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sábado, 13 de mayo de 2023

¿Una moneda resuelve el misterio de un emperador romano olvidado?


El enigma de Esponsiano: Una mirada al pasado

Dentro del apasionante mundo de la numismática, una moneda antigua podría ser la clave para desentrañar el enigma de Esponsiano, un emperador romano perdido en la historia. Este personaje se sitúa en un momento crítico del Imperio Romano, conocido como la crisis del siglo III, un periodo de inestabilidad política, económica y militar que marcó un punto de inflexión en la historia de esta civilización.

Esponsiano, una figura emergente de este tiempo turbulento, ha sido objeto de debate durante siglos. Su existencia ha sido cuestionada debido a la falta de documentación histórica que la respalde, y a la creencia de que las monedas con su nombre son falsificaciones. Este periodo de crisis, marcado por la rápida sucesión de emperadores, las invasiones bárbaras, y la inflación, se caracteriza por la escasez de fuentes documentales, lo que ha aumentado la incertidumbre sobre la autenticidad y el papel de figuras como Esponsiano.

Sin embargo, un hallazgo de monedas antiguas en Transilvania, Rumania, en 1713, grabadas con el nombre de Esponsiano, despertó desde hace mucho tiempo el interés de los historiadores y numismáticos. Sin embargo, como la autenticidad de esas monedas fue rechazada, se perdió la esperanza de que permitieran resolver el enigma de esta figura histórica.

Recientemente, la aplicación de avances tecnológicos a la numismática y la perseverancia de investigadores como Paul Pearson, de la Universidad de Cardiff, han abierto nuevas posibilidades para entender el papel de Esponsiano durante este periodo crítico del Imperio Romano.



Investigación y descubrimientos: Nuevas pistas sobre Esponsiano

Al colaborar con el Museo Hunterian de Glasgow, Pearson tuvo acceso a algunas de las monedas halladas en 1713 y pudo someterlas a un detenido análisis. Descubrió en ellas indicios de desgaste y erosión propios de una moneda antigua auténtica. 

En un trabajo minucioso publicado en la revista PLoS, Pearson compara esas piezas con monedas auténticas de Gordiano III y Filipo. Los resultados sugieren que las monedas de Esponsiano circularon realmente durante un largo periodo antes de ser enterradas, desafiando la creencia anterior de que las monedas eran falsas y de que Esponsiano era un emperador ficticio.

Este estudio ha reavivado el interés y el debate en la comunidad numismática. A pesar de que los hallazgos son prometedores, se requiere más investigación para corroborar la identidad y el papel de Esponsiano. En particular, la inscripción "IMP ESPONSIANI" en las monedas plantea interrogantes sobre el estatus de Esponsiano, ya que "IMP" podría referirse también a un comandante victorioso y no necesariamente a un emperador.



Hacia el futuro: Continúa la investigación

La investigación continúa con el análisis de una moneda similar en Rumania, con el objetivo de determinar la composición del oro y rastrear su origen. Se espera así poder arrojar más luz sobre este intrigante período de crisis en el Imperio Romano y sobre el enigma de Esponsiano.


sábado, 5 de enero de 2019

El coliseo y el coloso de Nerón en un medallón de Gordiano III

Meallón de Gordiano III con representación del Coliseo
Medallón de Gordiano III c. 240 d.C.


Desde su inauguración en el año 80 d.C., el coliseo se convirtió en el hito arquitectónico central de la antigua Roma. Los emperadores le asignaron a este edificio una enorme importancia, pes cumplía una función vital: garantizaba el entretenimiento de los habitantes de la capital.

La importancia del coliseo puede reconocerse en que pertenece al reducido grupo de edificios públicos que los emperadores incluirían en sus monedas. Tito fue el primero en representarlo en una serie especial de sestercios celebrando su puesta en funcionamiento en el año 80.

El coliseo queda fuera de servicio


En el año 217 d.C., el coliseo fue severamente dañado por un rayo y quedó fuera de servicio. Los trabajos para ponerlo nuevamente en funcionamiento demandarían muchos años.

 En el 223 d.C., tras cinco años de trabajo, las reparaciones se encontraban lo suficientemente avanzadas como para que el edificio pudiera albergar espectáculos otra vez. El emperador reinante en ese momento, Alejandro Severo, celebró la ocasión incluyendo representaciones del coliseo en áureos y sestercios.


Gordiano III celebra la restauración completa del Coliseo


Los trabajos en el coliseo recién terminarían, sin embargo, alrededor del año 240 d.C. (demandaron casi un cuarto de siglo en total!). Una vez más, el emperador que se encontraba en el trono en ese momento, Gordiano III, utilizó las acuñaciones para celebrar un logro de gran importancia política.

En este caso, Gordiano hizo acuñar un medallón de bronce con un diámetro algo mayor al de un sestercio, lo que permitió representar una escena más detallada que en las monedas con el coliseo de sus predecesores.

Una representación muy detallada


En el anverso, vemos el busto laureado y drapeado del emperador hacia la izquierda, con lanza y escudo. En este último aparece representado a su vez el mismo Gordiano como jinete aplastando a un enemigo. La escena es acompañada por la leyenda IMP GORDIANVS PIVS FELIX AVG.

Análisis de la escena en el reverso del medallón de Gordiano III

En el reverso encontramos, a su vez, una imponente vista aérea del coliseo y sus alrededores. La perspectiva está distorsionada y nos permite observar a la vez tanto el frente del coliseo como la arena de lucha. Las gradas están llenas de público observando el combate entre un elefante (con su conductor sobre el lomo) y otra bestia que puede ser un toro. El centro de la tribuna es ocupado por el emperador en su trono, representado en un tamaño desproporcionadamente grande.

A la derecha del coliseo vemos la entrada monumental del edificio y a la izquierda a la meta sudans y a la estatua monumental construido por Nerón que representaba al dios del sol a su imagen y semejanza. Tenía más de 30 mts. de altura y lo mostraba desnudo, con corona de rayos y sosteniendo un timón apoyado sobre un orbe como metáfora del dominio universal.

coloso de Nerón
Reconstrucción de la estatua colosal de Nerón como el dios sol que dio su nombre al coliseo

Esta rica y detallada escena es acompañada por la leyenda MVNIFICENTIA GORDIANI AVG que hace referencia a que es la generosidad del emperador la que permite al pueblo romano gozar de estos fantásticos espectáculos.

Estos medallones de Gordiano fueron acuñados en un número reducido y son hoy muy raros, por lo que pueden alcanzar valores muy elevados.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Un magnífico medallón de Gordiano III, una obra maestra del arte monetario romano

Medallón de oricalco de Gordiano III
 Medallón de Oricalco, Gordiano III (238-244 d.C.) Gordiano III Augusto, 238 – 244, diámetro 44 mm, peso: 57.65 gr.

Una obra maestra

Este es, sin duda uno de los más notables medallones romanos que ha llegado hasta nosotros. No sólo presenta escenas de gran calidad artística y enorme nivel de detalle, sino que también se encuentra en un excelente estado de conservación que permite apreciar hasta los más mínimos detalles laboriosamente incluidos en la escena por el grabador. Además, tiene una pátina oscura y uniforme que añade el toque final a una pieza simplemente perfecta.

En el anverso encontramos la leyenda IMP GORDIANVS PIVS FELIX - AVG y vemos un Busto de Gordiano III laureado y con coraza. El emperador sostiene una lanza que descansa sobre el hombro y un escudo. Éste está decorado con un jinete (seguramente el mismo Gordiano) que clava la lanza a un enemigo caído; delante de él vemos a victoria volando y, detrás, a un soldado de pie. 

En el reverso encontramos la leyenda VIRTVS AVGVSTI y vemos al mismo Gordiano de pie con vestimenta militar sosteniendo un cetro y recibiendo del dios Sol el globo que simboliza el dominio mundial. Al mismo tiempo vemos detrás de él a la personificación del valor militar que coloca una corona sobre su cabeza. A la izquierda, un soldado sostiene lanza y vexillum. Al fondo, completan la escena un joven de pie, tres estandartes y dos cautivos sentados en el suelo uno frente al otro.

El final de Gordiano

Este medallón fue acuñado a principios del 244 d.C. para celebrar las victorias conseguidas por Gordiano en la campaña militar del 243 d.C. contra los persas sasánidas. El emperador no tendría mucho tiempo para disfrutar de estos triunfos, pues en el camino de regreso fue asesinado por un grupo de sus propios soldados, tenía tan sólo 19 años.

Todo parece indicar que se trató de un complot orquestado por el prefecto del pretorio, Filipo el Árabe, quien ascendería a la púrpura en su remplazo. Las noticias del deceso del emperador demorarían unos meses en llegar a la capital, por lo que es probable que cuando se acuñó este medallón celebrando a Gordiano, éste ya se encontrara muerto.

martes, 3 de septiembre de 2013

La historia monetaria de Roma de Maximino a Gordiano III

Denario del emperador romano Maximino el Tracio
Denario de Maximino el Tracio

Siguiendo con la serie de entradas sobre la historia monetaria de Roma trato aquí los primeros años del período que habitualmente se conoce como la "crisis del siglo III d.C."

De la muerte de Alejandro Severo al ascenso de Maximino


Alejandro Severo y su influyente madre, Julia Mamea, fueron asesinados en los cuarteles de invierno de sus tropas cerca de Maguncia, en los primeros meses del año 235 d. C.

Las tropas proclamarían a Maximino, un general de origen relativamente humilde que había ascendido desde las filas del ejército gracias a las nuevas posibilidades de promoción abiertas por las reformas de Septimio Severo. Se trataba de un verdadero emperador-soldado, un símbolo de los desplazamientos de poder que se estaban produciendo dentro de la estructura política del imperio. Su reinado de tan sólo tres años estaría íntegramente ocupado con operaciones militares en las fronteras del Rin y el Danubio y nunca visitaría la ciudad de Roma.

Maximino vivía frugalmente y no era partidario de buscar la paz pagando subsidios a los enemigos de Roma. Aunque no era avaro con las tropas, tampoco hubo despilfarro en materia de salarios y donativos. Para financiar las operaciones militares, el nuevo emperador fue estricto con la recaudación de impuestos y exigió pagos extraordinarios de ricos y pobres por igual.

A pesar de todas estas medidas, el contenido de plata de los denarios acuñados en nombre de Maximino tuvo una nueva caída respecto del ya pobre nivel de los acuñados por Alejandro Severo. También se redujo el peso y tamaño de las diversas denominaciones de bronce.

Maximino representaba un nuevo tipo de emperador que no buscaba relacionarse con las elites dominantes del imperio de las maneras tradicionales. Su reinado marcaría el comienzo de un período de reiterada inestabilidad política que tendería a agravar los problemas económicos y fiscales del Estado romano.

La revuelta de los Gordianos


A finales de marzo del 238 d.C., estalló una revuelta en Thysdrus (hoy El Djem), en la provincia de África Proconsular, que tuvo su punto de partida en la resistencia de los terratenientes frente a los recaudadores imperiales. El gobernador de la provincia, el anciano M. Antonio Gordiano Semproniano Romano participó de la revuelta y fue aclamado como emperador, tomando a su hijo homónimo como su colega en el trono. 

Denario de Gordiano I

Cuando el gobernador de Numidia intervino con una legión para sofocar la revuelta, la situación de los Gordianos se volvió desesperada. Unas tres semanas después de su proclamación, fueron derrotados en forma decisiva ante los muros de Cartago. Gordiano II murió en la batalla y su padre se ahorcó en la ciudad.

Este parecía haber sido el final del incidente, sin embargo, los gordianos se habían encargado de anunciar la usurpación al senado romano, que se apresuró a apoyarlos. Maximino y su hijo fueron condenados como enemigos públicos, y sus funcionarios y simpatizantes en la ciudad, asesinados. El apoyo del senado hizo que los nuevos emperadores fueran reconocidos en muchas provincias.

La proclamación de Pupieno y Balbino


Cuando la noticia del rápido final de los Gordianos llegó a Roma, ya era demasiado tarde para cambiar de rumbo. Los emperadores muertos fueron deificados, y dos nuevos ocupantes del trono elegidos entre los principales senadores, M. Clodio Pupieno Maximo y D. Celio Calvino Balbino. El mismo día de su designación (a finales de abril o principios de mayo 238) Pupieno y Balbino fueron forzados por la plebe de Roma a aceptar como su colega -con el rango de César- al nieto de Gordiano I, M. Antonio Gordiano (Gordiano III), quien sólo tenía unos trece años de edad.

Antoniniano de Pupieno


Maximino marchó con un ejército hacia Italia decidido a aplastar a los insurgentes. A primera vista, el improvisado ejército reunido por sus adversarios parecía no ser rival para sus experimentadas tropas. Sin embargo, en lugar de avanzar rápidamente hacia la capital, Maximino se demoró en el sitio de la ciudad de Aquileya. A pesar de este retraso, el viejo soldado todavía habría podido salir victorioso, pero su insistencia excesiva en el esfuerzo y la disciplina sólo generaron desafección entre sus agotadas y desmoralizadas tropas. Después de cuatro semanas -principios de junio de 238- el ejército, finalmente, se amotinó, dio muerte a Maximino y reconoció a Pupieno, Balbino y Gordiano III como legítimos soberanos.

La noticia de la muerte de Maximino fue recibida con entusiasmo en Rávena y Roma. Pupieno y Balbino fueron reconocidos en todo el imperio pero su situación no dejaba, por ello, de ser precaria. A las diferencias entre ambos se sumaba el problema de qué papel adjudicar a Gordiano III.

La muerte de Pupieno y Balbino y el reinado de Gordiano III


El principal problema, sin embargo, era el económico. Para financiar su campaña contra Maximino y los donativos que todo nuevo emperador debía otorgar a las tropas, Pupieno y Balbino reintrodujeron el Antoniniano, la moneda inventada por Caracalla unos 25 años antes pero acuñándolo ahora en cantidades millonarias y con un contenido de plata todavía más bajo. Su valor nominal era de dos denarios pero su contenido de plata representaba sólo el 70% del contenido de plata de esas dos monedas. De esta forma, el sistema monetario romano pasaba prácticamente a ser fiduciario, pues el respaldo metálico al valor de la moneda sería, a partir de este punto, meramente simbólico.

Antoniniano de Gordiano III


Pupieno y Balbino nunca ganaron la confianza del ejército y después de tan sólo dos meses en el poder, a principios de agosto 238, fueron asesinados en Roma por la guardia pretoriana, que proclamó al joven Gordiano III como Augusto. Durante los próximos años el imperio sería controlado por los consejeros del joven emperador, que sería alentado a mostrar respeto por el Senado y a restaurar sus antiguos derechos y privilegios.

El nuevo gobierno intentó, también, evitar la reputación de rapacidad, que tan costosa había resultado para Maximino, y se hicieron esfuerzos para reducir la carga fiscal. La solución fue, una vez más, el deterioro de la moneda. El denario dejó de acuñarse y el antoniniano se produjo en cifras astronómicas, sufriendo su calidad un gradual deterioro a lo largo de su reinado.