Mostrando las entradas con la etiqueta monedas del bajo imperio romano. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta monedas del bajo imperio romano. Mostrar todas las entradas

domingo, 28 de agosto de 2016

La maiorina (AE 1) de Magnencio con el crismón


Magnencio fue un oficial militar nacido en la Galia pero de ascendencia germánica (303-353 d.C.) que en el año 350 encabezó una exitosa conspiración contra el emperador Constante -el hijo de Constantino-, que se había vuelto muy impopular con el ejército. Magnencio fue proclamado emperador y Constante asesinado.

Los intentos de buscar una conciliación con Constancio II, el hermano de Constante que reinaba en las provincias orientales, fracasaron y Magnencio tuvo que iniciar los preparativos para una guerra civil.

La moneda cuya imagen acompaña esta entrada es una de las acuñaciones más famosas de Magnencio, sobre todo porque fue la primera moneda en presentar como motivo principal en su reverso al crismón (el monograma compuesto por las primeras letras griegas del nombre de Cristo). Este símbolo ya había aparecido en monedas de Constantino y sus hijos, pero siempre como una pequeña marca de control o dentro del estandarte militar conocido como labarum.

El gran numismático Pierre Bastien vio a esta moneda como parte de la campaña de propaganda de Magnencio contra Constancio II. Según esta tesis, Magnencio emitió las monedas con el crismón para ganarse el favor de los cristianos ortodoxos que estaban descontentos con la política religiosa de Constancio II y su apoyo al arrianismo. El arrianismo era una corriente teológica que contaba con muchos adeptos en el Oriente del imperio y veía a Cristo como un ser creado, y que por lo tanto no había existido desde siempre. La corriente opuesta, la ortodoxa nicena, concebía a Cristo como una parte de la Trinidad que había existido desde siempre.

En el reverso de la moneda de Magnencio el crismón aparece acompañado de las letras griegas alfa y omega- Es posible ver en las mismas en alusión al pasaje del evangelio de Juan que afirma: "Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el que es y que era, y que ha de venir, el Todopoderoso". Un pasaje que era una consigna central para los ortodoxos en su disputa con los arrianos. 

Posteriormente, Bastien expresaría dudas sobre esta interpretación, teniendo en cuenta la poco clara identificación religiosa de Magnencio. Sin embargo, creo que eso es irrelevante a la cuestión. FUeran cuales fueses sus creencias personales, Magnencio sin duda tenía interés de buscar el apoyo de los cristianos ortodoxos, que podían ser sus aliados naturales en la lucha contra el arriano Constancio.

viernes, 19 de agosto de 2011

Un exquisito contorniato


Fotografía de Joe Geranio

Continuando con el tema de las contorniatos que introducía en una entrada reciente, hoy quiero presentaros un ejemplo especialmente llamativo. Si bien los contorniatos no se caracterizan en líneas generales por un gran nivel artístico (apareciendo en algunos casos retratos bastante toscos), se conservan también unos pocos ejemplos de excepcional factura, como el que encabeza esta entrada.

Tiene un diámetro de 38 mm  y 28,45 g. de peso. En el anverso vemos uno de los motivos más frecuentes en los contorniatos, la cabeza laureada de Trajano. Éste es uno de los pocos casos en que el grabador se aproxima a la calidad de los retratos en las monedas originales de este emperador. La leyenda TRAIAN-VS PF AVG. contiene el componente anacrónico habitual P(ius) F(elix) que es una de las evidencias centrales que prueban que los contorniatos fueron producidos en los siglos IV y V, dado que esos apelativos no eran utilizados en las acuñaciones del Alto Imperio. El monograma en forma de palma a la derecha del rostro de Trajano es otra característica típica de estas piezas.

En el reverso vemos a un auriga sobre su cuadriga representado frontalmente. La leyenda E -VT - YMIVS  indica, con seguridad, su nombre. Es necesario tener presente que los aurigas eran verdaderas estrellas populares en la Antigüedad Tardía. Su papel se vuelve todavía más importante porque con la cristianización del imperio se dejan de lado las luchas de gladiadores y las carreras pasan a ser el principal entretenimiento de la población urbana. La factura es impecable. El auriga tiene las riendas y una palma (símbolo de su victoria) en la izquierda y un pequeño látigo en la derecha. Al costado de su cabeza podemos ver su casco y en el exergo una corona entre dos palmas.

Es uno de los contorniatos más bellos que conozco.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Una imitación bárbara de un medallón romano

El más grande Medallón romano de oro


Un misterioso hallazgo


En circunstancias que no están claras, en el año 1927 fue descubierto en Zagórzyn en Polonia un gran tesoro de monedas romanas y copias bárbaras enterrado allí en un caldero de bronce durante el siglo V d.C. 

La composición del tesoro no puede hoy determinarse con precisión porque los descubridores lo dispersaron y comercializaron rápidamente, llegando, incluso, a fundir algunas de las piezas más grandes en su apuro por transformar su hallazgo en dinero. 

Algunos medallones y monedas fueron adquiridos por museos de Europa occidental, quedando en manos del Gabinete Numismático de Berlín una de las piezas más significativas, un masivo medallón de oro (84 mm de diámetro) equivalente a 48 sólidos (242,49 gr.), es decir, el más grande conocido del mundo antiguo. Hoy se encuentra en exposición permanente en el museo Bode de Berlín, donde tuve ocasión de observarlo recientemente.

El medallón


El medallón es una copia de un original romano desconocido de los emperadores Valentiniano y Valente. En el anverso (cuya imagen encabeza esta entrada) vemos los bustos enfrentados de ambos soberanos. El artesano bárbaro ha imitado con gran cuidado los detalles: como puede verse en las diademas de perlas y la vestimenta militar de ambas figuras. Sin embargo, el efecto de conjunto es desproporcionado y algo torpe. Su falta de comprensión por el original queda indudablemente reflejada en su reproducción errónea de la leyenda, R-ES-IS - ROMA-NO-R-VM, en lugar de, probablemente, reges romanorum.
El más grande Medallón romano de oro

En el reverso (imagen sobre este párrafo), vemos al emperador a caballo, su cabeza rodeada de una aureola. Delante de él, una figura femenina, probablemente la Tyche de Antioquía, sostiene una antorcha. En el exergue puede reconocerse otra figura femenina que yace con una cornucopia. La leyenda es reproducida esta vez correctamente, Gloria Romanorum. Las letras A N indican que el original había sido producido en la ceca de Antioquía.

Desde un punto de vista técnico, este medallón es -a pesar de sus defectos- una de las imitaciones bárbaras de mejor calidad que se conocen y refleja un trabajo artesanal altamente profesional. Todo indica que fue propiedad de un personaje sumamente prominente de la aristocracia guerrera de un pueblo germánico.

¿Por qué producían los bárbaros copias de medallones romanos?


Al medallón se le ha añadido un pequeño cilindro para utilizarlo como colgante. Estas grandes piezas de oro no eran acuñadas para circular como monedas, pues su enorme valor las hacía útiles sólo para almacenar riqueza. Eran producidas en escaso número para ser distribuidas entre los funcionarios y oficiales más importantes del imperio, o entregados como presentes a personajes importantes. En muchas ocasiones, medallones eran enviados a jefes bárbaros como parte de los pagos o subsidios acordados por no atacar las fornteras romanas o por brindar servicio militar en su defensa. La recepción de un medallón del emperador era un honor especial, y los beneficiados gustaban de publicitarlo utilizándolos como colgantes a la vista de todos. La aristocracia bárbara imitaba esta práctica y veía en los medallones un preciado símbolo de distinción. De allí la necesidad de producir copias, como en caso que nos ocupa, cuando no se disponía de los originales.

martes, 25 de enero de 2011

La doble maiorina de Juliano a Joviano


Trataba aquí recientemente sobre la famosa doble maiorina de Juliano el Apostata acuñada como resultado de la reforma monetaria introducida entre fines del 362 y principios del 363, y sobre las dificultades para interpretar el significado del toro representado en su reverso. Los estudiosos han ofrecido muchas interpretaciones, ninguna absolutamente convincente. Creo que, como ya he señalado, la que cuenta con más posibilidades de ser cierta es la que ve en el reverso una alusión al toro Apis. Es evidente que esta moneda aludía, en muchos sentidos, a la nueva política religiosa iniciada por Juliano, es decir, a su intento de restablecer al paganismo como religión imperial y debilitar a la cada vez más poderosa iglesia católica. Esa parece por lo menos haber sido la interpretación que le dieron sus contemporáneos.

La muerte de Juliano


Uno de los objetivos de la serie de reformas introducidas por Juliano era obtener los recursos necesarios para financiar una gran campaña militar contra el imperio persa sasánida, el gran enemigo de Roma en el oriente desde el siglo III. Juliano buscaba romper con los recurrentes fracasos en esta frontera de su predecesor Constancio II y decidió para ello emprender una invasión en gran escala del territorio enemigo apuntando directamente a la capital Cetesifonte. A pesar de la cuidadosa preparación y de los éxitos iniciales, la campaña acabaría en un completo desastre y Juliano perdería la vida en una escaramuza a medida que el ejército se retiraba. Perdido en territorio enemigo y sin su líder, el ejército eligió a un joven oficial, Joviano, como nuevo ocupante del trono. Éste negoció una rápida paz con los persas a cambio de la entrega de enormes territorios romanos.

Joviano y la reacción cristiana en la moneda


El nuevo emperador era un cristiano, y una de sus primeras medidas fue el restablecimiento de los privilegios y propiedades de la iglesia católica que habían sido eliminados por Juliano. Joviano siguió acuñando las dobles maiorinas introducidas por su predecesor, pero el cambio en los motivos fue, creo, profundamente significativo. En el anverso, encontramos un retrato sin barba que vuelve a la tradición de Constantino y sus hijos. En el reverso, el toro ha sido remplazado por la imagen del emperador de pie sosteniendo en una mano el labarum, el estandarte militar cristiano coronado por el símbolo chi-ro y en la otra una victoria. Es evidente, entonces, que el toro de Juliano tenía una asociación pagana que debía ser remplazada ahora por un motivo netamente cristiano.

martes, 18 de enero de 2011

La doble maiorina de Juliano el Apóstata y el toro Apis

Las reformas del 362 d.C.

En el verano del año 362 d.C., el emperador Juliano se encontraba en Antioquía en medio de los preparativos para su campaña militar contra el imperio persa sasánida. Fueron meses de frenética actividad, en los que se introdujeron una serie de reformas en el Estado para intentar volverlo más eficaz, especialmente en el frente fiscal. Ello era un requisito imprescindible de toda campaña militar exitosa. Uno de los cambios más importantes introducidos en este conexto fue la modificación de las denominaciones de vellón bajo, destinada a combatir el fuerte deterioro en el valor de esas piezas y a restaurar la confianza del público en las mismas. Juliano introdujo dos nuevas monedas, una de unos 8,25 gramos de peso denominada hoy doble maiorina o AE1, y una más pequeña de unos 3 gramos conocida como AE3. Los motivos de la primera atrajeron rápidamente la atención de los contemporáneos, como sabemos por el mismo Juliano, quien en si Misopogon nos indica como esa moneda fue rechazada y tomada como motivo de bura por la población preponderantemente cristiana de Antioquía.

Una moneda muy original

El diámetro de unos 28 milímetros de esta moneda otorgaba una superficie especialmente atractiva para representar motivos elaborados. En el anverso puede verse el busto de Juliano con una corona de perlas y una larga barba (que caracterizaba su retrato desde su transformación en gobernante único del imperio y su rechazo del cristianismo) rodeado de la leyenda DN FL CL IVLIANVS PF AVG. En el reverso puede verse un toro hacia la derecha y mirando al frente, con dos estrellas encima y la leyenda SECVRITAS REI PVB.

Esta moneda ha atraído también la atención de los estudiosos, pues señala una clara intención de ruptura con la tradición al introducir un motivo de reverso completamente original contrastando con la tendencia vigente desde el reinado de Constantino a la repetición de una serie de temas establecidos. En efecto, desde la conversión de ese emperador al cristianismo los motivos paganos habían paulatinamente desaparecido de las monedas, siendo remplazados por conceptos generales referidos al soberano y el estado, especialmente a su capacidad para garantizar la defensa frente a los enemigos y la estabilidad interior.

La interpretación de la imagen del toro en el anverso ha sido muy debatida por los especialistas. En las primeras décadas del siglo XX autores como H. Mattingly y G. Elms propusieron la (todavía clásica) identificación con el toro Apis. Para F. D. Gilliard, por el contrario, el toro podría ser una alusión al signo astrológico de Juliano, tauro. Kent, por su parte, vio en este animal una representación del propio Emperador como guardián de su pueblo, mientras que para J. Arce, sería una referencia al sacrificio ritual de toros (el taurobolios) celebrado por iniciativa el propio Juliano en Antioquía.
Una defensa de la interpretación tradicional

La doble maiorina de Juliano nos muestra un claro ejemplo de las dificultades de interpretación que ofrecen las monedas antiguas. A pesar de que el reinado de Juliano es uno de aquellos sobre los que más testimonios contemporáneos sobreviven, no podemos definir con precisión el sentido de una representación numismática a la cual el emperador otorgaba, sin duda, un importante valor propagandístico. En mi opinión, sin embargo, la tesis tradicional es la más convincente. Poseemos el testimonio de Amiano Marcelino (22.14.6) sobre el descubrimiento de un nuevo toro Apis en el año 362, un acontecimiento que fue recibido con gran entusiasmo por Juliano y considerado, probablemente, como un presagio sumamente favorable para la próxima campaña contra los persas. Por otra parte, como señala Klaus Rosen en su biografía de Juliano, desde tiempos del emperador Calígula, era frecuente que la aparición de un nuevo toro de Apis fuera anunciada en las acuñaciones imperiales. Un ejemplo claro es la moneda del emperador Adriano que encabeza este párrafo. (Dracma de bronce, Egipto, 134-135 d.C.) Juliano no hacía, por lo tanto, más que volver a una antigua tradición. Ese era el objetivo general de su reinado, volver a las antiguas tradiciones y borrar completamente el capítulo cristiano del imperio que había comenzado con su tío Constantino.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El tesoro de Somerset fue valuado en más de medio millón de dólares

He escrito aquí un par de entradas sobre el gran tesoro de 52.503 monedas romanas descubierto en Inglaterra por un entusiasta de los detectores de metales, Dave Crisp. Como informan diversos medios británicos, el valor exacto del tesoro, que fue descubierto en un campo cerca de Frome en Somerset el pasado mes de abril, fue finalmente determinado por las autoridades, después de varias horas de un intenso debate, que incluyó las diferentes opiniones de tres expertos. La rareza de muchas de las piezas hizo dificil llegar a un monto definitivo, pero el mismo fue finalmente fijado en 320.250 libras esterlinas, es decir, algo más de 510.000 dólares.
Las monedas, que se encontraban escondidas en un gran cladero de metal, incluyen cinco piezas de plata particularmente raras, acuñadas por el usurpador Carausio, quien gobernó las Islas Británicas entre los años 286 y 293 d.C. Los especialistas están convencidos de que el tesoro era una ofrenda y no una alcancía gigante, pues el peso y el lugar de su enterramiento hacen evidente que el mismo no estaba destinado a ser recuperado. Es probable que se necesiten años de trabajo para conseguir pruebas que respalden esta hipótesis y para catalogar todas las piezas. Un museo local ha iniciado una campaña para recaudar fondos y conservar el sensacional hallazgo en su lugar de origen. Dave Crisp, por su parte, sigue recorriendo los campos de la región armado de su detector de metales.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Un áureo de Adriano publicitando carreras en el circo

ADRIANO. 117-138 d.C.. AV Aureus (7,34 g). RIC II 144

Anverso: IMP CAES HADRIANVS AVG COS III / Busto del emperador hacia la derecha con coraza y corona de laureles.
Reverso: ANN DCCCLXXIIII NAT VRB P CIR CON / Genio del Circo descansando y sosteniendo la rueda y la señal de meta en sus manos.

Este áureo del emperador Adriano es excepcional por varios motivos. En primer lugar, se trata de un ejemplar extraordinariamente bien conservado, que fue subastado en 2004 por 39.000 dólares. En segundo lugar, es una moneda particularmente rara, de la que se conocen muy pocos ejemplares. Finalmente, es una de las pocas acuñaciones romanas fechadas por el año de la fundación de la ciudad.

En  el 121 d.C., Adriano estaba ocupado haciendo los preparativos para su primera gira por las provincias del Imperio Romano. Antes de su partida, emitió esta pieza para honrar la memoria de Roma. Esta moneda maravillosa alude a las carreras organizadas por él en el Circo Máximo para celebrar el 874° aniversario de la fundación de Roma por Rómulo y Remo. 

Vista moderna del Circo Máximo

Una antigua tradición situaba la fundación de Roma a los once días antes de las calendas de mayo, en coincidencia con el festival de la Parilia, ahora bajo el nuevo nombre de Natalis. Esto corresponde al 21 de abril en el calendario juliano. La Parilia era un festival de primavera en honor de Pales, dios (o diosa) de los pastores y los rebaños, y se relaciona obviamente con el calendario agrícola solar. No había tal consenso, sin embargo, sobre el año en el que la fundación se había llevado a cabo. Los distintos autores antiguos daban fechas que iban desde el 813 hasta el 728 a.C., mientras que los más fiables la situaban alrededor del 750 a.C. Durante mucho tiempo la fecha de Polibio de 751 a C. sirvió como norma, pero posteriormente la hoy convencional del 753 a.C. se volvería canónica al ser refrendada por la autoridad de Ático y Varrón. La leyenda del reverso puede completarse y traducirse de la siguiente forma:

ANN[o] DCCCLXXIIII NAT[ali] VRB[is] P[rimum] CIR[censes] CON[stituit]

En el año 874 del aniversario de la fundación de la ciudad estableció por primera vez juegos en el circo.

sábado, 17 de octubre de 2009

Una imitación “bárbara” – una copia de un As de Juliano el Apóstata


El emperador Juliano II es más conocido hoy con el nombre de Juliano el Apóstata, que hace referencia a su intento de restaurar el paganismo grecorromano como religión oficial. El cristianismo había sido reconocido por Constantino el grande, tío de Juliano, como fe imperial y se había expandido en forma considerable. El intento fracasaría, y Juliano sería el último emperador en rendir homenaje a los dioses tradicionales.



Poco después de su ascensión al trono, Juliano comenzó a promover públicamente los cultos antiguos, y a participar personalmente en sus rituales y sacrificios. Esta política religiosa se reflejaba, por supuesto, en sus acuñaciones. Uno de los ejemplos más conocidos es el As cuya imagen encabeza esta entrada. En el anverso, el emperador aparece representado -como en todas sus monedas- con una tupida barba, siguiendo la tradición de la filosofía neoplatónica. El toro en el reverso está relacionado, entre otros significados, con los sacrificios, tan importantes en el ritual pagano.



Los asses de Juliano alcanzaron una amplia difusión y fueron profusamente imitados por los pueblos germánicos más allá de las fronteras del imperio. Incluyo en esta entrada las imágenes de una copia especialmente interesante. La factura es rústica, pero no está exenta de habilidad artística, el busto del emperador parece, de hecho, casi un retrato impresionista. El artista bárbaro no podía, sin embargo, comprender el latín, por lo que la leyenda del original se transforma, bajo sus manos, en una ininteligible serie de trazos.