En el año 2008, en la pequeña comunidad de Chouppes, en el
centro de Francia, durante los trabajos preparatorios para la construcción de
una vivienda, los obreros realizaron un sensacional hallazgo, un medallón romano
de bronce del período alto imperial, acuñado en nombre de la emperatriz
Faustina la mayor, la esposa de Antonino Pío, en ocasión de su muerte.
Un fantástico medallón en homenaje a la divinización de la emperatriz
El medallón se encontraba excepcionalmente bien conservado. En el anverso, encontramos la leyenda DIVA AVG FAVSTINA y el busto drapeado de la emperatriz fallecida que mira a la derecha.
El reverso es anepígrafo (es decir, carece de leyenda).
Vemos allí a la diosa Luna de pie en un carro de dos caballos (una biga),
ascendiendo hacia el cielo, donde se representan siete estrellas dispuestas en
tres filas (una, cuatro y dos). Se trata de las siete estrellas más importantes
de la constelación de la osa mayor (ursa maior), designadas en latín como
septem Triones. La estrella polar representa el centro de esta constelación.
En la parte inferior derecha del reverso, vemos también al
dios Océano, que está recostado sobre las olas levantando su mano derecha y con
una antorcha en su mano izquierda. Se trata de una escena completamente inédita
que no tiene paralelos en el arte numismático romano.
El mensaje que se pretende transmitir se relaciona
probablemente con la idea de la ascensión a los cielos y de la eternidad de los
ciclos astrales, lo que indica que es otra forma de aludir a la divinización de
la emperatriz fallecida.
Este magnífico ejemplar pesa 55,30 gr. y tiene un diámetro
de 40,5 mm. Presenta una excelente pátina verde con algunos restos de tierra.
Faustina la mayor
Faustina falleció en el año 140 d.C. El 24 de octubre de ese
año fue divinizada y se le concedió el honor de un funus censorium (un funeral
de estado). Fue enterrada en el mausoleo de Adriano.
Estatua de Faustina la mayor |
Después de su muerte, el
Senado permitió la acuñación de numerosas monedas con su retrato, en las que se
la relaciona con diversas divinidades. Antonino le dedicó un templo construido en
el Foro Romano, y para honrar su memoria estableció una fundación para
alimentar a niñas pobres, las puellae Faustinianae.
Durante su vida, Faustina fue una emperatriz admirada por su
belleza y sabiduría, y muy querida por el pueblo de Roma, ya que llevó a cabo
numerosas actividades de asistencia en beneficio de los habitantes de la
capital y de Italia.
Otra prueba de su influencia es el hecho de que su estilo de
peinado sería muy imitado por las mujeres de todo el imperio a lo largo de las
dos generaciones que siguieron a su muerte. El culto a su figura divinizada
parece, además, haber sido muy popular y es común encontrar monedas con su
imagen adaptadas para ser portadas como colgantes o amuletos. Un claro
testimonio de afecto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario