miércoles, 25 de julio de 2018

Un sestercio con una obra maestra de la ingeniería romana


El puente de Trajano


Durante el reinado de Marco Ulpio Trajano (98-117 d.C.), el Imperio Romano alcanzó la máxima extensión territorial de su larga historia, gracias a las exitosas guerras de conquista llevadas a cabo por este emperador contra los dacios y los partos. Contra el primero de esos pueblos se llevaron adelante dos guerras en 101-102 y 105-106 d.C. Fueron breves pero cruentas y demandaron la movilización de grandes recursos humanos y económicos por parte de los romanos.


Uno de los hitos de la segunda guerra de Trajano contra los dacios fue la construcción de un enorme puente para que las tropas romanas pudieran cruzar con mayor facilidad el Danubio. El puente fue diseñado por el arquitecto Apolodoro de Damasco y construido entre los años 103 y 105 d.C. El puente tenía 1135 metros de largo y ofrecía una calzada de unos 15 metros de ancho, por lo que probablemente era el más grande construido hasta entonces en todo el mundo.

Se trataba de una construcción de madera asentada sobre masivos pilares de ladrillo que descansaban en el lecho del río. Se han encontrado restos de los pilares que han permitido identificar la ubicación exacta del puente entre las modernas ciudades de Dobreta en Rumania y Klodovo en Serbia.



El puente fue una verdadera obra maestra que pone en evidencia la capacidad de la ingeniería del imperio. Se trataba de un logro del que los romanos bien podían estar orgullosos, por lo que no sorprende que fuera incluido en una escena de la columna de Trajano. Como podemos ver en la imagen sobre este párrafo, se trataba de una representación realista y detallada en la que pueden reconocerse los pilares y la compleja estructura de madera montada sobre ellos.


El sestercio RIC 569/570


Un famoso sestercio de Trajano (RIC 569/570) que muestra un puente de arco ha sido tradicionalmente interpretado como una representación del que se construyó sobre el Danubio. En su importante estudio sobre las acuñaciones de Trajano, sin embargo, Bernhard Woytek rechazó la identificación, ya que, en su opinión, no presenta ninguna semejanza con el de la columna de Trajano (ante todo, porque tiene un solo arco). Por el contrario, el numismático austríaco lo considera una representación del puente Milvio, por el cual el emperador habría dejado Roma al marchar hacia el norte al momento de emprender la campaña.


Los argumentos de Woytek no parecen convincentes. Las representaciones arquitectónicas en monedas romanas presentan una clara tendencia hacia el esquematismo y buscan transmitir una idea general de la construcción ilustrada y no una reproducción fiel de su aspecto.

Por otra parte, era imposible para el grabador introducir en el breve espacio de una moneda una representación semejante a la de la columna de Trajano que incluyera numerosos arcos. Sin una leyenda explicativaa, lo más probable es que quien tuviera la moneda en sus manos la relacionara con la gran hazaña de la construcción que dominaba uno de los mayores ríos de Europa.

domingo, 8 de julio de 2018

La reforma del sistema de acuñación de monedas de oro durante el reinado de Valentiniano y Valente

Reverso de un sólido con representasión de los emperadores Valentiniano I y Valente

La caída en la calidad de la moneda de oro


Durante el siglo IV d.C. la calidad de las monedas de oro romanas había experimentado un gradual deterioro que había dañado considerablemente su reputación

El De rebus bellicis, un pequeño tratado  anónimo de este período dirigido, con toda probabilidad, a Valentiniano y Valente, contiene -entre otras propuestas de reforma económica, política y militar- un capítulo dedicado al problema del fraude monetario y las formas para corregirlo. Conforme a su diagnóstico que identifica una sola causa del problema, el autor del De rebus bellicis propone una única medida como solución: el aislamiento de los acuñadores en una isla para evitar todo contacto externo y erradicar así las posibilidades de fraude.

La reforma de Valentiniano y Valente


La propuesta del De rebus bellicis es impracticable, pero Valentiniano y Valente adoptarían al comienzo de su reinado (entre los años 365-368) una reforma inspirada, sin duda, en un diagnóstico semejante: concentrarían toda la acuñación en oro en nuevas cecas comitatenses, es decir, integradas al comitatus o corte imperial, que seguirían a los emperadores en sus desplazamientos, permaneciendo, de esta forma, permanentemente bajo su control directo.


Las marcas de ceca se seguirían utilizando para designar la ciudad de acuñación, es decir, en la que se encontraba residiendo la corte imperial. Una reforma semejante se aplicaría más gradualmente a las acuñaciones en plata, aunque las cecas comitatenses no adquirirían un monopolio tan completo de la producción de monedas en ese metal como en las de oro. 

Las viejas cecas imperiales verían su responsabilidad limitada exclusivamente a la emisión de monedas de bronce y algunas series ocasiones en plata.

Las cecas comitatenses


La reforma de Valentiniano y Valente en la producción de las monedas de oro revertía la práctica firmemente establecida, desde fines del siglo III, de la existencia de múltiples cecas destinadas a atender las necesidades locales en las regiones con fuerte concentración militar. La puesta en marcha del nuevo sistema fue posible por la existencia de dos emperadores de igual rango con una clara división de sus respectivas jurisdicciones fiscales y militares.



La creación de las cecas comitatenses fue acompañada de una segunda medida. Los emperadores decretaron que todos los sólidos recolectados por conceptos fiscales fueran fundidos en lingotes de oro puro, que debían ser testeados y sellados por el funcionario responsable y luego transferidos a la corte imperial, más concretamente, a la oficina de las sacrae largitiones, donde serían recibidos por el scrinium aureae massae, un departamento dedicado exclusivamente a esa tarea, para servir luego como materia prima para la ceca comitatense. 

El objetivo expreso del cambio era disminuir las oportunidades de fraude por parte tanto de los contribuyentes como de los funcionarios responsables de la recaudación y trasferencia de los recursos.


El éxito de la reforma en mejorar la calidad de los sólidos es atestiguado por los análisis realizados a los sólidos de Valentiniano y Valente, que alcanzan una pureza del 99%, superior a la del período precedente, que rondaba el 95%. 

La nueva pureza de la moneda será destacada añadiendo a la marca de la ceca las letras OB por obryzum aurum, es decir, oro puro. Si bien, como vimos, la centralización de la acuñación de monedas de plata fue mucho menor, por la misma época algunas piezas en ese metal comienzan a llevar la marca PS, que es resuelta tradicionalmente como (argentum) pusulatum. Desde el reinado de Graciano (375-383), comienza a utilizarse la marca COM para designar a la ceca comitatense, completándose a veces con otras marcas para designar la ciudad en la que se realizaba la acuñación, es decir, en la que se encontraba la corte.

domingo, 1 de julio de 2018

¿Cuánto vale un sestercio con el Coliseo?




Los sestercios de Tito y Domiciano con una vista a vuelo de pájaro del Coliseo romano colmado de espectadores se encuentran, sin duda, entre las monedas más atractivas e interesantes acuñadas durante el Imperio Romano. La imagen del conocido anfiteatro que todavía hoy es uno de los principales emblemas de la ciudad eterna es un imán que atrae la atención tanto del coleccionista como del público en general. Verla y desearla parecen ser lo mismo.


Como se trata de piezas que fueron acuñadas en emisiones relativamente reducidas por breves períodos de tiempo, muy pocos ejemplares han llegado hasta nosotros. De hecho, menos de 50. Además, la mayoría de ellos se encuentra ya desde hace mucho en las colecciones de algunos de los principales museos y gabinetes numismáticos del mundo. Los pocos que quedan en manos de coleccionistas privados aparecen ofrecidos en las subastas más importantes y son siempre noticia, por su atractivo histórico y también por las grandes sumas que deben desembolsar los afortunados compradores.



El ejemplar cuya imagen encabeza esta entrada, por ejemplo, fue subastado en febrero de 2017 por 470.000 dólares! Su valor se explica porque es uno de los mejor conservados que existen. Un ejemplar con mayor desgaste ilustrado sobre este párrafo alcanzó unos 100.000 dólares en mayo de 2017. Es claro que estos sestercios están fuera del alcance de la gran mayoría de los coleccionistas.


Una alternativa atractiva para quienes no disponen de esas cifras para destinar a sus colecciones son los paduanos, sestercios de fantasía producidos en el renacimiento justamente para aquellos coleccionistas de la época que no obtenían un original. El ejemplar sobre este párrafo es uno de los más bellos con una representación coliseo y fue subastado por 900 dólares. Para quienes eso también parezca demasiado es posible conseguir replicas modernas de diversa calidad por muy poco dinero.

He escrito más sobre los sestercios con el coliseo es estas entradas





También sobre los paduanos