El puente de Trajano
Durante el reinado de Marco Ulpio
Trajano (98-117 d.C.), el Imperio Romano alcanzó la máxima extensión
territorial de su larga historia, gracias a las exitosas guerras de conquista
llevadas a cabo por este emperador contra los dacios y los partos. Contra el
primero de esos pueblos se llevaron adelante dos guerras en 101-102 y 105-106
d.C. Fueron breves pero cruentas y demandaron la movilización de grandes
recursos humanos y económicos por parte de los romanos.
Uno de los hitos de la segunda
guerra de Trajano contra los dacios fue la construcción de un enorme puente
para que las tropas romanas pudieran cruzar con mayor facilidad el Danubio. El
puente fue diseñado por el arquitecto Apolodoro de Damasco y construido entre
los años 103 y 105 d.C. El puente tenía 1135 metros de largo y ofrecía una
calzada de unos 15 metros de ancho, por lo que probablemente era el más grande
construido hasta entonces en todo el mundo.
Se trataba de una construcción de
madera asentada sobre masivos pilares de ladrillo que descansaban en el lecho
del río. Se han encontrado restos de los pilares que han permitido identificar
la ubicación exacta del puente entre las modernas ciudades de Dobreta en
Rumania y Klodovo en Serbia.
El puente fue una verdadera obra
maestra que pone en evidencia la capacidad de la ingeniería del imperio. Se
trataba de un logro del que los romanos bien podían estar orgullosos, por lo
que no sorprende que fuera incluido en una escena de la columna de Trajano.
Como podemos ver en la imagen sobre este párrafo, se trataba de una
representación realista y detallada en la que pueden reconocerse los pilares y
la compleja estructura de madera montada sobre ellos.
El sestercio RIC 569/570
Un famoso sestercio de Trajano
(RIC 569/570) que muestra un puente de arco ha sido tradicionalmente interpretado
como una representación del que se construyó sobre el Danubio. En su importante
estudio sobre las acuñaciones de Trajano, sin embargo, Bernhard Woytek rechazó
la identificación, ya que, en su opinión, no presenta ninguna semejanza con el
de la columna de Trajano (ante todo, porque tiene un solo arco). Por el
contrario, el numismático austríaco lo considera una representación del puente
Milvio, por el cual el emperador habría dejado Roma al marchar hacia el norte
al momento de emprender la campaña.
Los argumentos de Woytek no
parecen convincentes. Las representaciones arquitectónicas en monedas romanas
presentan una clara tendencia hacia el esquematismo y buscan transmitir una
idea general de la construcción ilustrada y no una reproducción fiel de su
aspecto.
Por otra parte, era imposible
para el grabador introducir en el breve espacio de una moneda una
representación semejante a la de la columna de Trajano que incluyera numerosos
arcos. Sin una leyenda explicativaa, lo más probable es que quien tuviera la
moneda en sus manos la relacionara con la gran hazaña de la construcción que
dominaba uno de los mayores ríos de Europa.
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