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lunes, 19 de septiembre de 2016

Los espectaculares retratos frontales en los áureos del emperador Póstumo

áureo de Póstumo - anverso con retrato frontal
El siglo III fue, en muchos sentidos, una época de experimentación e innovación en la producción monetaria romana. La crisis económica y la falta de recursos llevó a un fuerte deterioro en la calidad de la moneda (es decir, en el peso y la cantidad de plata en su composición) y a la producción de nuevas denominaciones. También desde el punto de vista estilístico se introdujeron novedades significativas. Dentro de esta época, se destacan, por su gran calidad y originalidad, las monedas del denominado “Imperio Gálico” y, sobre todo, las de su primer gobernante, Póstumo. Un grupo de áureos de este emperador se distingue por sus magníficos retratos.

La crisis del siglo III y la llegada de Póstumo al poder


Se conoce con el nombre de “crisis del siglo III” al período de grandes convulsiones y trastornos políticos, militares y económicos que asolaron al Imperio Romano entre los años 235 y 284 d.C. El punto más álgido de la crisis se ubica entre los años 260 y 275 d.C. en los que la misma subsistencia del Imperio se vio amenazada, al consolidarse en Oriente y Occidente gobiernos autónomos con tendencias separatistas.

áureo de Póstumo - anverso con retrato frontal

El punto de partida de este proceso fue la catastrófica derrota en el año 260 d.C. del emperador Valeriano frente a los persas sasánidas en Oriente. Su ejército fue completamente aniquilado y él mismo tomado prisionero. Que el soberano de Roma cayera en manos del enemigo era un hecho inaudito en la historia del imperio que ponía claramente de manifiesto la gravedad de la crisis militar.

En respuesta a este acontecimiento, surgieron en diversas partes del imperio usurpadores que reclamaron para sí la autoridad imperial en su región y se esforzaron por reorganizar la defensa de su territorio frente a las amenazas externas. El sucesor de Valeriano, su hijo Galieno, vio así su poder limitado a Italia, África y algunas regiones centrales.

áureo de Póstumo - anverso con retrato frontal

En la Galia, un comandante militar, Marco Cassiano Latino Póstumo, fue proclamado emperador por las tropas, pero en lugar de marchar hacia Italia para adueñarse del control sobre la capital del Imperio, permaneció en su provincia reorganizando la defensa y la administración del territorio. Póstumo tuvo gran éxito en estabilizar la situación local y ello garantizó la consolidación de su régimen, que tomó el control de prácticamente todas las provincias occidentales. Se creó así un Imperio independiente con centro en la Galia pero que se presentó siempre como continuador de la tradición romana. Póstumo eligió a Colonia como su capital, formó su propia guardia pretoriana y eligió a sus propios cónsules cada año.

Los áureos de Póstumo


Una de las señales más evidentes del rápido éxito de Póstumo en mejorar la situación de los territorios bajo su control es la cantidad y calidad de su producción monetaria, que supera claramente a la de Galieno en Roma. Especialmente llamativo es el nivel artístico de sus acuñaciones. Póstumo disponía, evidentemente, de los más talentosos artesanos del Imperio como grabadores de sus cuños.

áureo de Póstumo

Dentro de la producción monetaria en nombre de Póstumo, se destaca un grupo de áureos que tienen la particularidad de presentar retratos frontales del emperador, algo poco común hasta ese momento.

La calidad de detalle de estos anversos se encuentra a la altura de lo mejor del arte numismático antiguo. El rostro del emperador nos muestra una imagen completamente realista, un gesto serio, casi adusto. Su mirada esquiva al observador para perderse en un destino lejano y parece indicar la previsión e inteligencia del soberano. La verdadera maestría del grabador se reconoce, sin embargo, en la representación de su barba y cabellos, que producen una sensación de relieve y profundidad muy pocas veces lograda en monedas antiguas. El efecto del conjunto es tan perfecto que el rostro de Póstumo da la sensación de poder moverse en cualquier momento o comenzar a hablar. El atuendo imperial adorna la figura de Póstumo y proclama con fuerza su autoridad, reforzada por la sencilla leyenda POSTVMVS AVG.

sábado, 18 de febrero de 2012

Fantásticos áureos del emperador Póstumo en la subasta 204 de Künker


Lote 823 - www.kuenker.de

La firma Künker de la ciudad de Osnabrück es una de las casas de subastas numismáticas más prestigiosas de Alemania y Europa. El próximo 12 de marzo, realizará una subasta de monedas antiguas con más de 1100 lotes de excelente calidad, entre los que se destacan los dos sumamente raros áureos del emperador galo Póstumo cuyas imágenes acompañan esta entrada.

Arriba podemos ver el más importante de los dos, una verdadera joya. Se trata de un áureo acuñado en Colonia probablemente en el año 266 d.C. (6,2 gr.). En el anverso vemos el busto de Póstumo hacia la derecha con corona de laureles delante del de Hércules que casi se mimetiza con el soberano, acompañados de la leyenda convencional  POSTVMVS PIVS FELIX AVG. En el reverso, encontramos dos veces el busto de Felicitas. La primera sostiene una corona y la segunda una rama. Están acompañadas de la leyenda FELICITAS AVG. El grado de conservación es excelente, con sólo un par de pequeñas grietas en el contorno como defectos menores.

Lote 821 - www.kuenker.de

Como ya señalé en otra entrada sobre Póstumo, sus monedas se destacan por su excepcional calidad y gran originalidad y nivel artístico, algo que reconocemos sobre todo en los retratos del soberano. Este áureo es un claro ejemplo de ello. El valor estimado es de 75.000 euros.

El segundo ejemplar es algo menos espectacular (sólo 3,78 gr.), bien conservado pero con una depresión que cruza todo el reverso afectando los motivos. En el anverso, presenta un busto laureado de Póstumo con la leyenda MP C POSTV-MVS P F AVG y en el reverso, a Sol dirigiendo su cuadriga con la leyenda ORIENS, y en el exergo AVG. El valor estimado es de 20.000 euros.

viernes, 1 de julio de 2011

El doble sestercio de Decio – Un experimento fracasado en la lucha contra la inflación





La inflación y la crisis del siglo III


El Imperio Romano se vio sometido durante el siglo III a una profunda crisis que sacudió sus fundamentos políticos, militares y económicos. En este último plano, una de las señales más visibles de la crisis fue una fuerte inflación producto del continuado deterioro en la calidad de la moneda, es decir, en su contenido metálico. Las permanentes guerras significaban una carga enorme para el fisco, en una época en la que no existían mecanismos de financiamiento para cubrir el déficit del Estado. La única alternativa era disminuir el contenido en metal precioso o el tamaño de cada pieza para poder producir más monedas con la misma cantidad de metal.

Todas las denominaciones del sistema monetario romano se vieron afectadas por este proceso y, entre ellas, también el sestercio, cuyo tamaño y calidad se deterioró fuertemente durante el siglo III. Una respuesta frecuente a este problema por parte de los emperadores fue introducir nuevos tipos de moneda con un valor nominal más alto que las precedentes.




El doble sestercio de Trajano Decio


Uno de los diversos experimentos monetarios para responder a la inflación fue el “doble-sestercio” introducido por Trajano Decio durante su breve reinado (249-251). Era una moneda de gran tamaño (aproximadamente unos 38 gr. de peso) hecha de oricalco (la aleación también conocida con el nombre de latón). En realidad, la nueva moneda era poco más grande que los sestercios tradicionales del Alto Imperio, pero no fue un éxito.

Los sestercios dobles de Trajano son monedas impresionantes y si bien no convencieron a los contemporáneos son muy codiciados por los coleccionistas modernos. Ejemplares bien conservados alcanzan valores muy altos. Las imágenes que acompañan esta entrada ilustran a la perfección la gran calidad técnica con que Decio hizo producir la nueva moneda, se trata de verdaderas obras maestras. Su gran superficie permite a los grabadores explayarse en los detalles de los majestuosos retratos del emperador y su esposa, que reproducen un estilo clásico y de gran calidad. Lo mismo sucede con los motivos de reverso, con representaciones de, entre otras divinidades, Victoria, Felicitas y Pudicitia. Las leyendas apuntan a exaltar los tradicionales valores y la confianza en la invulnerabilidad de Roma.


Un fracaso similar al de esta moneda acompañaría, de hecho, a todas las iniciativas políticas relevantes de Decio, como su intento de erradicar el cada vez más difundido cristianismo con una dura persecución o el de expulsar las bandas de godos que habían penetrado en el territorio del imperio. Decio moriría, junto con su hijo, luchando contra los godos en la batalla de Abrito. Sería el primer emperador en perder la vida de esa forma, pero no el último.

El sestercio doble cayó pronto en desuso, pero fue revivido por el emperador gálico Póstumo (259-268). Póstumo hizo acuñar su propia versión del doble-sestercio, a menudo tomando sestercios antiguos y sobre-acuñándolos, probablemente debido a la escasez de metal. Los sestercios dobles desaparecerían junto con el imperio gálico y el mismo sestercio sería pronto suprimido del sistema monetario romano, siendo los últimos acuñados en nombre de Aureliano.