Tetradracma de Lisímaco representado a Alejandro como Zeus Amón (297-281 a.C.) |
Las conquistas de Alejandro Magno (336-323 a. C.)
transformaron por completo el antiguo Oriente. Destruyeron al Imperio Persa y
dieron origen a un nuevo mundo, el helenístico, en el que la cultura y la
lengua griega serían el nuevo elemento unificador para los muy diferentes pueblos
dispersos por esta extensa geografía. El uso de la moneda era un rasgo cultural
central de los griegos y se difundió junto con la lengua y las costumbres.
La difusión de la moneda griega por Oriente
Por donde marchaban las tropas de Alejandro, las monedas
griegas comenzaban a circular, pues los soldados las recibían y las gastaban. El prestigio de los conquistadores garantizó su aceptación y la rápida difusión de su uso.
Además,
creció exponencialmente el número de monedas en circulación. Los tesoros acumulados durante
siglos por los Aqueménidas y los Faraones fueron ahora fundidos, acuñados y
distribuidos. El uso de la moneda se generalizó así por Egipto y por
todo el antiguo Imperio persa hasta Bactria y la India.
Un nuevo estilo: los retratos personales
Mientras que las monedas del período clásico siempre habían portado símbolos
cívicos que representaban a la comunidad (como las lechuzas de Atenas o las
tortugas de Egina) los generales que se disputaron el poder tras la muerte de
Alejandro introdujeron un nuevo estilo signado por el uso generalizado del
retrato personal. Alejandro mismo no se había atrevido a dar ese paso, pues había
utilizado en sus monedas sólo las cabezas de Atenea o Heracles, pero en las
despiadadas luchas de poder que siguieron a su muerte ese nuevo tipo de
propaganda se volvió la norma.
Lisímaco (323-281 a.C.) fue el primero en colocar en sus
monedas la cabeza del deificado Alejandro (como el que encabeza esta entrada), y desde entonces se hicieron comunes
los retratos de los gobernantes vivientes, de modo que tenemos espléndidas
series de los antigónidas en Macedonia, los seléucidas en Siria y los Ptolomeos
en Egipto, por no hablar de importantes personajes individuales como Filetero,
fundador del reino de Pérgamo.
Tetradracma de Ptolomeo I |
El origen del retrato monetario helenístico se encuentra con
Ptolomeo en Egipto c. 305/4 a.C., y en Europa con Demetrio Poliorcetes. Los
reyes fueron representados con una diadema, que se convirtió en el símbolo real
de la época. También se volvió frecuente la representación del soberano con
atributos divinos. Ptolomeo I fue representado usando la égida de Zeus y
Demetrio Poliorcetes se puso los cuernos de toro de Dionisio. Los cuernos
también imitaban los cuernos de Zeus Amón de Alejandro
Tetradracma de Demetrio Poliorcetes |
El reino grecobactriano - cumbre del arte numismático helénico
Fue en la distante Bactria (actual Afganistán) que el
retrato numismático alcanzó su máximo desarrollo artístico. El reino grecobactriano fue el más oriental de los estados que surgieron tras la
desintegración del imperio de Alejandro, gobernado por una reducida elite de
militares y administradores griegos y macedonios que controlaban y gobernaban a
la población local.
Muchos consideran que los bustos de los reyes Demetrio I,
Eutidemo II, Antímaco, Eucrátides, Menandro, Amintas y otros gobernantes, representas
una de las cumbres del arte numismático griego.
Tetradracma de Demetrio I - Rey Grecobactriano |
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