El reinado de Tiberio
Al llegar al trono en el 14 d.C.,
Tiberio enfrentó el complejo desafío de ejercer un poder que estaba íntimamente
asociado a la figura de Augusto. Por otra parte, a pesar de que el fin de la
república no era un secreto para nadie, el discurso oficial insistía en
preservar cierta apariencia de republicanismo como herramienta de propaganda y
legitimación. En consecuencia, Tiberio llevó adelante una política marcada por
un fuerte tradicionalismo, que rechazaba toda innovación sobre los preceptos
fijados por Augusto.
Uno de los ámbitos en los que el
conservadurismo de Tiberio se hizo visible fue el monetario. El emperador
mantuvo operativas las cecas del período anterior y no llevó a cabo
modificaciones significativas en la iconografía de las monedas de oro y plata.
El único ámbito en el que hubo algunas innovaciones fue el de las monedas de
bronce y latón acuñadas en Roma, donde aparecieron algunos nuevos tipos muy
llamativos, como el famoso sestercio con el carpentum, del que ya he tratado en otra entrada de este blog.
El sestercio dinástico con doble cornucopia del 22-23 d.C.
En esta entrada quiero presentar
otro sestercio de gran belleza, el acuñado entre los años 22 y 23 d.C.
designando como sucesores a los pequeños gemelos Tiberio y Germánico , los
hijos de Druso y Livilla, y nietos de Tiberio. Ya habían transcurrido casi tres
años desde la muerte de Germánico, sobrino de Tiberio y su primer heredero
designado. Tiberio no había designado oficialmente a otros herederos, pero la
acuñación de esta moneda era una clara señal de que se pretendía presentar al
pueblo una nueva dinastía que aseguraría un gobierno estable por dos
generaciones con Druso, primero, y con sus hijos después.
El motivo elegido para transmitir
ese mensaje es muy llamativo. Dos cornucopias cruzadas con un caduceo. De las
primeras emergen las cabezas de los dos infantes. Una clara señal de la
prosperidad que el pueblo romano puede esperar de la futura sucesión dinástica
del emperador.
Las cornucopias cruzadas eran un
motivo familiar en las monedas antiguas, y su acompañamiento con racimos de uvas,
hojas de parra y conos de pino alude aquí aparentemente a Baco o Líber en
referencia a la fecundidad. Claramente la idea es presentar la prosperidad y
fecundidad de la dinastía reinante como señal del favor divino, con el caduceo
simbolizando a Mercurio como el mensajero de los dioses y el portador de la
buena fortuna.
Las esperanzas dinásticas de Tiberio
no llegarían a materializarse. Pocos meses después de ser acuñados estos
sestercios, fallecieron Druso y su hijo Germanicus. Livilla, caería en
desgracia en los años siguientes al ser asociada con el prefecto del pretorio
Sejano. El pequeño Tiberio sobreviviría lo suficiente como para ser co-heredero
junto con Calígula, pero sería pronto eliminado por su despiadado primo.
Las cornucopias de Antonino Pío
El tipo del sestercio de Tiberio fue
revivido poco más de un siglo más tarde por el emperador Antonino pío y acuñado
en áureos y sestercios para celebrar el nacimiento de gemelos a su sucesor Marco
Aurelio, y su esposa Faustina la menor. Se trata de un niño y una niña, que
suelen identificarse como Aurelio Antonino y la futura emperatriz Lucila.
Al igual de lo que sucedió con
los sucesores de Tiberio, las esperanzas presentadas en esta moneda no
llegarían a cumplirse. El pequeño varón falleció antes de alcanzar el año de
edad. Era, por supuesto, algo común en el mundo romano en el que la mortalidad
infantil alcanzaba cifras muy elevadas.
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