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jueves, 22 de septiembre de 2011

Roma Numismatics subasta un decadracma ateniense


El 2011 ya ha tenido una cuota significativa de escándalos con monedas falsas en subastas -creo que no es necesario recordarlo. Uno de los casos más resonantes, por el prestigio de los involucrados y el valor de la pieza en cuestión, fue el decadracma ateniense ofrecido por Harlan Berk en la Gemini VIII, que fue retirado por dudas sobre su autenticidad, y del que no trascendió más información. Con este antecedente cercano, me parece especialmente interesante el decadracma ateniense que la casa inglesa Roma Numismatics ofrece en su próxima subasta (finaliza el 1 de octubre) y que es uno de los lotes (nr. 187) más importantes dentro de un conjunto verdaderamente excepcional. Podéis verlo en la imagen que encabeza esta entrada.

Las características de la pieza despiertan, en este caso, más confianza que en la Gemini VIII, pues los cuños utilizados serían los mismos de otros decadracmas conocidos, según el catálogo de W. Fischer-Bossert. El ejemplar presenta algunos algunas rayas y algo de porosidad en la superficie (especialmente en el reverso - pero es una característica habitual de los decadracmas atenienses). Ha sido clasificado como Extremely Fine.

El único punto oscuro es el de la procedencia, pues en la página web de Roma Numismatics solo se afirma que proviene de una colección privada inglesa. Quizás el catálogo impreso revele más información al respecto, porque uno esperaría para esta pieza un largo pedigrí de subastas. Puede parecer excesivo permitirse dudar, pero después de lo que sucedió en la Gemini VIII, creo que todas las precauciones están justificadas.

Las monedas atenienses son un blanco predilecto de los falsificadores, especialmente los dracmas y tetradracmas. Como muestra, sólo hace falta mencionar que el lote 186 de esta misma subasta, un dracma ateniense, fue retirado por dudas sobre su autenticidad. Algo que no precisamente ayuda a generar confianza en los coleccionistas con presupuesto como para ofrecer alrededor de 125.000 libras y pujar por el lote siguiente.

viernes, 5 de agosto de 2011

Las réplicas de Antiqua Nova


Un amigo, Diego, me hizo llegar este vídeo promocional sobre la fabricación de réplicas de la empresa checa Antiqua Nova y quiero compartirlo con vosotros. Nos muestra el delicado trabajo artesanal en los talleres de la firma.

Mientras que algunos coleccionistas se interesan por las réplicas de monedas antiguas como una forma de disfrutar de aquellas piezas que por su alto valor no les son accesibles, otros las rechazan y hasta desprecian. No comparto esta última opinión, creo que las réplicas pueden ser muy coleccionables y su estudio muy instructivo, especialmente cuando se trata de réplicas de gran calidad, como las que produce Antiqua Nova.

Las réplicas no sólo son interesantes en sí mismas, sino que estar familiarizado con ellas también puede ayudar a detectar falsificaciones, dado que, por su menor precio, son utilizadas con frecuencia como modelo para la fabricación de moldes o troqueles para producir monedas falsas.
Dracma de Larissa (350-325 a.C.) - Réplica en Plata 

El fabricante checo Antiquanova produce réplicas de monedas antiguas de excelente calidad, marcándolas discretamente en el reverso con una S o sigma (por Petr Sousek, el grabador de la firma). Antiquanova hace réplicas de muchas monedas antiguas griegas y romanas, y también de piezas de otros períodos. La firma se destaca por el alto nivel de su trabajo artesanal, con troqueles grabados a mano y acuñación a golpe de martillo (como puede verse en el vídeo) o por prensa. Antiquanova produce réplicas de oro y plata y también otras muy económicas de estaño. Estas últimas, sin marca de réplica en el anverso. 

lunes, 1 de agosto de 2011

Descubrieron en Inglaterra un taller de falsificadores de monedas del 300 d.C.


Los arqueólogos aficionados realizan en Inglaterra un trabajo excepcional que ha llevado a hallazgos sumamente significativos, como el del tesoro de Somerset del año pasado. Ahora me ha llegado la noticia de otro hallazgo de gran interés histórico, se trataría de un pequeño taller para falsificar monedas de bronce.

La semana pasada un arqueólogo aficionado inglés recibió un premio después de descubrir herramientas para acuñar monedas que habrían sido utilizadas para la producción de falsificaciones en la época romana. Tom Clarke, un aficionado a la detección de metales por más de 40 años, encontró una serie de cospeles sin acuñar y un pequeño yunque (o cuño? - las informaciones no son claras) en el campo de un agricultor en la localidad inglesa de Wing. Por el contexto arqueológico, las piezas han sido datadas alrededor del año 300 d.C.

El hallazgo fue donado al Museo del condado de Bucks. Tom Clarke fue galardonado con el premio de "descubrimientos más significativos" en la "competencia de los grandes descubrimientos del país", que fue otorgado por la revista de arqueólogos aficionados The Searcher. Tom, un comerciante jubilado de 72 años de edad, dijo: "Siempre he estado interesado en las antigüedades desde que yo era un niño. He hecho innumerables hallazgos en los últimos años, pero esta es la primera vez que he recibido un premio. Para mí es la emoción del descubrimiento. Nunca he hecho ningún dinero de mi detección de metales.”

Brett Thorne, uno de los arqueólogos del museo que recibió las piezas, dijo que debido a la escasez de monedas oficiales en este período mucha gente comenzó a fabricar sus propios medios de pago, siendo probablemente tolerados por las autoridades dado el escaso valor de las piezas que producían.

Espero que se publique más información e imágenes de las piezas. Creo que la interpretación propuesta es plausible, pero tiene que ser confirmado por un estudio detallado. A fines del siglo III, como consecuencia de la inflación y el deterioro en la calidad de la moneda, en muchos lugares del imperio se regresó a una economía de trueque, alentada indirectamente por el mismo Estado, que comenzó a recaudar gran parte de sus impuestos en especie. El hallazgo revelaría otra estrategia de defensa frente a la crisis.

viernes, 22 de julio de 2011

¿Cuál decadracma era falso? La respuesta

En la primera entrada sobre las falsificaciones de Carl Wilhelm Becker planteaba el siguiente “desafío para expertos”, identificar cual de los dos decadracmas de Siracusa ilustrados en la foto era auténtico y cuál una falsificación de la mano de Becker. Muy pocos dieron una respuesta.
Para facilitar la identificación, tenéis aquí la imagen del anverso de otro decadracma de Siracusa. Como puede apreciarse claramente, una de las monedas ilustradas arriba presenta algunas diferencias de estilo demasiado notables como para ser atribuibles a una variante de la época, la de la izquierda. Si bien Becker logró captar el aspecto general de los originales, su Aretusa no es del todo convincente. Si observamos con atención, veremos que (dejando de lado otros detalles) sobre todo la línea de la frente y los arcos de sus ojos no tienen la pureza clásica de las auténticas. Lo mismo sucede con la boca, cuyos labios se encuentran algo hundidos.

miércoles, 20 de julio de 2011

Carl Wilhelm Becker – Uno de los más grandes falsificadores de monedas antiguas de la historia 2° parte

Áureo de Cómodo - Copia de Beck a la izquierda - original a la derecha

Os presento aquí la segunda parte de esta breve serie sobre este gran falsificador. Podéis encontrar aquí la primera.

Sus métodos de producción


Becker realizaba todo su trabajo en forma completamente manual. Es decir que no utilizaba medios mecánicos para transmitir el diseño de una moneda auténtica a un cuño. Estudiaba cuidadosamente el original y luego grababa el diseño completo a mano de la misma forma en que se trabajaba en la Antigüedad. Cuando no podía conseguir un original para tomar como modelo trabajaba a partir de copias hechas con moldes de yeso u otros métodos. Parece que en algunos casos específicos trabajó a partir de ilustraciones de las monedas, acuñando algunas piezas de menor calidad de lo habitual en su producción. También produjo, en un par de ocasiones, algunas piezas fantásticas sin modelo antiguo concreto.

Una vez producido el troquel, Becker acuñaba sus monedas con golpe de martillo al igual de lo que se hacía en la Antigüedad y sin recurrir al uso de las prensas mecánicas habituales en la producción monetaria de su época. El proceso era muy laborioso y Becker llevaba a cabo casi sin asistencia todo el trabajo que en las “oficinas” de las cecas antiguas desarrollaba todo un equipo de especialistas. Becker trabajaba con cospeles que le eran proveídos por casas de fundición. Los utilizaba en forma esférica para producir monedas de alto relieve como algunas piezas griegas y en forma de discos para monedas más planas. En algunos casos utilizaba monedas antiguas de escaso valor y las reacuñaba con los tipos de otras más valiosas.

Para “envejecer” sus monedas recién acuñadas, Becker utilizaba un procedimiento muy original. Las colocaba en un cajón de madera lleno de viruta de hierro y arrastraba el cajón con su carruaje en un paseo por el campo.

Una vez producidas sus monedas, Becker las comercializaba, con gran éxito, a través de una red de agentes y de contactos comerciales por toda Europa. En algunos casos se las vendía expresamente como copias modernas, pero la gran mayoría de las veces se las hacía pasar por auténticas. A lo largo de su carrera, Becker vendió sus monedas a coleccionistas de todo el continente e, incluso, a muchos de los museos más importantes, como el Museo Británico, que todavía posee piezas de Becker.

Cuños grabados por Becker a mano para producir monedas de Transilvania del siglo XVII

Un falsificador expuesto


Las falsificaciones de Becker fueron expuestas como tales por el gran numismático italiano Domenico Sestini (1750-1832), quien en su obra Sopra i Moderni Falsificatori di Medaglie Greche Antiche nei tre Metalli (1826) describió y reprodujo varias de sus monedas. Becker se defendió diciendo que él producía copias para que los coleccionistas de menores recursos pudieran completar sus colecciones. Lo cierto es que a pesar del éxito de sus monedas Becker nunca tuvo una situación financiera particularmente buena y que experimentó en sus últimos años serios problemas económicos.

Las monedas de Becker no son hoy peligrosas pues un análisis detallado revela fácilmente su condición, pero no ocurría lo mismo en su época, en la que la catalogación y el estudio científico de las acuñaciones antiguas se encontraban en sus inicios. Lo que hace todavía interesantes a sus falsificaciones es el talento genial de Becker como grabador, capaz de reproducir en muchos casos de manera genial el espíritu de las acuñaciones antiguas.

miércoles, 13 de julio de 2011

Carl Wilhelm Becker – Uno de los más grandes falsificadores de monedas antiguas de la historia (1° parte)

En los últimos meses las falsificaciones han sido un tema frecuente en el mundo numismático. Algo fascina y a la vez repulsa en estas piezas producidas con el afán de pasar por algo que no son. Por un lado, admiramos el talento, casi siempre anónimo, que es capaz, en algunas ocasiones, de engañar incluso a reputados especialistas, a curadores de museos y a casas de subastas. Por el otro, por supuesto, todos tenemos temor de ser estafados y de la terrible desconfianza que el éxito de los falsificadores difunde en el ámbito del coleccionismo. 

En esta entrada quiero dejar un poco de lado ese temor y concentrarme en la fascinación para presentarles al personaje de uno de los más talentosos falsificadores de la historia, Carl Wilhelm Becker (1772-1830). Uno de los pocos imitadores modernos capaces de reproducir el estilo de los grabadores antiguos, como puede verse en el retrato de Póstumo de su autoría que encabeza esta página.

En esta primera parte veremos cómo llegó Becker a convertirse en falsificador y en una segunda, que publicaré próximamente, cómo producía sus monedas y el final de su carrera.

De comerciante a “artista”


Carl Wilhelm Becker nació en Speyer el 28 de junio de 1772. Su padre, Johann Wilhelm Becker, era dueño de un viñedo y de un negocio de vinos y mantenía un puesto de honor en la ciudad como Síndico. En su juventud, Carl mostró una temprana afición por el arte, pero su padre no le permitió seguir esa vocación y convertirse en escultor. Cuando Carl alcanzó la mayoría de edad, lo envió a trabajar con un comerciante de vinos en Burdeos. Aquí habría él comenzado a hacer dibujos de monedas antiguas y a fabricar cuños como pasatiempo. En mayo de 1795, cuando se casó con Maria Catherina Tremelius de Mannheim, ya estaba en el negocio como comerciante de vinos en Frankfurt. Desde 1798 hasta 1802 o 1803 la pareja se estableció en Mannheim para desempeñarse en el comercio de telas. Este proyecto fracasó en 1803. El talento artístico de Becker no se conjugaba bien con el mundo de los negocios.

Después de su fracaso comercial, Becker vivió, entre otros lugares, por un tiempo en Munich, donde en la Real Casa de Moneda obtuvo un completo entrenamiento en el arte de producir troqueles de acero grabado. Becker estaba decidido a dejar de lado el comercio y forjarse un destino en una profesión más artística.

Decadracmas de Siracusa - ¿Cuál es el original y cuál de Becker?

¿Cómo se inicia un falsificador? De estafado a estafador


Es probablemente durante este período de residencia en Munich en el que sucede un acontecimiento de crucial importancia para su carrera posterior. Un barón le vendió a Becker una moneda de oro del emperador Cómodo que resultó posteriormente ser falsa. Al quejarse Becker de la estafa, el barón le respondió fríamente que lo merecía por su ignorancia, por meterse en un terreno que no conocía. Indignado, Becker se decidió a estudiar todo lo necesario para dominar la numismática antigua. Pudo así producir sus propias monedas falsas y tener la satisfacción de venderle una de oro al barón que lo había engañado.

Su éxito lo llevó a continuar su producción y a comenzar a comercializar sus monedas como medio de vida. La imagen que encabeza esta sección ilustra la calidad de su trabajo. ¿Alguien puede decir cuál es el decadracma original y cuál es el de Becker?

Leer la segunda parte de esta entrada

martes, 10 de mayo de 2011

El mayor escándalo con monedas falsas en subastas: los dracmas de Apolonia

Hemos discutido en las últimas entradas de este blog sobre el decadracma ateniense de la Gemini VIII cuya autenticidad ha sido puesta en duda. Un caso sumamente preocupante porque prueba que monedas falsas pueden llegar a introducirse hasta en las subastas organizadas por las casas más prestigiosas del mundo. Sin embargo, si lo comparamos con otras subastas de monedas falsas del pasado, creo que se ha tratado de un suceso que, si bien puede dañar la reputación de los organizadores, ha sido bastante trivial. En efecto, ha habido casos mucho más serios, como la subasta de miles de falsos dracmas de Apolonia en los encuentros de la Convención Numismática de Nueva York de los años 1988 y 1999.


La convención numismática de Nueva York del año 1988


En las subastas de la convención, un intermediario puso a la venta más de mil ejemplares de dracmas de la polis griega de Apolonia, ubicada en las costas del mar negro. Se trata de piezas sumamente interesantes, como podéis ver en las imágenes que acompañan esta entrada. La Gorgona de estas monedas es un motivo que siempre ha atraído a los coleccionistas. Muchos comerciantes compraron y revendieron esas monedas, pero pronto surgieron cuestionamientos sobre su autenticidad. La mayoría de los compradores recibió rápidamente un reembolso, pero a pesar de que algunos de los mayores especialistas del mundo como Wayne Sayles (autor del clásico libro sobre detección de monedas falsas: Classical Deceptions) afirmaron la falsedad de estas piezas, hubo también muchos defensores. En particular, la casa de subastas Heritage (sí, la misma que co-organizó la subasta del decadracma ateniense), sostuvo por bastante tiempo que se trataba de piezas auténticas, diciendo que había llevado a cabo tests químicos de composición metálica que lo probaban. Su postura no debe sorprender, pues había comprado la mayoría de estas monedas.

Los dracmas fueron finalmente expuestos más allá de toda duda como falsificaciones cuando se descubrieron conexiones entre sus cuños y otros utilizados en la producción de réplicas en venta en el Museo Histórico Nacional de Bulgaria. Las monedas no fueron confiscadas, sino devueltas al intermediario que originalmente las había puesto en venta y gran parte de ellas ingreso al mercado siendo nuevamente vendidas como si fueran auténticas.

La convención numismática de Nueva York del año 1999


Uno podría pensar que tras los sucesos del año 88 todas las casas de subastas habrían aprendido la lección y que algo semejante no hubiera podido ocurrir nuevamente. Pero él que pensara así se equivocaría rotundamente. Tan sólo 11 años después de lo relatado, otra vez fueron introducidas monedas falsas en las subastas de la Convención Numismática de Nueva York. Peor aún, otra vez se trataba de dracmas de Apolonia. Esta vez, las monedas fueran descubiertas rápidamente y no hubo mucho debate al respecto. Sin embargo, por segunda vez las piezas no fueron confiscadas y muchas de ellas entraron al mercado. Algunas de estas monedas pueden verse todavía con frecuencia en subastas de Ebay. El mercado de los dracmas de Apolonia ha quedado, en consecuencia, prácticamente arruinado. Un porcentaje importante de los dracmas en circulación siguen todavía hoy siendo falsos. Por ello, nadie que no sea un experto puede adquirir una de esas monedas con seguridad.

Hace un tiempo afirmaba en este blog que las monedas falsas son un resultado inevitable de la difusión del coleccionismo. Creo que la presente historia lo prueba más allá de dudas. También prueba que las casas de subastas no siempre aprenden de sus errores, por lo que el coleccionista sólo puede defenderse ampliando sus propios conocimientos.

Nota: la fuente para esta entrada es la excelente página de Reid Goldsborough. Yo ofrezco aquí sólo una síntesis de la misma.

viernes, 29 de abril de 2011

¿Es falso el decadracma de la Gemini VIII?

Hace unas semanas escribía aquí sobre la subasta Gemini VIII y sobre la pieza estrella de la misma, el espectacular decadracma ateniense, incluido como lote número 45, cuyas imágenes acompañan esta entrada. Con un valor estimado en 850.000 dólares, era una de las piezas destinadas a marcar con seguridad uno de los hitos numismáticos del año. Con evidente orgullo de contar con semejante moneda para ofrecer a los coleccionistas, los organizadores de la subasta, Gemini y Heritage Auctions, colocaron su imagen en la portada del exquisito catálogo preparado para la ocasión.

La subasta fue llevada a cabo los días 14 y 15 de abril pasados. Al observar los resultados obtenidos, me encontré con la sorpresa de que Gemini había sigilosamente retirado unos días antes la pieza de entre los lotes ofrecidos, porque ¡habían recibido nueva información que ponía en duda su autenticidad! Hace algún tiempo trataba en este blog el problema de las monedas falsas y sobre lo difícil que es lograr una certidumbre absoluta, pero confieso que hubiera creído imposible que dos de las casas de subastas más prestigiosas del mundo hicieran el ridículo de esta forma. No se ha brindado mucha información al respecto, pero parece que las dudas fueron planteadas en un primer momento por algunos coleccionistas en diversos foros de internet. La reacción de los organizadores de retirar la moneda indica que las dudas tienen por lo menos algún sustento.
Si la moneda es realmente falsa, es evidente que fue producida mediante acuñación con un troquel falso, en mi opinión, grabado a mano. Normalmente, este tipo de falsificaciones son detectadas a través de un análisis estilístico de los motivos, pero puede haber falsificaciones de gran calidad que no puedan ser detectadas con absoluta certeza de esta manera. Un análisis de la composición química de la aleación metálica tampoco es absolutamente concluyente dado que ello también puede imitarse. Lo que despierta dudas en el caso de este ejemplar es que, de ser auténtico, habría sido producido con un cuño diferente a los utilizados en todos los ejemplares conocidos de esta moneda. Por otra parte, no está del todo clara la historia previa y procedencia de la misma (¡supuestamente hallada en 1952 por un ingeniero petrolero!), algo un poco extraño en un ejemplar de esta relevancia. Nada de esto es una prueba de que sea falsa, pero esos son algunos de los motivos que permiten dudar de su autenticidad.

Si las dudas son fundadas, no creo que Gemini y Heritage quieran publicitar mucho su error. Intentarán que caiga en el olvido, por lo que no brindarán mucha información al respecto. Si existen motivos que permitan defender la autenticidad de este decadracma, es posible, sin embargo, que algo de duda persista y que la pieza no pueda rehabilitarse. Creo que nadie invertiría cerca de un millón de dólares si hay alguna posibilidad, por remota que sea, de que la moneda en cuestión sea falsa.

martes, 1 de marzo de 2011

En China se producen monedas falsas en gran escala


Hace unos días daba aquí unos consejos para evitar comprar monedas falsas. Creo que la precaución se va haciendo cada día más imprescindible dado el “boom” actual de las falsificaciones.

En las últimas semanas han atraído mi atención diversas noticias sobre monedas falsas producidas en China que han sido detectadas en grandes cantidades en Estados Unidos y Europa. Se trata sobre todo de monedas modernas, especialmente norteamericanas. La calidad de las falsificaciones es, según puede deducirse de las noticias, bastante buena, y parece que incluso algunos comerciantes especializados han caído en el engaño (ved aquí un ejemplo).

Que en China se producen muchas falsificaciones no es ninguna novedad, pero estas noticias siguen agregando credibilidad a algunos reportes según los cuales existirían en ese país verdaderas “industrias” destinadas a la producción de monedas falsas en gran escala, que llegarían a fabricar incluso un par de miles de piezas por día operando varios talleres. Cabe destacar que la producción de estas “replicas” no es considerada por el Estado chino como un delito.

Se trata de acuñaciones con troqueles falsos producidas con prensas algo anticuadas pero efectivas (un ejemplo en la imagen que acompaña esta entrada). La calidad es aparentemente variable, pero lo suficientemente buena como para circular en grandes cantidades en el mercado, especialmente en sitios de subastas online.

El país que normalmente se asocia con la producción de monedas antiguas falsas es Bulgaria, pero allí la escala de trabajo parece ser, en comparación, modesta y artesana (aunque la calidad de algunas piezas llega ser muy alta). No tengo reportes directos de monedas falsas griegas y romanas producidas en China, pero creo que es sólo una cuestión de tiempo y que pronto tendremos noticias al respecto.

sábado, 30 de mayo de 2009

Un dupondio falso!


Un amigo, Diego Márquez, de gran experiencia en numismática y un coleccionista de larga trayectoria, me comenta en un mail lo siguiente sobre el dupondio identificado en la última entrada de este blog (resumo sus comentarios):


El dupondio es falso, es una moneda obtenida de un molde de microfusión, el borde suavizado de las letras lo indica claramente, es una pieza de llavero. Lo mismo prueban las oquedades en la mejilla del retrato en el anverso. El mismo tipo de depresiones aparece en las columnas del reverso. Otra prueba son los rizos del pelo de Tiberio, son uniformes, esquemáticos, no son de un golpe de acuñación.


Creo que tenemos que rendirnos ante sus argumentos.