridad de Augusto. En consonancia con esta situación, los primeros años del reinado de Tiberio estuvieron marcados por un cierto nivel de moderación y experimentación que, sin embargo, no parece haber beneficiado mucho a la imagen del emperador, ni con sus contemporáneos, ni con la posteridad. El nuevo soberano se esforzó por presentarse, en todos los planos, como un continuador estricto de las políticas de la última etapa del reinado de su predecesor. Ello es claramente visible en materia monetaria, ámbito en el que Tiberio casi no introdujo ningún cambio.

Quinario de Tiberio RIC 16
Quinario de Tiberio RIC 16

La nueva iconografía de Tiberio


El único punto en el que puede reconocerse una ruptura con la práctica de Augusto es en la iconografía. Mientras que la producción monetaria de este último se caracteriza por una gran variedad de tipos, la de Tiberio, a pesar de que reinó por 22 años, se concentra sólo en algunos pocos motivos, cuyo contenido es principalmente dinástico, exaltando la conexión con Augusto y con Livia. En lo que se refiere específicamente a los áureos y denarios, durante todo el reinado de Tiberio se acuñaron sólo tres tipos de reverso.

Denario de Tiberio RIC 28
Denario de Tiberio RIC 28


En el primero vemos al emperador coronado de laureles en cuadriga portando un cetro con un águila en la punta. En el segundo, el busto de Augusto divinizado con una estrella de seis puntas encima. En el tercero, una representación de pax sentada en un trono sosteniendo un cetro en la mano derecha y una rama de olivo en la izquierda. La figura de pa es también asimilada tradicionalmente a la de Livia. Este último tipo es, por mucho, el más frecuente, siendo evidente que fue acuñado sin variaciones durante gran parte del reinado de Tiberio.  Lo mismo sucede con los quinarios, que llevan invariablemente el tipo de reverso Victoria sobre globo.

El sestercio con el carpentum en honor a Livia



Sestercio de Tiberio RIC 51
Sestercio de Tiberio RIC 51

En las monedas de bronce los tipos de reverso son un poco más variados. Especialmente interesante es el tipo del Carpentum, que hace su aparición para honrar a la figura de Livia. El Carpentum era un carro de dos ruedas generalmente tirado por mulas. El mismo había sido tradicionalmente utilizado por las matronas romanas en determinadas procesiones festivas, pero con el tiempo su uso fue prohibido dentro de la urbe y conferido por las autoridades sólo como una marca de distinción especial. El Carpentum aparece en sestercios de Tiberio del 22/23 d.C., acompañado de la leyenda S P Q R / IVLIAE / AVGVST. Livia había sufrido una grave enfermedad y se cree que, tras su recuperación, el senado le confirió el derecho a usar este tipo de carruaje. 

Otra posibilidad es que la representación se refiera a un coche de este tipo utilizado en las ceremonias de acción de gracias por su recuperación. Desde este momento el carpentum se transformara en parte estándar del repertorio numismático romano del Alto Imperio para honrar a mujeres de la casa imperial. Sestercios con este motivo se acuñarán en honor de Agripina la mayor, Domitilla y Julia (madre y hermana de Tito), Marciana (hermana de Trajano) y las dos Faustinas (esposa e hija de Antonino Pío).


miércoles, 7 de junio de 2017

El mayor tesoro de monedas antiguas de la historia – El misterio de Mir Zakah

Monedas del tesoro de Mir Zakah

El pequeño pueblo de Mir Zakah se encuentra a unos 50 kilómetros al noreste de Gardez, a lo largo del antiguo sendero que lleva desde Ghazni en Afganistán hasta Gandhara en Pakistán. El pueblo se encuentra en la provincia afgana de Patkiya, que por su accidentada geografía montañosa fue uno de los refugios predilectos de los talibanes tras la invasión norteamericana. Allí sería descubierto, en etapas a lo largo del siglo XX, el mayor tesoro de monedas antiguas de la historia, más de 550.000, acompañadas de varios centenares de otros objetos de metales preciosos.

El primer hallazgo


En las cercanías de la aldea se encuentra una depresión natural que era usada como reservorio de agua desde tiempo inmemorial. La misma daría luz a un increíble descubrimiento. En 1947, una mujer halló algo inesperado en el fondo del cubo que había arrojado para sacar agua: una moneda de oro. Ella alertó a sus vecinos y ellos investigaron en el fondo del pozo, encontrando varios miles de monedas más. Finalmente, convencidos de que todo lo valioso había sido salvado, los residentes de Mir Zakah regresaron a las rutinas de su vida cotidiana.

Mir Zakah
El pozo de Mir Zakah

El gobierno afgano tuvo noticias del hallazgo y envió un equipo para intentar asegurar lo encontrado para los museos nacionales. El equipo fue acompañado de una misión arqueológica francesa. Los arqueólogos tuvieron que enfrentar la tenaz resistencia de los habitantes de Mir Zakah, pero lograron asegurar unas 12.000 monedas y otros objetos, la mitad de los cuales fueron sumados al museo histórico de Kabul, mientras que la otra mitad fue trasladada a Francia, donde todavía se conserva hasta el día de hoy en el museo Guimet.

Lamentablemente, en el año 1993 el museo de Kabul sería saqueado por los talibanes y las monedas recuperadas de Mir Zakah -junto con la mayoría de la extensa colección de la institución- entraría de forma ilegal en el mercado numismático y de antigüedades.
 
Estater de oro de Seleuco I proveniente del tesoro de Mir Zakah

El segundo hallazgo


Una lluvia pesada de primavera 45 años después del primer hallazgo, en 1993, sacó a la luz otra moneda de oro. La noticia del descubrimiento llegó rápidamente a oídos de los guerreros del área desesperados por obtener dinero para financiar la guerra civil en la que se encontraba inmerso Afganistán.

Los rumores de tesoros llegaron al bazar Kissakhani a lo largo de la frontera con Pakistán en Peshawar, provocando una competencia internacional para comprar lo que los aldeanos de Mir Zakah pudieran encontrar y pasar de contrabando al país vecino. Señores de la guerra, traficantes de antigüedades y coleccionistas colaboraron para recuperar lo que se encontraba en el fondo del pozo. Una expedición bien equipada -con generadores, bombas de agua y grandes cantidades de trabajadores con palas y picos- logró desenterrar un tesoro increíble.

Los hallazgos superaron todas las expectativas. Un total de más de 5 toneladas compuesto por más de 550.000 monedas y cientos de artefactos griegos, persas e indios. Nunca se había visto nada semejante a este tesoro, y muy probablemente nunca se volverá a ver nada igual. Era como si alguien hubiera encontrado la colección de un museo de clase mundial abandonada en el fondo de un pozo.

Monedas de Mir Zakah

Lo llamativo es que las piezas provienen desde el siglo V a.C. hasta el III d.C., pasando por todos los períodos e incluyendo monedas indias, griegas, helenísticas, del imperio Kushán, y sasánidas, entre otros. La hipótesis más convincente es que el tesoro sería el botín reunido por una banda de guerreros durante el período de convulsiones a principios del siglo III d.C. que marcó la transición del imperio persa parto al persa sasánida. Los guerreros habrían saqueado varios templos de la región reuniendo las ofrendas acumuladas durante siglos. Las escondieron en el pozo para recuperarlas pero, evidentemente, fueron derrotados y no pudieron hacerlo.

 El valor total del tesoro se estima en un mínimo de 60 o 70 millones de dólares. Gran cantidad de las monedas terminaron en bazares de Pakistán, ¡¡¡donde eran ofrecidas a un precio fijo por kilo en sacos de 50 kg!!!! Gran parte del conjunto fue trasladada de manera ilegal a Suiza en los años siguientes y entró en parte en el mercado numismático. Sin embargo, se cree que todavía hoy hay porciones del tesoro que siguen almacenadas en ese país.

El medallón de oro de Alejandro Magno

 
Moneda de oro de Alejandro Magno proveniente del tesoro de Mir Zakah
Moneda de oro de Alejandro Magno proveniente del tesoro de Mir Zakah

Una moneda proveniente del tesoro de Mir Zakah atrajo gran atención. Se trata de un supuesto medallón de oro que muestra el retrato de Alejandro Magno en el anverso y a un elefante en el reverso. La presencia de un monograma indica el parentesco de esta pieza con las monedas de plata conocidas como los medallones de Poro, lo que haría de ella el primer retrato conocido de Alejandro Magno en vida!!! Sin embargo, su autenticidad ha sido cuestionada por diversos especialistas y las opiniones permanecen divididas hasta hoy.

sábado, 3 de junio de 2017

Tasación de monedas antiguas y coleccionables

Viejo catálogo con valores de moneda griega
Recibo literalmente decenas de consultas diarias de quienes desean saber el valor de sus monedas. Si quisiera ayudar a todos, debería dedicarme tiempo completo a esa tarea y ese no es el objetivo de esta página.

Debe entenderse que tasar monedas no es nada fácil. Muchos esperan que una persona que se interesa por la numismática esté en condiciones de dar un valor exacto en el acto, con tan sólo ver una moneda o, peor aún, sólo una mala fotografía. Como tengo que responder a la gran mayoría de los que me consultan cada día: ello no es posible. Por muchas razones.

En primer lugar, aunque sea una obviedad no deja de ser necesario aclararlo, el campo de la numismática es increíblemente vasto y no es posible ser experto en las monedas de todas las épocas, países o culturas. Se han acuñado monedas de forma ininterrumpida desde hace más de 2600 años, por enormes extensiones geográficas y nadie puede abarcar tanto. Aun dentro del mucho más reducido ámbito de la numismática grecorromana es imposible conocer con igual profundidad todos los períodos y emisiones y sus respectivos niveles de rareza. En segundo lugar, (otra obviedad) los valores de las monedas se encuentran en permanente cambio, producto de las siempre variables fuerzas de la oferta y la demanda y los valores del pasado son sólo una referencia imprecisa que no permite predecir con certeza los valores del futuro.

Como consecuencia de todo ello, la tasación de monedas es un arte y no una ciencia. Dicho con menos elegancia: toda tasación es siempre una estimación, pues muchos de los factores a tener en cuenta pueden estar sujetos a interpretación o discusión. Los catálogos que incluyen valores de piezas ofrecen, entonces, sólo una primera orientación que permite formarse una idea general del valor de una moneda. Más efectivas son las bases de datos que recopilan los valores alcanzados en subastas numismáticas, puesto que los resultados más recientes dan una indicación más cercana de las tendencias actuales del mercado. Las mejores son acsearch.info y coinarchives.com, pero ambas requieren de una subscripción.

Sobre todo, es importante entender, además, que una cosa es tener una tasación y otra muy distinta encontrar alguien dispuesto a pagar ese valor por nuestra moneda.

Los factores que pueden afectar el valor de una moneda coleccionable son muy numerosos, pero puede clasificárselos de manera general en tres grandes grupos: Rareza, conservación y características de la pieza, interés de los coleccionistas.

Rareza


La rareza es uno de los factores que un mayor impacto pueden tener en el valor de una moneda. Muchos catálogos incluyen información sobre la respectiva rareza de una moneda. En el caso de las monedas antiguas y medievales, muchas veces esa información responde sólo a estimaciones basadas en el análisis de las grandes colecciones en museos, ya que la realización de censos generales de monedas sería imposible. El estudio de grandes colecciones puede dar una indicación sólo aproximada ya que no se trata de muestras aleatorias que sean representativas del conjunto. Por otra parte, siempre existe la posibilidad el ingreso al mercado de nuevas monedas provenientes de hallazgos, que alteren la situación.

Existen diferentes escalas de rareza utilizadas en áreas específicas de la numismática o en diferentes catálogos. Una clasificación básica (utilizada por PCGS) distingue entre:

  • Monedas muy comunes
  • Comunes
  • Escasas 
  • Muy escasas
  • Raras
  • Muy raras 
  • Extremadamente raras
  • Ultra raras 
  • Únicas 
  • Sin ejemplares conocidos


En el caso de las monedas modernas, la información sobre la rareza puede ser más precisa porque muchas veces se cuenta con datos sobre los respectivos volúmenes de emisión.

Independientemente de la rareza general de una moneda, factores coyunturales como la dispersión de una gran colección pueden afectar la oferta moviendo temporalmente los precios a la baja.


Conservación y características de la pieza


El nivel de conservación de una moneda se conoce como “gradación” y hace referencia al desgaste experimentado por la misma como consecuencia de su circulación y se expresa con una clasificación que sigue un estándar aceptado internacionalmente. Como a lo largo de la historia la norma ha sido que las monedas permanezcan considerable tiempo en uso, lo habitual es que presenten un desgaste apreciable. Por supuesto, rayas y golpes son considerados defectos graves que reducen la gradación que se asigna a una pieza. Las monedas sin circular o con escaso deterioro son la excepción por lo que son mucho más raras. Además, como todo coleccionista las prefiere, alcanzan un valor mucho más alto.

Hay mucho de subjetividad en el proceso de gradación de una moneda. Diferentes observadores pueden asignar un estado diferente a una misma pieza. Este es uno de los factores donde el conocimiento y la experiencia son fundamentales.

Entonación multicolor en moneda de plata

Más allá del nivel de conservación, muchos otros factores físicos de una moneda pueden afectar su valor. Un ejemplo es la pátina. La pátina es una delgada capa que se forma sobre la superficie de las monedas de cobre o sus aleaciones como resultado del proceso natural de oxidación originado por su exposición al aire. Se denomina entonación a las coloraciones que asumen por su antigüedad las monedas de plata. Por supuesto, las monedas de oro no sufren estas alteraciones, ya que se trata del metal químicamente menos reactivo. Sin embargo, como las monedas de oro pueden contener diferentes tipos de aleaciones, también pueden adquirir ligeras tonalidades. Además, monedas de oro que han sido almacenadas por largo tiempo en gabinetes sobre terciopelo rojo pueden adquirir un color rojizo que puede ser apreciado por algunos coleccionistas.

Pátina y entonación son un reflejo de la antigüedad de la pieza. Algunas pátinas indican que una moneda lleva tiempo formando parte de diversas colecciones y que ha sido tratada con cuidado. Por ello, le añaden atractivo estético y valor a una moneda, por lo menos cuando su tonalidad es uniforme y agradable, pues los coleccionistas siempre están dispuestos a pagar más por una pieza con estas características.

Claro que los gustos de los coleccionistas varían y no todos prefieren lo mismo en lo que se refiere a pátinas y entonación. Además, las monedas pueden ser procesadas para que adquieran de manera artificial una coloración, lo que agrega complejidad al asunto. Discriminar entre pátinas naturales y artificiales requiere un análisis detallado y no siempre es posible.

Otro aspecto muy importante es la calidad de la acuñación y del cospel (es decir, el disco de metal sobre el que se estamparon los motivos). Durante los siglos XVII y XVIII, se difundió por Europa el uso de procesos mecánicos para la fabricación de monedas, lo que resultó en piezas mucho más estandarizadas y uniformes que las del mundo antiguo y medieval. Durante esos períodos, por el contrario, las monedas eran producidas golpeando los cuños a mano con un martillo, por lo que la calidad de la acuñación puede variar enormemente de una moneda otra, siendo muy frecuentes los ejemplares descentrados o con una acuñación débil, factores que restan considerablemente valor a una pieza.

Los cospeles también eran producidos de manera artesanal, por lo que las variaciones de peso y forma son la norma. Cospeles rotos o por debajo del peso promedio afectan negativamente el valor de una moneda, lo mismo sucede cuando su forma es muy irregular.

Otros dos factores muy importantes del aspecto físico de una moneda son su atractivo estético e histórico. Como a lo largo de la historia se han acuñado monedas con todos los motivos imaginables, aquellas que puedan considerarse logradas artísticamente siempre son más buscadas y alcanzan valores más altos. Lo mismo sucede con aquellas que pueden conectarse con personajes o hechos famosos de la historia, ya que ello siempre hace que más coleccionistas se interesen, incrementando la demanda y los valores.

Finalmente, una característica muy importante es la proveniencia de una moneda. Los coleccionistas siempre están dispuestos a pagar un premio por una pieza que formó parte de una colección famosa (como por ejemplo este sestercio que formó parte de la colección d’Este) o que proviene de un tesoro importante (como es el caso con los famosos áureos rojizos del tesoro de Boscoreale).

Podrían mencionarse muchos otros factores más: composición metálica, estado de la superficie, contramarcas, errores y un vasto etcétera.


El interés de los coleccionistas


Más allá de la rareza y las características de una moneda, su valor dependerá también en buena medida del interés que por ella tengan los coleccionistas. No todos los períodos de la historia numismática atraen el mismo nivel de atención, tampoco todas las culturas o Estados emisores. En general, en lo que se refiere a las monedas grecorromanas, el interés es siempre alto, porque son coleccionadas en todo el mundo desde hace siglos y, por lo tanto, no están sujetas a los cambios de modas. Con la moneda medieval la situación ya es más variable y no todas las épocas y emisores son coleccionadas con el mismo afán. Más heterogénea es la situación con las monedas modernas y mundiales actuales.

Conclusión



Tasar monedas coleccionables no es una tarea que pueda hacer quien carezca de conocimientos fundamentales en la materia. Debe buscarse para ello, idealmente, a un especialista en el período y cultura de la pieza en cuestión. Claro que éstos no están sentados esperando para ceder su tiempo gratuitamente a todos los interesados, por lo que normalmente lo mejor es recurrir a un comerciante especializado o casa de subastas que puedan ofrecer un asesoramiento gratuito, ya que su ganancia pasará por la eventual operación posterior y pueden invertir tiempo en tasar una moneda en miras a cumplir ese objetivo. 

Claro que es muy importante ser respetuoso con el tiempo y el conocimiento ajeno, y entender que, si necesitamos ayuda, algo deberemos ofrecer a cambio.