Celebrando la victoria sobre los francos del 342 d.C.
En una entrada reciente,
presentaba un exquisito medallón de oro del emperador Constante en el que éste
celebraba su gran victoria sobre los francos del año 342. Fue acuñado en
números muy reducidos en Aquileya como premio para altos oficiales del ejército
y sólo dos han llegado hasta nosotros.
El ejemplar cuya imagen encabeza esta
entrada fue acuñado para destacar esa misma victoria, pero en plata, lo que
hace que su valor fuera mucho menor. Se lo produjo en cantidades mayores en
diversas cecas del imperio controladas por Constante (Aquileya, Tréveris,
Siscia y Tesalónica). Probablemente también fue distribuido como premio, pero
para soldados y oficiales de menor rango.
El anverso
El ejemplar de la primera
fotografía fue acuñado en Siscia. Pesa 13,17 gramos y data probablemente de principios del 343. El segundo ejemplar, ilustrado sobre estas líneas, fue acuñado en Tesalónica y es un poco más liviano, 12,72 gramos.
En el anverso, vemos un magnífico busto de
Constante con todos los rasgos clásicos del estilo constantiniano: el gesto
adusto, los grandes ojos, el cabello laceo, la diadema de perlas, la coraza y
el paludamentum.
La leyenda FL IVL CONS – TANS
PIVS P F AVG identifica al soberano
El reverso
En el reverso encontramos la
leyenda TRIVMFATOR – GENT – IVM BARBARARVM, “el vencedor de los pueblos
bárbaros”, que coloca a Constante en la posición de gran defensor del imperio.
Mientras que su hermano mayor Constancio II no podía mostrar logros
significativos en su enfrentamiento contra los persas en el frente oriental,
Constante podía hacer gala, además de su triunfo sobre los francos, de
importantes victorias sobre los sármatas.
La leyenda es acompañada por una
representación del emperador de pie en plena vestimenta militar y portando
lanza y estandarte. En el primer ejemplar el estandarte cuenta con el símbolo
cristiano conocido como crismón, lo que lo identifica como el labarum
introducido en el ejército romano por Constantino I. En el segundo ejemplar, el crismón está ausente y el emperador sostiene un
escudo en lugar de la lanza. Dos pequeñas variantes que no alteran
significativamente el mensaje.
El nivel artístico del reverso es
algo pobre. En el primer ejemplar hay un evidente esfuerzo por reducir el torso
del emperador para que su cabeza no interrumpa la leyenda. El resultado es una
figura desproporcionada. En el segundo, en cambio, el resultado es más
equilibrado. En una apreciación global, no deja de ser un excelente ejemplo del
arte numismático tardorromano.
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