La serie de monedas romanas acuñadas por los emperadores
romanos Vespasiano y Tito desde el año 70 para celebrar la reconquista de Jerusalén en la guerra judaica se encuentra entre las más famosas de la
historia. Por su gran tamaño, los sestercios son los más atractivos y son muy
buscados por los coleccionistas, alcanzando valores elevados. Un ejemplar como
el ilustrado sobre este párrafo (gradación: nearly extremely fine) puede
alcanzar normalmente un valor de entre 3500 o 4000 dólares. Sin embargo, ¡fue
subastado a finales de enero de este año por 18.800! ¿Por qué?
Un pedigrí excepcional
El pedigrí de una moneda es la historia de su proveniencia,
cuando ésta ha pertenecido a colecciones famosas y/o ha formado parte de
subastas notables. Es uno de los factores que más pueden afectar el valor de una moneda antigua. Como de la gran mayoría de las monedas antiguas no se sabe
de dónde provienen, los pocos ejemplares que tienen una historia propia siempre
son más demandados por los coleccionistas y alcanzan regularmente valores
mayores a los de una pieza comparable sin esa información.
El caso de este sestercio de Tito es excepcional, porque su
pedigrí se remonta al Renacimiento. En efecto, perteneció a la colección
personal de Isabella d’Este (1474-1539), que por su matrimonio con Francisco Gonzaga se transformó en la marquesa de Mantua. Isabella es uno de los
personajes históricos más famosos de la época. Fue una gran mecenas de pintores y escritores. Además, reunió una gran colección de arte contemporáneo y antiguo, que incluía
cientos de monedas romanas.
La colección d'Este - Gonzaga
A principios del siglo XVII, las monedas de la colección
recibieron una marca: un águila Gonzaga incrustada. Se cree que fueron casi todas tomadas como botín cuando las fuerzas
imperiales tomaron la ciudad de Mantua al final del sitio de 1629/30. La colección se dispersó entonces por toda Europa. También es posible que algunas de las monedas se hayan vendido antes, puesto que los duques de Gonzaga estaban crónicamente necesitados
de dinero.
Sea como fuere, monedas con la marca de los Gonzaga se
encuentran en todos los gabinetes principales de Europa y en una multitud de
colecciones privadas, apareciendo regularmente en subastas. Como en el caso de
este sestercio, siempre alcanzan un valor superior, pues nunca faltan coleccionistas deseosos de tener en sus manos un objeto que tuvo dueños muy famosos.
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