Mostrando las entradas con la etiqueta Nerón. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Nerón. Mostrar todas las entradas

sábado, 21 de abril de 2018

Un fantástico sestercio de Nerón



Nerón es hoy un emperador famoso, ante todo, por sus crímenes y extravagancias. El asesinato de su propia madre Agrippina, el incendio de Roma, la primera persecución de cristianos, etc. Él, sin embargo, se consideraba a sí mismo ante todo como un artista, deseoso de imponer en Roma las competencias literarias y atléticas que eran comunes en el mundo griego. De allí sus famosas últimas palabras “¡qué artista muere conmigo!”

Uno de los ámbitos en los que se reflejó la inquietud artística del emperador fue en las monedas acuñadas durante su reinado, por lo menos en las de la última parte del mismo. En lo que se refiere al grabado de sus cuños éstas alcanzan un nivel que sobrepasa con holgura a todo lo precedente. Las monedas en que esto puede reconocerse mejor es en los sestercios, que por su mayor tamaño ofrecían amplio espacio para la representación de escenas más detalladas.

En esta breve entrada sólo quiero presentar un ejemplo específico que considero especialmente elocuente. El sestercio acuñado en Roma en el año 63 d.C. que introduce por primera vez la escena de la decursio como tipo de reverso.

La decursio era una maniobra de entrenamiento militar que simulaba escenas de combate combinando caballería e infantería. En estos sestercios vemos al emperador Nerón a caballo, con una lanza en su mano derecha, como si estuviera listo para embestir a un enemigo; un soldado a pie lo precede, con un vexillum en su hombro, y otro le sigue de cerca. El objetivo de este tipo de reverso era mostrar la excelente relación del emperador con los soldados de la guardia pretoriana, algo que era vital para todo príncipe que deseaba conservar el trono, y también la vida.

El ejemplar ilustrado se encuentra en el gabinete de monedas de Viena y es perfecto en todos los sentidos. Una excelente conservación, una pátina suprema, una acuñación perfectamente centrada. Sin duda, una moneda digna de un emperador artista.

domingo, 15 de abril de 2018

Las monedas de Nerón como heredero de Claudio

Áureo de Nerón como César, acuñado durante el reinado de Claudio 50-54. Anverso: Busto juvenil de Nerón hacia la derecha NERONI CLAVDIO DRVSO GERM COS DESIGN. Reverso. EQVESTER/OR • DO/PRINCIPI/IVVENT en cuatro líneas, inscritas en el escudo redondo; lanza detrás. RIC I 78


El matrimonio de Claudia y Agrippina


Al momento de ascender al trono en el 41 d.C., Claudio se encontraba casado -en su tercer matrimonio- con Valeria Messalina. Durante los primeros años de su reinado ella sería una figura muy poderosa en la corte, pero en el 48 d.C. sería ejecutada, acusada de conspirar para derrocar a su esposo. Los autores antiguos le adjudican exageradas historias de promiscuidad sexual que probablemente reflejan el discurso oficial tras su caída. El emperador necesitaba una nueva esposa y la elección recayó sobre Agrippina, la hija de Germánico y hermana de Calígula, es decir, la propia sobrina de Claudio. Como bisnieta de Augusto, su linaje la colocaba en una posición de ventaja frente a otras posibles candidatas y servía para reforzar la legitimidad de Claudio. La unión se celebró en el año 49.


Denario de Nerón como César con los mismos motivos del áureo ilustrado más arriba


El posicionamiento de Nerón como heredero


Claudio tenía una hija de su segundo matrimonio con Aelia Paetina (un varón surgido de este matrimonio había muerto durante su infancia) y dos hijos de su unión con Messalina, Octavia y Británico. Agrippina no le daría más hijos, pero ella contaba ya con uno propio, Tiberio Claudio Nerón, fruto de un matrimonio anterior con Cneo Domicio Ahenobarbo. Nerón era tres años mayor que Británico y eso lo colocaba en una posición de ventaja para la sucesión. En el año 50, Agrippina fue proclamada Augusta y Claudio adoptó a Nerón como hijo. Al año siguiente, éste recibió además el título de princeps iuventutis que claramente lo designaba como heredero al trono. Finalmente, en el 53 contrajo matrimonio con Octavia, la hija de Claudio y Messalina.

Áureo de Claudio acuñado c. 52-54. Anverso: Busto laureado de Claudio hacia la derecha TI CLAVD CAESAR AVG GERM P M TRIB POT P P. Reverso: Busto drapeado y laureado de Agrippina hacia la derecha. AGRIPPINAE AVGVSTA. RIC I 80



La presentación de Nerón en las monedas de Claudio


Ematrimonio con Agrippina y la posición de Nerón como nuevo heredero fueron rápidamente incluidas como mensaje en el repertorio iconográfico de las monedas de Claudio. Una serie de áureos y denarios muestran los retratos de Claudio, su esposa y el todavía pequeño Nerón en las tres combinaciones posibles. Agrippina cuenta además con sus propios sestercios que combinan su retrato en el anverso con los motivos de Ceres y el ya clásico carpentum en el reverso. Nerón, por su parte, cuenta con sus propios áureos, denarios y sestercios, en los que es aclamado como princeps iuventutisUn primer tipo de reverso muestra un escudo con una inscripción que hace referencia a la pertenencia de Nerón al orden ecuestre y a su condición de príncipe de la juventud. Un segundo tipo alude a la cooptación de Nerón para formar parte de todos los colegios sacerdotales más importantes y muestra los objetos rituales más importantes ligados a ellos.

En honor a Británico sólo parecen, por el contrario, haberse acuñado algunos sestercios hacia el final del reinado de Claudio en una ceca no identificada de Tracia o los Balcanes. Su posición en la línea sucesoria parecía claramente secundaria.

Áureo de Nerón como César, acuñado durante el reinado de Claudio 50-54. Anverso: Busto juvenil de Nerón hacia la izquierda NERO CLAVD CAES DRVSVS GERM PRINC IVVENT. Reverso: Simpulum sobre trípode y lituus sobre patera SACERD. COOPT. IN. OMN. CONL.SVPR NVMR EX SC 


La muerte de Claudio


Al año siguiente, el 54 d.C. Claudio falleció tras comer un plato de setas y las fuentes antiguas son unánimes en atribuir su muerte a un veneno administrado por su esposa. Sea como fuere, la muerte del emperador ocurrió sospechosamente en un momento muy oportuno para Agrippina, pues faltaban sólo unos meses para que Británico alcanzara la mayoría de edad y Claudio se preparaba a asignarle un papel más importante en la sucesión que podía amenazar la posición de Nerón.


domingo, 22 de octubre de 2017

Un hombre con una moneda romana – el retrato de un coleccionista del Renacimiento

Hans Memling Hombre con moneda romana
Hans Memling - "Hombre con moneda romana" - 1473

El exquisito retrato que puede verse sobre estas líneas fue pintado por uno de los mayores artistas flamencos del siglo XV, Hans Memling. Es uno de los testimonios más elocuentes de la nueva pasión por el coleccionismo de monedas antiguas que se desarrolló en Europa durante el Renacimiento.

La pintura


El pintor Hans Memling solía trabajar para una clientela variada, que iba desde instituciones religiosas hasta ricos burgueses. A fines del siglo XV, Brujas, la ciudad donde trabajaba el pintor nacido en Alemania, era un centro del comercio internacional. Los mercaderes que solían vivir y trabajar allí estaban ansiosos por ser inmortalizados gracias al pincel de un artista de talento. Era habitual que escogieran representarse con objetos que evidenciaran su estatus y sus gustos refinados. Lo nuevo en este caso es que el objeto elegido para ello sea una moneda romana.

En este retrato, la mirada del modelo está dirigida al espectador. Su expresión es casi soñadora, propia de una persona absorta en sí misma y aislada del mundo exterior. Totalmente en línea con la moda italiana de finales del siglo XV, el retratado está vestido con una túnica negra atada al cuello con un cordón. La moneda antigua en su mano izquierda lleva el busto del emperador romano Nerón. En la parte inferior, notamos dos hojas de laurel. Siguiendo los ejemplos de sus contemporáneos italianos, Memling llenó el fondo con un paisaje bucólico, en el que vemos algunos cisnes, un jinete y una palmera exótica.

Sestercio Nerón Hans Memling
Fragmento de la pintura que incluye la moneda representada

El retratado y su moneda


Durante mucho tiempo, la identidad del hombre retratado fue un enigma, pero el misterio hoy se considera resuelto. Algunos de los detalles en la pintura apuntan inequívocamente a Bernardo Bembo, un humanista y político veneciano que pasó un tiempo en Brujas entre los años 1472 y 1473 en una misión diplomática. 

Bernardo era un ferviente coleccionista de monedas y su emblema incluía hojas de laurel y una palmera. La presencia de esas plantas en el fondo del retrato sería una alusión a ello. Hoy es recordado, sobre todo, por ser el padre de Pietro Bembo, uno de los mayores humanistas y poetas italianos de la primera parte del siglo XVI.


Memling se esforzó por lograr una representación exacta de la moneda romana, lo que nos permite reconocerla como un sestercio del emperador Nerón. Es evidente el sentimiento de orgullo que en el retratado despierta su posesión. Como otros humanistas de la época, Bernardo sentía una verdadera pasión por las monedas antiguas. 

Su hijo Pietro Bembo afirma en una de sus cartas poseer un sestercio de Nerón ¿Será este mismo con el que se hizo retratar su padre?

viernes, 24 de marzo de 2017

Los fantásticos áureos rojizos del tesoro de Boscoreale - Pompeya

áureo de Vitelio procedente del tesoro de Boscoreale
Áureo de Vitelio procedente del tesoro de Boscoreale

El tesoro Boscoreale es el nombre con el que se conoce una gran colección de exquisitos objetos romanos de plata y oro descubiertos en las ruinas de una antigua villa cerca de Pompeya, que fue sepultada por la erupción volcánica del Vesubio en el 79 d.C.

Un gran tesoro dispersado


La villa fue desenterrada durante varias campañas arqueológicas. Fue descubierta en 1876, pero fue sólo en abril de 1895 que se descubrieron los restos de una caja abovedada que contenía el tesoro, oculto en la sala de prensado de vino de la villa. El tesoro se componía de más de un centenar de piezas de una exquisita vajilla de plata (copas, bandejas, jarras y otros recipientes, todos muy decorados), de algunas joyas y de algo más de mil áureos. Su contenido pone claramente en evidencia la riqueza de los dueños de la villa.
 
Vajilla de plata del tesoro de Boscoreale
Vajilla de plata del tesoro de Boscoreale en el Museo del Louvre

La excavación de la villa fue hecha por el dueño del terreno, Vincenzo de Prisco, quien se dispuso a sacar provecho de su hallazgo. En consecuencia, la mayor parte del Tesoro Boscoreale fue vendida fuera de Italia antes de que se registrara completamente su composición. Buena parte de lo encontrado fue comprado por el famoso banquero, Barón Edmond de Rothschild, quien lo donó al Museo del Louvre en 1896.

Áureo de Nerón del tesoro de Boscoreale
Áureo de Nerón del tesoro de Boscoreale

Otras de sus piezas llegaron a manos del Museo Británico. Una buena parte se dispersó entre coleccionistas de toda Europa y algunas de sus monedas se encuentran hoy por todo el mundo y aparecen regularmente en subastas.

Los excepcionales áureos rojizos


Áureo de Nerón y Agripina del tesoro de BoscorealeLos áureos del tesoro del Bocoreale son excepcionales por varios motivos. La gran mayoría de las piezas parece no haber prácticamente circulado, por lo que el tesoro contenía algunos fantásticos ejemplares en calidad de “flor de cuño” que se encuentran entre los mejores que se conocen para los reinados de Nerón y Vespasiano, del que databan la mayoría de las monedas.

Además, sepultados en lava por mil ochocientos años, el intenso calor inicial y el contenido sulfuroso del suelo dotaron a todas las piezas de una tonalidad rojiza muy marcada que es única para los áureos imperiales.

Es habitual que en los catálogos de subastas actuales se relacione con este tesoro toda moneda de oro del período que muestre un tono rojizo en su superficie. Es común también que los coleccionistas estén dispuestos a pagar una prima de valor para poseer estas monedas respecto de otras semejantes que carecen de ese tono. Se combinan en este caso un atractivo estético especial y una proveniencia famosa, dos factores que tienen a hacer subir el valor de una moneda.

sábado, 20 de julio de 2013

La reforma monetaria de Nerón del 64 d.C. y sus consecuencias

Denario del emperador romano Nerón
Denario de Nerón Post-Reforma

En una entrada reciente trataba la Historia monetaria romana de Augusto a Nerón. Con el reinado de este último comienza una nueva etapa pues, en el año 64 d.C., se introduce una reforma del sistema monetario que implicará el abandono de los estándares fijados durante el reinado de Augusto. En esta entrada presento un breve análisis de esa reforma y sus consecuencias inmediatas.

Los sucesores inmediatos de Augusto respetaron los lineamientos de su sistema monetario aunque puede detectarse, con el paso del tiempo, una leve y continuada caída en el peso promedio de todas las acuñaciones. Ello probablemente se relaciona con la intención de mantener el valor de las nuevas piezas en paridad con las que se encontraban en circulación y habían perdido, por desgaste, ya algo de su peso. Los estándares teóricos de peso no fueron, sin embargo, alterados. Los miembros de la dinastía Julio-Claudia preservaron también, por otra parte, la solvencia del sistema fiscal, a pesar de algunos momentos críticos, como el extravagante reinado de Calígula. Esta situación cambió durante el principado de Nerón cuando a los excesivos gastos del emperador se sumó el enorme costo de los trabajos de reconstrucción de la ciudad de Roma tras la devastación generalizada ocasionada por el gran incendio del año 64 d.C.
el incendio de Roma en el 64 d.C.
Ante la ausencia en el Imperio Romano de toda fuente de financiamiento que le permitiera al Estado llevar adelante un presupuesto deficitario y ante el carácter relativamente inelástico de los ingresos fiscales, se hizo necesario recurrir a una devaluación de los estándares monetarios para poder acuñar con el metal disponible la cantidad nominal de monedas necesaria para cubrir los gastos requeridos.

La reforma de Nerón consistió en tres medidas generales: (1) La reducción en el estándar del áureo y el denario, pasando el primero a ser acuñado con un peso teórico de 1/45 de la libra romana, y el último a 1/96. (2) Reducción de la pureza del denario del 98 al 93 %. (3) La acuñación de todas las denominaciones subsidiarias exclusivamente en oricalco. Esta última innovación, sin embargo, se abandonó después de poco tiempo y se regresó al sistema previo dado que las nuevas monedas no lograron ganar la aceptación general del público. Las dos primeras, por el contrario, no quedarían reducidas a una medida temporal para paliar una crisis transitoria de financiamiento del tesoro sino que significarían un cambio permanente del sistema monetario y sentarían un precedente que sería imitado ante problemas semejantes en el futuro. Con un millón de denarios pre-reforma podían acuñarse ahora alrededor de 1,25 millones. A pesar de la pérdida de valor real del denario, las tasas de cambio entre las distintas denominaciones no se alteraron.

La reforma permitió ampliar la oferta nominal de dinero en forma considerable y evitó la insolvencia del Estado. El cambio no parece haber dado origen a una crisis de confianza en la moneda. La información disponible sobre subas de precios en el período posterior a la reforma es escasa pero todo indica la devaluación no tuvo un impacto inflacionario de largo plazo.
Sestercio del emperador romano Nerón con representación del puerto de Ostia

Por supuesto, la reforma podía servir como un paliativo pero no ofrecía una solución para el financiamiento público. Los problemas de los últimos años de Nerón en el trono y las guerras civiles del 68 d.C. siguieron agravando la situación del tesoro, de tal modo que, al llegar Vespasiano al poder, se hizo necesario aplicar un programa de austeridad extremo que incluía una considerable suba de la carga fiscal, reducción de gastos e, incluso, la confiscación de los bienes de quienes habían sido enriquecidos por Nerón. A pesar de estas medidas, la pureza del denario debió ser rebajada nuevamente hasta un 80% para poder hacer frente a todos los pagos.

La rigurosa disciplina fiscal introducida por la dinastía flavia rindió lentamente sus frutos y ya Domiciano en el año 82 llevó a cabo una ambiciosa reacuñación, incrementando el peso del áureo y retornando el denario al nivel de pureza del 98% vigente antes de la reforma neroniana aunque conservando el estándar reducido de 1/96 de la libra romana. Se trataría, sin embargo, sólo de un fenómeno pasajero y ya en el año 85 se volvería a rebajar al 93% como consecuencia de la presión que sobre el tesoro representaba el costo de las guerras contra catos y suabos y los primeros enfrentamientos en Dacia. Este nivel se mantendría durante el resto de su reinado. Es importante destacar que seguía representando una mejora respecto de los denarios acuñados por Tito y Vespasiano.

miércoles, 10 de julio de 2013

Numismática: Historia monetaria del Imperio Romano de Augusto a Nerón

Áureo de Augusto, 14-12 a.C. - Lugdunum - RIC 164a
Áureo de Augusto, 14-12 a.C. - Lugdunum - RIC 164a

La numismática no sólo comprende la descripción y catalogación de monedas. Su objetivo disciplinar es mucho más amplio y se orienta hacia el estudio del significado, uso y circulación de las monedas a lo largo de la historia. Un aspecto particularmente interesante dentro de este conjunto de problemáticas es el de lo que podemos llamar “historia monetaria”, en la que la numismática se acerca a la economía para comprender el funcionamiento del sistema de acuñaciones en el contexto de cada época. En esta entrada me enfoco en un breve panorama general de la historia monetaria del Imperio Romano de Augusto a Nerón

La expansión de la oferta monetaria


La reorganización del sistema monetario llevada a cabo por Augusto fue enormemente exitosa. Se restableció la calidad del denario, se expandió la producción de áureos y se introdujeron nuevas denominaciones en metal bajo para los intercambios cotidianos. Se generó, de esta forma, una eficaz estructura de denominaciones imperiales complementada por algunas acuñaciones provinciales adecuadas a las necesidades y tradiciones de regiones específicas. Además de ello, se reorganizaron las cecas y se restableció la producción monetaria en Roma, generando un abastecimiento adecuado de circulante en todas las regiones del imperio, particularmente en aquellas donde el Estado concentraba sus desembolsos.

La moderada expansión de la oferta monetaria y la consolidación de la paz interior generaron las condiciones para una época de prosperidad y crecimiento económico que contribuyó a la legitimación política del régimen imperial. Además de ellos, el incremento en el gasto y la cada vez más frecuente recaudación de los impuestos en metálico intensificó la monetarización de la economía en todas las regiones del Imperio. Todos estos factores contribuyeron, a su vez, a que las acuñaciones de Augusto fueran bien aceptadas por el público y a que se difundiera la confianza en su valor, respetándose las tasas de cambio fijadas por el Estado entre las distintas denominaciones.

As de Tiberio - 34-37 d.C. Roma RIC 83

As de Tiberio - 34-37 d.C. Roma RIC 83

Niveles de emisión monetaria


Paradójicamente, aunque el volumen del gasto estatal creció en forma considerable con el establecimiento del principado, la investigación numismática demuestra que los niveles de emisión monetaria durante la dinastía Julio-Claudia fueron muy irregulares, con numerosas pausas de varios años en las que no se acuñaron monedas. Ello indica, evidentemente que lo obtenido por la recaudación fiscal era suficiente para financiar los gastos regulares del Estado y que el volumen de circulante era adecuado a las necesidades de la economía. El presupuesto público total de este período ha sido estimado por R. Wolters entre 600 y 1.000 millones de sestercios anuales.

Los niveles de emisión podrían mantenerse relativamente bajos porque en las décadas finales de la república (durante los períodos de guerras civiles) se habían acuñado cifras enormes que seguían en circulación. Además de ello, la reforma monetaria de Augusto había generado otra importante expansión de la oferta monetaria al reintroducir la acuñación de monedas de metal bajo y emitir áureos en forma regular. El oro, que hasta finales de la república había permanecido inmovilizado en la forma de ofrendas en los templos, pasó así a formar parte regular del sistema monetario del mundo romano. La masa total del circulante no puede estimarse pero el hecho de que Tiberio dejara al momento de su muerte una reserva 3.000 millones de sestercios en el tesoro es una clara indicación de crecimiento respecto de la época republicana pues excede por un factor de treinta las máximas reservas acumuladas en ese período de las que tengamos noticia.

Denario de Claudio - 50-51 d.C. - RIC 54

Denario de Claudio - 50-51 d.C. - RIC 54

La circulación monetaria


El funcionamiento del aparato estatal garantizaba que las monedas permanecieran en circulación pues implicaba, primero, su recaudación como impuestos y, luego, su desembolso como salarios de militares y funcionarios, como pagos por grano para distribuciones gratuitas, como costo de construcciones, como distribuciones a soldados o habitantes de Roma, etc. No es, sin embargo, claro si desde el punto de vista de la circulación monetaria el imperio conformaba una unidad o si existían diversas regiones que constituían circuitos económicos relativamente cerrados. Las opiniones de los investigadores están divididas en torno a este problema, alegando Keith Hopkins -a partir de un modelo teórico de la economía romana- a favor de la primera posibilidad y R. Duncan-Jones -a partir de estudios empíricos- a favor de la segunda.

Para mantener el ciclo en funcionamiento, el Estado debía introducir permanentemente nuevo metal, dado que, por el desgaste de las monedas y las pérdidas ocasionadas por el atesoramiento y las importaciones, la reacuñación de las obtenidas como impuestos era insuficiente en el mediano plazo para mantener un volumen estable o para responder a la creciente demanda de medios de pago ocasionada por el crecimiento económico. El nuevo metal se obtenía principalmente de la explotación minera, de las guerras de conquista y de las exportaciones fuera del imperio.

Sestercio de Nerón - 63 d.C. - Roma - RIC 104

Sestercio de Nerón - 63 d.C. - Roma - RIC 104

Las fuentes del metal


La fuente más regular de nuevo metal era la minería. La estabilidad política y las mejoras en la administración de los territorios provinciales permitieron que la explotación de yacimientos metalíferos alcanzara durante el principado un pico de actividad que se mantendría hasta el inicio de la dinastía de los severos. Los principales distritos mineros eran Hispania, que se explotaba desde el período republicano y Dalmacia, que comenzó a ser explotada durante el principado de Augusto. A ellas se añadiría posteriormente Dacia, incorporada al imperio a principios del siglo II d.C. por la conquista de Trajano. Las mejoras en el control de la producción, en la eficacia del transporte y en la productividad de las cecas permitieron, además, durante el principado una utilización más eficiente de los recursos mineros para la producción monetaria.

Noria romana de la mina Río Tinto

Noria romana de la mina Río Tinto

Si bien el ritmo de la expansión militar se desaceleró notablemente durante el principado, las guerras siguieron siendo una fuente importante de nuevo metal para el Estado romano, si bien una cada vez menos frecuente. El botín obtenido por Augusto en sus guerras en Hispania, Ilírico y Egipto alcanzó un valor de 1.000 millones de denarios. Durante el siglo I d.C. aportaron algunos recursos la conquista de Britania y la supresión de la revuelta judía en Palestina. El último gran ingreso de nuevo metal lo representaría la conquista de Dacia a principios del siglo II d.C. que proporcionaría un botín de más de 1.500 millones de denarios y, además, la incorporación de una importante región aurífera.

Finalmente, también el comercio exterior era una fuente de nuevos metales. Los romanos obtenían sobre todo oro a través del tráfico realizado a través de Egipto con las regiones de Nubia y Etiopía. Los romanos también obtenían oro de la costa occidental de África por intermediación de los garamantes. No obstante, en líneas generales, es probable que el comercio exterior representara para el imperio un drenaje de metales preciosos antes que un incremento. Ello era así porque el tráfico de lujo llevado a cabo desde puertos del Mar Rojo con Arabia, India y China era deficitario y significaba, según datos de Plinio el Viejo, la pérdida anual de unos 100 millones de sestercios (25 millones de denarios).

El abundante ingreso de metales procedentes de estas fuentes permitió que hasta la última parte del reinado de Nerón, la calidad de la moneda romana se mantuviera prácticamente sin alteraciones en los altos estándares y niveles fijados en la reforma monetaria de Augusto.

martes, 5 de febrero de 2013

Francesco Gnecchi sobre las Congiaria



Hace algunos días, Alberto Cervera, uno de los foreros más activos de Denarios.org, tuvo la gentileza de enviarme su exquisita traducción de un pequeño tratado de Francesco Gnecchi -el gran numismático italiano del que tratara hace poco en esta página- sobre los tipos de las monedas de la Roma imperial, por lo que le agradezco mucho. A pesar de que ha transcurrido más de un siglo desde su composición, el pequeño libro conserva su frescura y sigue siendo una lectura útil e instructiva para quienes se introducen en el tema, y que no deja de ser placentera para quienes cuentan con más conocimientos.

Una traducción inglesa de esta obra se encuentra disponible online aquí. Os dejo una pequeña muestra de la traducción de Alberto, la discusión sobre el tipo de las congiaria:

Leyendas de este tipo: CONG AVG – CONG AVG I (o PRIMVM), II (o SECVND), III (o TERTIVM), IIII, VIII, CONG DAT POP (o P.R.) – CONG P. R. – LIBERALITAS (o LIB) AVG, II, III, IIII, V, VI, VII, VIII – LIBERALITAS AVGVSTOR – LARGITIO.

Es sabido que los momentos solemnes, como una elección, la ocasión de una gran victoria, o importantes aniversarios, tales como fiestas, juegos etc…, eran las mejores oportunidades que tenía el Emperador para ganarse el favor del populacho mediante donaciones de comida y dinero. Este era exactamente el fin para el que fueron diseñadas las congiaria. Los regalos eran hechos en especie, en monedas o en teseras equivalentes a una suma fija o a una cantidad fija de grano u otro producto. Esta distribución era efectuada o al menos inaugurada por el emperador en persona y es exactamente esta escena la que es representada en las monedas.


El tipo fue inaugurado por Nerón (un ejemplo encabeza esta entrada), pero más tarde, pese a que se mantuvo la misma representación asumió el título de Liberalitas desde tiempos de Adriano, y de Largitio en la época de los Constantinos. La palabra Congiarium aparece por última vez sobre un bronce de Septimio Severo. La escena está compuesta por el Emperador sentado sobre una plataforma acompañado por varios personajes en el acto de efectuar una distribución de pan y dinero al pueblo, a veces representado por uno o más individuos que ascienden las escaleras de la plataforma con la ayuda de Liberalitas, la cual preside todas la distribuciones. En el trasfondo se ve a veces la figura de minerva, quien introdujo el cultivo del olivo en el mundo.

Frecuentemente sucede que esta compleja representación sea sustituida por la figura solitaria de Liberalitas, quien, con sus emblemas de la tesera y la cornucopia, las reúne en una y representa el significado de la ceremonia. En cualquier caso, las monedas con estos tipos han sido identificadas con aquellas inicialmente atribuidas a Liberalitas, en la parte relativa a personificaciones alegóricas, dando lugar de este modo a una duplicación.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Las estrellas de la subasta 203 de Gorny & Mosch


El ritmo de publicación en el blog ha sido algo menor a lo habitual en el último par de semanas, porque estoy preparando una serie de entradas sobre las monedas de un reino poco conocido del mundo Antiguo. Espero comenzar pronto a publicarlas pero, entretanto,  no podía dejar de incluir una breve nota sobre el resultado de las ayer finalizadas subastas de la casa alemana Gorny & Mosch. Ya había destacado hace unas semanas un magnífico sestercio de Nerón que, tal como se preveía, fue una de las estrellas de la noche. Aquí os dejo el podio de las tres piezas que alcanzaron los valores más elevados.

 Lote 312 - Áureo, 43 a.C. (7.85gr.), acuñado en la Galia Cisalpina. Anverso: C CAESAR COS PONT AVG – Cabeza de Octaviano. Reverso C CAESAR DICT PERP PONT MAX - cabeza de C. Julio César con corona de laurel. 150.000 (Valor estimado: 25.000 €). 

Lote 327 - Sestercio, 67 d.C (25,82gr.)Acuñado en Lyon. Anverso: IMP NERO CAESAR AVG P MAX TR PONT P P -  Cabeza de Nerón con corona de laureles. Reverso:   ADLOCVT(io) COH(ortium) - el emperador dirige un discurso a los pretorianos. 65.000 (Valor estimado: 30.000 €). 

Lote 311 - Áureo, 40 a.C. (8.03g), ceca móvil con Octaviano. Anverso: ANTONIVS IMP- Cabeza de Marco Antonio. Reverso: CAESAR IMP – Cabeza de Octaviano. 44.000 € (Valor estimado: 25.000 €).

viernes, 18 de marzo de 2011

Un espectacular sestercio en la próxima subasta de Ars Classica

La gran casa numismática Ars classica realizará los próximos 4 y 5 de abril una espectacular subasta de monedas griegas, romanas y bizantinas en su sede de Zürich. La subasta incluye una gran selección de piezas que se destacan por su calidad y rareza, tal como nos tiene acostumbrados esta casa suiza. De la rica oferta me gustaría destacar una moneda que considero de especial interés histórico: un fantástico sestercio del emperador Tito acuñado alrededor del año 80 d.C. y que presenta en su anverso al coliseo con todo lujo de detalles, como puede apreciarse en la imagen que encabeza esta entrada.

Un poco de historia

El coliseo es hoy en día una de las construcciones humanas más famosas del mundo y uno de los edificios más antiguos en seguir todavía en pie. Su construcción fue iniciada por Vespasiano en el año 72 d.C. en terrenos que el emperador Nerón había utilizado para el parque de su enorme palacio, la “casa de oro” (domus aurea). Originalmente, había sido una zona densamente poblada, pero Nerón se había apropiado de ella tras quedar desocupada por la destrucción causada por el famoso incendio del año 64. El parque contenía un lago artificial, que Vespasiano hizo rellenar para construir el anfiteatro. La obra fue una inteligente maniobra política. Lo que Nerón había pretendido usar para su beneficio personal, era ahora devuelto por Vespasiano al pueblo de Roma. La construcción era, además, una fuente de trabajo y, por lo tanto, de ingresos para los plebeyos de la ciudad. Vespasiano no llegó a ver culminado su proyecto, falleciendo en el 79 d.C. Fue su hijo, Tito, quien celebró una fastuosa inauguración en el año 80 d.C. Las festividades duraron meses y más de 9.000 bestias fallecieron en la arena. 

Propagando la generosidad del emperador

Semejante construcción y semejante evento debían ser anunciados a todos los habitantes del imperio y las monedas, como el sestercio que nos ocupa, eran el medio para hacer llegar la novedad a todos los rincones del orbe romano.

En el anverso vemos al coliseo con sus tribunas repletas de público. En la parte superior pueden reconocerse los toldos plegados que se utilizaban para proteger a los espectadores del fuerte sol italiano. Los cuatro niveles del edificio están claramente representados, y puede reconocerse que cada una de las arcadas del segundo y tercer nivel está decorada con una estatua. En el reverso podemos ver al emperador sentado en una silla curul con armas rendidas a sus pies. El mensaje general es claro: quien vea la moneda podrá apreciar el magnífico regalo recibido por el pueblo de Roma y saber quién fue su autor.