sábado, 23 de marzo de 2019

La mirada al cielo de Constantino en sus monedas ¿una alusión al cristianismo?


La mirada a cielo de Constantino



En otra entrada, analizamos la introducción de la diadema por parte de Constantino como nuevo símbolo del poder imperial en sus retratos monetarios. En las mismas monedas en que Constantino es representado por primera vez con la diadema en su frente, el emperador aparece con su mirada dirigida al cielo, otro rasgo o gesto sin precedentes en los retratos monetarios de los emperadores romanos. 

La “mirada al cielo” de Constantino fue tradicionalmente interpretada como una discreta alusión al Dios cristiano. Esta interpretación fue presentada ya por el contemporáneo Eusebio de Cesarea en su Vida de Constantino (4.1.5.1-2). El obispo comparó la mirada del emperador con la actitud de quien reza a Dios y esta lectura del gesto ha sido defendida por numerosos estudiosos modernos.

Busto de Constantino con la mirada hacia el cielo

El modelo de Alejandro Magno


La mirada de Constantino representaba una completa novedad en los retratos monetarios, pero no debemos olvidar que ese gesto era un motivo común en el arte pagano romano, inspirado en antecedentes helenísticos. 

Plutarco afirma que la primera estatua de Alejandro obra de Lisipo habría representado al rey mirando hacia arriba con el rostro vuelto hacia el cielo. Muchos retratos de Alejandro que han llegado hasta nosotros copian esta pose. La postura se deriva en última instancia, según parece, de las representaciones del dios Apolo como músico inspirado por la divinidad. El objetivo de este motivo iconográfico habría sido, en consecuencia, mostrar a Alejandro como un soberano inspirado por los dioses.

Cabeza del emperador romano Cómodo con su mirada dirigida hacia el cielo

Los sucesores de Alejandro imitaron el gesto del gran rey macedónico en sus representaciones, pasando el mismo a formar parte del repertorio de la iconografía real helenística. La mirada al cielo no es común en las estatuas de emperadores romanos, pero aparece en una cabeza de Cómodo conservada actualmente en el Palazzo Massimo en Roma (imagen sobre este párrafo). 

En la última parte del siglo III d.C. los cánones de la iconografía imperial se distanciaron de los modelos helenísticos y el rígido retrato de los emperadores de la tetrarquía que se impone desde ese momento tiene poco que ver con la gracia juvenil y apolínea de las estatuas de Alejandro. Sólo los enormes ojos que caracterizan al estilo tetrárquico expresan algo de la idea de una inspiración divina. Es interesante que los ojos desproporcionadamente grandes serían el único rasgo del estilo de Diocleciano y sus colegas que sería conservado por Constantino en sus retratos, mientras se dejaban de lado el rostro severo y la corta barba militar (véase imagen más arriba de un busto de Constantino que también presenta la mirada dirigida al cielo).


Cabeza de un filósofo - siglo III d.C.

La mirada de los filósofos


En la época de Constantino el gesto de la mirada elevada al cielo era, sin embargo, más conocido por haber sido adoptado como uno de los rasgos estándar en la representación de los filósofos de la Antigüedad tardía.

La mirada al cielo de los filósofos de este periodo expresa la reputación de una espiritualidad de carácter casi sobrehumano que los mismos habían adquirido. Las fuentes del período los muestran como personajes casi sobrenaturales que menosprecian sus cuerpos mortales, cuentan con la capacidad de realizar milagros y se encuentran en un contacto muy cercano con los dioses. 

Un ejemplo temprano es un retrato de Carneades que data de finales del siglo III, pero representaciones similares continuaron siendo producidos hasta el siglo V d.C. (imagen sobre este párrafo).


La inspiración divina del soberano


Follis de Constantino - 327 d.C.


Todo lo expuesto pone en evidencia que la mirada de Constantino al cielo, antes que como una alusión al cristianismo, es más probable que fuera interpretada por la mayoría de sus contemporáneos como una referencia a la inspiración divina del soberano y que ese era el objetivo de Constantino al introducirla. 

Si bien no existían antecedentes de este tipo de representación en monedas romanas, la mirada al cielo era un motivo con una larga historia en el arte grecorromano y un significado claro sin ninguna relación con el cristianismo. Por supuesto, nada impedía a los cristianos proponer, como hizo Eusebio, su propia y novedosa interpretación.

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