sábado, 14 de septiembre de 2019

Un fantástico medallón único en honor a la emperatriz Faustina



En el año 2008, en la pequeña comunidad de Chouppes, en el centro de Francia, durante los trabajos preparatorios para la construcción de una vivienda, los obreros realizaron un sensacional hallazgo, un medallón romano de bronce del período alto imperial, acuñado en nombre de la emperatriz Faustina la mayor, la esposa de Antonino Pío, en ocasión de su muerte.

Un fantástico medallón en homenaje a la divinización de la emperatriz


El medallón se encontraba excepcionalmente bien conservado. En el anverso, encontramos la leyenda DIVA AVG FAVSTINA y el busto drapeado de la emperatriz fallecida que mira a la derecha.

El reverso es anepígrafo (es decir, carece de leyenda). Vemos allí a la diosa Luna de pie en un carro de dos caballos (una biga), ascendiendo hacia el cielo, donde se representan siete estrellas dispuestas en tres filas (una, cuatro y dos). Se trata de las siete estrellas más importantes de la constelación de la osa mayor (ursa maior), designadas en latín como septem Triones. La estrella polar representa el centro de esta constelación.

En la parte inferior derecha del reverso, vemos también al dios Océano, que está recostado sobre las olas levantando su mano derecha y con una antorcha en su mano izquierda. Se trata de una escena completamente inédita que no tiene paralelos en el arte numismático romano.

El mensaje que se pretende transmitir se relaciona probablemente con la idea de la ascensión a los cielos y de la eternidad de los ciclos astrales, lo que indica que es otra forma de aludir a la divinización de la emperatriz fallecida.

Este magnífico ejemplar pesa 55,30 gr. y tiene un diámetro de 40,5 mm. Presenta una excelente pátina verde con algunos restos de tierra.

Faustina la mayor


Faustina falleció en el año 140 d.C. El 24 de octubre de ese año fue divinizada y se le concedió el honor de un funus censorium (un funeral de estado). Fue enterrada en el mausoleo de Adriano.

Estatua de Faustina la mayor
Después de su muerte, el Senado permitió la acuñación de numerosas monedas con su retrato, en las que se la relaciona con diversas divinidades. Antonino le dedicó un templo construido en el Foro Romano, y para honrar su memoria estableció una fundación para alimentar a niñas pobres, las puellae Faustinianae.

Durante su vida, Faustina fue una emperatriz admirada por su belleza y sabiduría, y muy querida por el pueblo de Roma, ya que llevó a cabo numerosas actividades de asistencia en beneficio de los habitantes de la capital y de Italia.

Otra prueba de su influencia es el hecho de que su estilo de peinado sería muy imitado por las mujeres de todo el imperio a lo largo de las dos generaciones que siguieron a su muerte. El culto a su figura divinizada parece, además, haber sido muy popular y es común encontrar monedas con su imagen adaptadas para ser portadas como colgantes o amuletos. Un claro testimonio de afecto.

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