Durante el período comprendido
entre los reinados de Calígula y la guerra civil del 68-69 d.C., los sestercios
de la ceca de Roma alcanzan un excepcional nivel artístico. En mi opinión,
durante el reinado de Vespasiano vemos tipos de reverso que ya no alcanzan la
excepcional calidad del período precedente. Sin embargo, encontramos algunos
reversos de gran originalidad e interés histórico que merecen una especial
atención. Uno de los más notables es el que se encuentra ilustrado sobre estas
líneas, el reverso de Dea Roma sentada sobre las siete colinas.
Dea Roma, la representación
divina de la ciudad, era un motivo habitual de las monedas romanas de sus orígenes.
Este tipo de reverso, sin embargo, la muestra de una forma sumamente original
que incluye en una sola escena los atributos históricos y geográficos más
destacados de la capital imperial.
En el centro de la escena vemos a
Dea Roma reclinando cómodamente su espalda sobre las proverbiales siete colinas
de la ciudad. Un brazo sostiene su cabeza y el otro una espada en su vaina (en
algunos textos aparece descrita como un cetro). A la derecha vemos al dios del
río Tíber y a su izquierda a la loba amamantando a Rómulo y Remo. Acuñada a
comienzos del reinado de Vespasiano en el 71 d.C., el mensaje que pretende
transmitirse con esta moneda parece claro, Roma renace tras el caos de las
guerras civiles y una vez más alcanza, con Vespasiano, una grandeza digna de su
historia.
Por su contenido emblemático,
este reverso despierta un enorme interés entre los coleccionistas. Cabe
destacar que se trata de un tipo extremadamente raro del que se conoce un único
cuño. El ejemplar ilustrado es uno de los mejores que existen y formó parte de
la exquisita colección Luc Girard. Fue subastado en 2010 por 19.000 francos
suizos.
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