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martes, 23 de mayo de 2023

Las monedas de oro del rey al que apodaron "asombro del mundo"

 

Introducción

 
Federico II, también conocido como "Stupor Mundi" o "Asombro del Mundo", fue un gobernante extraordinario que dejó una huella indeleble en la historia de la numismática. Federico II cambió el curso de la historia monetaria occidental al comenzar a acuñar monedas de oro en 1231, rompiendo con la tradición de una Europa cristiana dominada por la moneda de plata. Veamos su historia y la de sus monedas.
 

El Asombro del Mundo y sus Monedas de Oro

 
Federico II, rey de Sicilia, fue un gobernante que desafió las convenciones de su tiempo. Fueron su insaciable curiosidad y su sed de conocimientos de todo tipo las que le ganaron el apodo de "Stupor Mundi", o "Asombro del Mundo"

Federico creció en Palermo, una ciudad cosmopolita donde convivían comerciantes de todas las naciones. Esta exposición temprana a diversas culturas y formas de pensar moldeó su visión del mundo, formando una personalidad que asombró a sus contemporáneos.

Federico II gobernó el Sacro Imperio Romano Germánico durante treinta años. Su vida estuvo marcada por eventos inusuales y logros impresionantes. Nacido en una tienda en la plaza principal de Iesi, en Italia, Federico II fue el hijo de Constanza de Sicilia, quien había esperado ocho años para quedar embarazada. Su padre, Enrique VI, inicialmente dudó de su paternidad, pero finalmente aceptó a Federico como su heredero.

Federico II a caballo


 
Federico fue un erudito  que dominaba múltiples campos, hablaba cinco idiomas y era experto en filosofía, astronomía, medicina, matemáticas y ciencias naturales. Fue, además, un gran protector de las artes y las ciencias y un mecenas literario.
 
Esta mentalidad abierta y curiosa se reflejó en todas las facetas de su reinado, incluyendo su innovadora política monetaria. En lugar de limitarse a las tradiciones existentes, Federico II buscó nuevas formas de representar su poder y autoridad, lo que le llevó a introducir un nuevo tipo de monedas acuñadas en oro en un mundo dominado por las acuñaciones en plata.
 
Augustal de oro de Federico II


Los “Augustales”: Un Puente entre la Antigüedad y el Renacimiento

 
Las monedas de oro acuñadas por Federico II, conocidas como “augustales”, eran algo especial. No solo eran las primeras monedas de oro acuñadas en la Europa cristiana en siglos, sino que también eran únicas en términos de la calidad de su imagen y su acuñación, muy superiores a los estándares de su tiempo.

Los augustales eran monedas extraordinarias acuñadas por un gobernante extraordinario. El diseño de estas monedas se inspiraba en la antigua Roma, un hecho que reflejaba el profundo respeto de Federico II por la antigüedad y su deseo de emular a los grandes emperadores romanos. 

Pero los augustales no eran simplemente una imitación de las monedas romanas. También incorporaban elementos innovadores que anticipaban el arte y la cultura del Renacimiento. De esta manera, los augustales servían como un puente entre la antigüedad y el Renacimiento, reflejando la visión de Federico II de un mundo en el que lo antiguo y lo nuevo podían coexistir y enriquecerse mutuamente.
 
Anverso de un augustal de Federico II


Un emperador en oro


El diseño de los augustales reflejaba la visión de Federico II de sí mismo como un emperador.

En el anverso de la moneda, se veía a Federico II rodeado por la leyenda IMP(ERATOR) ROM(ANORUM) CESAR AVG(VSTVS). El rey está representado en medio busto, en posición de perfil, lleva el pelo corto y está bien afeitado. Además, lleva un paludamento y una corona de laurel al igual que un antiguo emperador romano. Esta imagen evocaba las representaciones de los emperadores romanos, estableciendo un paralelismo entre Federico II y las grandes figuras de la antigüedad. 

Reverso de un augustal de Federico II


El reverso de la moneda mostraba un águila. Esta poderosa ave ya era un símbolo de autoridad y poder en la Antigüedad y se convirtió en el escudo imperial del Sacro Imperio Romano Germánico bajo Federico I Barbarroja (hacia 1122-1190). El simbolismo del águila era especialmente significativo para Federico II porque la casa de Hohenstaufen también se llamaba entonces gens aquila (casa del águila). La leyenda del reverso simplemente presenta el nombre del rey "FRIDERICVS".

Esta representación en estilo romano era una declaración de autoridad y poder. Pero también era algo más: era una afirmación de la identidad de Federico como gobernante, un hombre que se veía a sí mismo como parte de una tradición que se remontaba a los días de la antigua Roma. A través de estas monedas, Federico II no solo afirmaba su lugar en esta tradición, sino que también buscaba definir la forma en que sería recordado por las generaciones futuras.

martes, 11 de septiembre de 2012

Un áureo de Macrino es la estrella en la subasta de la segunda parte de la colección Shoshana


La semana pasada Heritage llevó a cabo la esperada subasta de la segunda parte de la colección Shoshana de monedas del antiguo Israel. Sorpresivamente, la estrella no fue uno de los raros y codiciados siclos (shekel) del año 4 de la primera guerra judía (aunque uno de éstos alcanzó los 65.000 dólares), sino un magnífico áureo del emperador Macrino, acuñado en el 218 d.C., que superó con creces la estimación inicial de 40.000 dólares y encontró un nuevo dueño por 203.150. Se trata de un ejemplar de tal atractivo e interés histórico que no podía dejar de dedicarle una entrada.

Según lo indican las fuentes de la época, Macrino era de origen relativamente humilde y provenía de Mauritania. Desempeñó en Roma una exitosa carrera como jurista que lo llevó a alcanzar el importante puesto de prefecto del pretorio del emperador Caracalla. Cuando este soberano cayó víctima de un complot palaciego en medio de una campaña en Oriente contra los persas en abril del año 217 d.C., Macrino fue proclamado emperador por las tropas. Se convirtió, de esta manera, en el primer individuo en llegar al trono imperial sin pertenecer al rango senatorial, sino solamente al orden ecuestre. Su hijo Diadumeniano, de tan sólo nueve años, fue proclamado César.

El rey persa Artabano aprovechó la situación para intensificar sus ataques y, tras algunos reveses, el nuevo emperador buscó una paz negociada. Macrino logró este objetivo con algunos cambios en las fronteras y el pago de 200 millones de sestercios en indemnizaciones, una cifra enorme dada la penuria en que el gobierno de Caracalla había dejado el tesoro romano. Ante la necesidad de controlar los gastos, Macrino desconoció los últimos incrementos de salario concedidos por su predecesor a los soldados.

Las consecuencias de esta austeridad serían fatales, pues el descontento de los soldados decidiría a la influyente tía de Caracalla, Julia Maesa, a impulsar en abril del año 218 d.C. la proclamación de su nieto, quien pasaría a la historia con el apodo de Heliogábalo. La misma sería apoyada con entusiasmo por gran parte de las tropas, azuzadas por la promesa de un generoso donativo. Macrino intentó corregir su error ordenando donativos a los soldados y al pueblo de Roma. El áureo subastado fue acuñado en esa ciudad para ser distribuido en nombre del emperador.

En el anverso vemos un magnífico retrato -cuyos rasgos idealizados recuerdan a los de Marco Aurelio- acompañado de la leyenda IMP M OPEL SEV MACRINVS AVG. En el reverso, por su parte, podemos apreciar la escena misma de la distribución de monedas a los ciudadanos: Macrino y Diadumeniano aparecen sentados en sillas curules colocadas sobre una plataforma, detrás de ellos se encuentra un guardia y delante la representación divina de la liberalidad portando una cornucopia y un ábaco, mientras un ciudadano se prepara a subir para recibir su premio. La leyenda reza LIBERALITAS AVG. La nueva generosidad de Macrino no fue suficiente y, tras ser derrotados y huir, tanto él como su hijo serían apresados y ejecutados.

Las monedas de oro de Macrino son extremadamente raras y este reverso es uno de los más interesantes de su breve reinado por ser uno de los pocos que se refieren a un acontecimiento específico. Todo ello contribuye a explicar el valor alcanzado.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Roban colección de monedas del museo de la universidad de Tubinga

Desde una vitrina en el Museo de la Universidad de Tubinga han sido robadas 44 monedas antiguas. El botín tendría un valor  estimado  de entre 150.000 y 200.000 €. 

Por estos días me encuentro preparándome para viajar a Alemania para pasar unos meses dedicado a la investigación en mi alma mater, la universidad de Tübingen. Uno de mis objetivos, por supuesto, es realizar trabajos en el Instituto de arqueología clásica, que cuenta con una de las colecciones numismáticas universitarias más importantes del país, con más de 20.000 monedas. Unas 200 piezas de esa colección se exhiben permanentemente en el museo de la universidad en el castillo Hohentübingen. Con gran sorpresa me entero, por algunos colegas, que 44 monedas han desaparecido del museo.


 Todo indica que los ladrones actuaron durante el horario de apertura al público, y que planificaron el golpe con gran cuidado, pues la vitrina que contenía los ejemplares en exposición no fue forzada, y sólo tomaron los ejemplares de mayor valor y más fácil reventa, dejando el resto en su lugar. Los conocimientos numismáticos de los ladrones son evidentes: Algunas piezas de gran valor, pero lo suficientemente exóticas como para llamar la atención de cualquier casa de monedas, no fueron tomadas.

No poseo, lamentablemente, una lista de las monedas robadas, pero me informan que entre ellas figuran áureos de diversos emperadores como Augusto, Antonino Pío y Constantino II y una estátera de oro de Alejandro Magno (imágenes de algunas de las piezas robadas acompañan esta entrada). Sería importante, sin embargo, hacer circular esta información todo lo posible. Uno nunca sabe dónde podrían aparecer estas monedas.