La condecoración tradicional de la república romana
La corona cívica era una condecoración tradicional
de la república romana para aquellos soldados que en el campo de batalla
hubieran salvado la vida de un conciudadano dando muerte a un enemigo y
defendiendo su posición. Por ello iba acompañada de la leyenda ob civem servatum. Antes de concederla
se llevaba a cabo una rigurosa investigación y el testimonio de la persona salvada
era una prueba esencial. Como se la otorgaba sólo excepcionalmente, se la
consideraba un gran honor. Venía, además, asociada con importantes beneficios,
como la exención de todas las cargas públicas tanto para el distinguido como para
su padre y abuelo.
Apariencia de la corona de roble conocida como corona cívica |
La corona cívica concedida a Augusto en el 27 a.C.
A Augusto el senado se la confirió en el 27 a.C.
de manera original por haber salvado a todos sus conciudadanos mediante la preservación
de la comunidad (es decir, por su triunfo en la guerra civil contra Marco Antonio),
por lo que iba acompañada de la leyenda en plural, ob cives servatos. Se le reconocía así al prínceps la condición de
benefactor universal del pueblo romano, lo que le daba a su corona un contenido
y un significado mucho más poderoso que el de la distinción original.
Áureo de Augusto - RIC I 29a |
Junto con el escudo de las virtudes y los
arbustos de laurel colocados en la puerta de su casa era una de las
distinciones con las que el senado quería honrar a Augusto por el supuesto restablecimiento
de la república romana llevada a cabo en ese año, que no era otra cosa más que
el establecimiento de un nuevo régimen político, el principado. La corona
cívica sería probablemente el motivo representado con más frecuencia en las
monedas de Augusto.
Sestercio de Augusto RIC I 329 |
El nuevo significado como símbolo de poder imperial
Esta corona podía ser también objeto de otras interpretaciones,
ya que el roble era considerado el árbol sagrado de Júpiter. De hecho, en el
mismo 27 a.C. se acuñaron áureos en Asia Menor en honor del nuevo Augusto, con
el águila de Júpiter sosteniendo la corona cívica en sus garras (RIC I 277, una imagen de reverso encabeza esta entrada).
Esta imagen impresionante, por supuesto, se había creado en Roma, donde aparece
por primera vez en un magnífico camafeo que se encuentra actualmente en el Kunshistorisches
Museum de Viena. La excepcional posición y el poder de Augusto terminaban
entonces dándole un nuevo significado monárquico a este tradicional símbolo republicano.
Camafeo del 27 a.C. con representación del águila de Júpiter portando la corona cívica |
Para los sucesores de Augusto, la corona de
roble se convertiría en una insignia poder, separada de su significado original.
Por ello sería un elemento recurrente en la iconografía monetaria de los
emperadores del siglo I y principios del II d.C.
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