sábado, 26 de marzo de 2011

La numismática académica y el coleccionismo

Biblioteca de la Universidad de Tübingen

Creo que los lectores regulares de este blog saben que me encuentro en Alemania, en la Universidad de Tübingen (mi alma mater), desde hace unos meses llevando a cabo actividades de investigación. En concreto, trabajo en un proyecto propio que se orienta a la historia de la Antigüedad tardía, más específicamente, del Bajo Imperio Romano. Las monedas son una fuente de enorme importancia para el estudio de este período y les he concedido especial atención en mi trabajo. Tübingen es un lugar excepcional para llevar adelante este proyecto, pues cuenta con excepcionales bibliotecas. En lo que se refiere a la numismática, tanto la biblioteca central, como las del Instituto de Historia Antigua y el de Arqueología Clásica cuentan con fondos muy completos. El instituto de arqueología posee, además, una colección de monedas antiguas muy importante que comprende unas 8.000 piezas griegas y unas 6.000 romanas.

Mi estadía en Tübingen llega a su fin y eso me mueve a la reflexión: El trabajo de investigación histórica relacionado con la numismática es en Alemania de gran calidad e importancia, su impacto en el ámbito del coleccionismo es, sin embargo, escaso.

El coleccionismo de monedas antiguas es una práctica que se ha difundido casi por todos los rincones del mundo. Es también un negocio mundial que mueve cifras siderales. Sin embargo, ese amplio universo de coleccionistas tiene, por lo general, pocos contactos con la producción y las tendencias de investigación que se desarrollan entre los especialistas de la historia antigua y la numismática. 

El problema no radica, sin embargo, en mi opinión, tanto en los coleccionistas, como en los especialistas, y su incapacidad de transmitir los resultados de su trabajo en una forma clara y accesible para ese público entusiasta. Creo que se trata de una deficiencia seria que es primordial corregir.

El objetivo central de este blog, por lo menos, es realizar una pequeña contribución a acortar esa distancia e intentar transmitir a un público más amplio. Por otra parte, es mucho lo que el especialista puede aprender del coleccionista. Esa ha sido por lo menos mi experiencia en los ya más de dos años que llevo adelante este proyecto.

martes, 22 de marzo de 2011

Magnífico medallón de Majencio


Una pieza excepcional


La pieza más llamativa de la próxima subasta de la casa Ars classica que comentaba en la entrada anterior de este blog es, sin duda, el espectacular medallón de Majencio cuya imagen acompaña esta entrada. Es un múltiplo de 8 áureos (42,76g.), es decir que se encuentra entre los más grandes conservados del período. En el reverso podemos observar un magnífico busto del emperador en el estilo habitual de la tetrarquía, es decir, de perfil y con barba. En el anverso, Roma, vestida con toga, portando una lanza y sentada sobre un escudo, le entrega a Majencio el globo que representa el poder sobre el orbe. El ejemplar a ser subastado es uno de los sólo dos que se conservan, por lo que no sorprende que se estime su valor en unos 850.000 francos suizos, es decir, poco más de 940.000 dólares(!).

Pero, ¿quién fue Majencio?


Majencio (278-312 d.C.) es hoy día una figura prácticamente olvidada. Su nombre sólo se asocia con su derrota a manos de Constantino el grande en la famosa batalla del puente Milvio, tras la cual éste iniciaría su política de protección y promoción del Cristianismo. Majencio no fue, es cierto, más que un usurpador que tuvo un trágico final, pero su tragedia ilustra claramente las tendencias de desarrollo del Imperio Romano tardío. Es uno de los últimos representantes de una tradición cultural que a partir del siglo IV se fue debilitando cada vez más rápidamente: la que veía en Roma a la capital efectiva y centro cultural del imperio, cuyas tradiciones y, sobre todo, religión, habían permitido que alcanzara la grandeza.

 Majencio no fue el último emperador en residir en Roma, algunos de los monarcas romanos del siglo V d.C. permanecieron en los palacios del Palatino por algún tiempo, pero su residencia permanente se encontraba en Ravenna. Majencio fue, sin embargo, el último emperador que permaneció en la urbe por muchos años y que vio en ella el centro de su programa político. Recordemos que en el siglo IV Roma se encuentra alejada de los espacios de acción en que se deciden los destinos del imperio y que los emperadores pasan la mayor parte del tiempo cerca de las fronteras, donde se encuentran estacionados los ejércitos que constituyen la fuente de su poder.

Majencio llevó a cabo en Roma un intenso programa de construcciones, del que su célebre basílica nos ha dejado un claro testimonio. También en el plano numismático fue Majencio un tradicionalista y un continuador de los estilos diseñados durante la tetrarquía. Roma y los dioses paganos desempeñan, como motivos, un papel central. El triunfo de Constantino iniciaría una clara ruptura con esta tradición.

viernes, 18 de marzo de 2011

Un espectacular sestercio en la próxima subasta de Ars Classica

La gran casa numismática Ars classica realizará los próximos 4 y 5 de abril una espectacular subasta de monedas griegas, romanas y bizantinas en su sede de Zürich. La subasta incluye una gran selección de piezas que se destacan por su calidad y rareza, tal como nos tiene acostumbrados esta casa suiza. De la rica oferta me gustaría destacar una moneda que considero de especial interés histórico: un fantástico sestercio del emperador Tito acuñado alrededor del año 80 d.C. y que presenta en su anverso al coliseo con todo lujo de detalles, como puede apreciarse en la imagen que encabeza esta entrada.

Un poco de historia

El coliseo es hoy en día una de las construcciones humanas más famosas del mundo y uno de los edificios más antiguos en seguir todavía en pie. Su construcción fue iniciada por Vespasiano en el año 72 d.C. en terrenos que el emperador Nerón había utilizado para el parque de su enorme palacio, la “casa de oro” (domus aurea). Originalmente, había sido una zona densamente poblada, pero Nerón se había apropiado de ella tras quedar desocupada por la destrucción causada por el famoso incendio del año 64. El parque contenía un lago artificial, que Vespasiano hizo rellenar para construir el anfiteatro. La obra fue una inteligente maniobra política. Lo que Nerón había pretendido usar para su beneficio personal, era ahora devuelto por Vespasiano al pueblo de Roma. La construcción era, además, una fuente de trabajo y, por lo tanto, de ingresos para los plebeyos de la ciudad. Vespasiano no llegó a ver culminado su proyecto, falleciendo en el 79 d.C. Fue su hijo, Tito, quien celebró una fastuosa inauguración en el año 80 d.C. Las festividades duraron meses y más de 9.000 bestias fallecieron en la arena. 

Propagando la generosidad del emperador

Semejante construcción y semejante evento debían ser anunciados a todos los habitantes del imperio y las monedas, como el sestercio que nos ocupa, eran el medio para hacer llegar la novedad a todos los rincones del orbe romano.

En el anverso vemos al coliseo con sus tribunas repletas de público. En la parte superior pueden reconocerse los toldos plegados que se utilizaban para proteger a los espectadores del fuerte sol italiano. Los cuatro niveles del edificio están claramente representados, y puede reconocerse que cada una de las arcadas del segundo y tercer nivel está decorada con una estatua. En el reverso podemos ver al emperador sentado en una silla curul con armas rendidas a sus pies. El mensaje general es claro: quien vea la moneda podrá apreciar el magnífico regalo recibido por el pueblo de Roma y saber quién fue su autor. 

miércoles, 16 de marzo de 2011

Perdemos un excelente Blog – Numísfera se despide


Con sorpresa y tristeza acabo de terminar de leer el último post de Rafael en numísfera anunciando su despedida y la discontinuación del proyecto. La noticia es una verdadera pena, porque se trata una de las páginas más antiguas en la blogósfera numismática en lengua española, online desde abril del 2008. Rafael se había especializado en reportar los contenidos de las subastas futuras y en informar sobre los resultados alcanzados en las ya realizadas. Su foco principal se concentraba en las subastas españolas, pero cubría también las internacionales más importantes. Es cierto que, como él señala en su entrada, no aportaba ninguna información que uno no pudiera encontrar en los catálogos y en las páginas de los organizadores o en Sixbid, pero yo por lo menos ya me había acostumbrado a mantenerme al tanto leyendo sus confiables y claros reportes, antes que buscando y evaluando trabajosamente los datos por mi propia cuenta. Además, Rafael informaba sobre subastas de monedas de períodos que escapan a mi campo de especialidad y que, por lo tanto, me resulta más difícil seguir.

Mantener un blog representa una enorme cantidad de trabajo. Creo que puedo afirmarlo por propia experiencia. Uno empieza lleno de expectativa y todo parece fácil. Las entradas se escriben prácticamente solas. Sobra la inspiración. Con el paso del tiempo, sin embargo, esa energía inicial se agota y, en muchos casos, llega el estancamiento. Pero creo que el mejor remedio ante esa situación es una pequeña pausa para recuperar las energías creativas y poder llevar adelante un relanzamiento del blog. ¡Ojalá eso sea lo que suceda con Numísfera!

lunes, 14 de marzo de 2011

Las 100 monedas más importantes del mundo antiguo – un gran libro de Harlan Berk

En la entrada anterior trataba de la subasta Gemini VIII, uno de cuyos organizadores es el reconocido especialista numismático y comerciante especializado Harlan J. Berk. Mencionaba allí una de sus obras más famosas: The 100 Greatest Ancient Coins, las 100 monedas antiguas más importantes. No incluí este libro en mi entrada sobre los 10 libros que todo coleccionista debería tener, porque no se trata de una obra general de referencia investigativa o de una guía de precios pero es, sin embargo, un libro de gran utilidad y que será, sobre todo, de muy amena lectura para todo amante de las monedas. Esto no es, sin duda, ningún secreto, porque el libro se ha consagrado como un verdadero bestseller.

Es un exquisito volumen de 144 páginas y excelentes fotografías a todo color, que presenta una selección de 100 monedas, desde una de las primeras piezas lidias de electro del siglo VII a.C. hasta una moneda del último emperador bizantino del siglo XV. Cada una de las 100 monedas incluidas por Berk fue elegida a partir de la votación de importantes coleccionistas, comerciantes especializados, investigadores, curadores e historiadores. No quiero revelar el contenido, pero muchas de esas piezas son espectaculares y de alto valor y, por lo tanto, se encuentran fuera del alcance de un coleccionista común. Berk se esfuerza, sin embargo, por incluir también algunas piezas más comunes y populares que pueden formar parte de una colección promedio. En síntesis, un libro muy recomendable que yo cuento entre mis favoritos. 

sábado, 12 de marzo de 2011

Un excepcional decadracma ateniense será subastado en la Gemini VIII


La casa de subastas numismáticas Gemini es una de las más prestigiosas del mundo. Su director –y uno de los socios mayoritartios- es Harlan J. Berk, quien se ha transformado en uno de los especialistas más reconocidos en el ámbito numismático internacional. Algunas de sus publicaciones se han transformado en verdaderos Bestsellers, como su excelente libro 100 Greatest Ancient Coins. Las subastas de Gemini se cuentan entre las más importantes a nivel mundial. Este año, Gemini organiza una subasta en conjunto con la casa Heritage Auctions, una de las más famosas y grandes del mundo. La alianza es muy inteligente, pues mientras Gemini aporta la experiencia numismática y el prestigio de sus especialistas, Heritage proporciona  su marca internacional y sus habilidades de marketing y difusión.

La próxima subasta, Gemini VIII, tendrá lugar el 14 de abril, acompañando a la apertura de la Chicago International Coin Fair. Se ofrecerán a la venta monedas por un valor total estimado de 3.500.000 dólares. Del conjunto se distingue la completa colección de monedas romanas, que incluye más de 50 áureos, que van desde uno de Julio César acuñado en 43 a.C. a uno de los últimos áureos de Constantino. Pero el verdadero hito de la subasta lo marcará una moneda griega, más precisamente, un decadracma atenianse acuñado entre el 465 y el 460 a.C. Se trata, aparentemente, de una de las monedas atenienses más finas conocidas. La acuñación está perfectamente centrada y casi sin desgaste por circulación (gradación choice AU). Todos los detalles pueden apreciarse con gran claridad. Impactante es la calidad de la representación de la lechuza en el reverso, cubierta de puntos que crean la ilusión de un delicado plumaje, como podéis ver en las imágenes que acompañan esta entrada.

Desde todo punto de vista, una pieza excepcional. Lo que más atraerá la atención, sin embargo, antes que sus motivos, es su valor, estimado en 850.000 dólares. Es decir que esta única pieza representa alrededor del 25 % del valor total de las (más de 500) piezas en subasta(!).


miércoles, 9 de marzo de 2011

Una imitación bárbara de un medallón romano

El más grande Medallón romano de oro


Un misterioso hallazgo


En circunstancias que no están claras, en el año 1927 fue descubierto en Zagórzyn en Polonia un gran tesoro de monedas romanas y copias bárbaras enterrado allí en un caldero de bronce durante el siglo V d.C. 

La composición del tesoro no puede hoy determinarse con precisión porque los descubridores lo dispersaron y comercializaron rápidamente, llegando, incluso, a fundir algunas de las piezas más grandes en su apuro por transformar su hallazgo en dinero. 

Algunos medallones y monedas fueron adquiridos por museos de Europa occidental, quedando en manos del Gabinete Numismático de Berlín una de las piezas más significativas, un masivo medallón de oro (84 mm de diámetro) equivalente a 48 sólidos (242,49 gr.), es decir, el más grande conocido del mundo antiguo. Hoy se encuentra en exposición permanente en el museo Bode de Berlín, donde tuve ocasión de observarlo recientemente.

El medallón


El medallón es una copia de un original romano desconocido de los emperadores Valentiniano y Valente. En el anverso (cuya imagen encabeza esta entrada) vemos los bustos enfrentados de ambos soberanos. El artesano bárbaro ha imitado con gran cuidado los detalles: como puede verse en las diademas de perlas y la vestimenta militar de ambas figuras. Sin embargo, el efecto de conjunto es desproporcionado y algo torpe. Su falta de comprensión por el original queda indudablemente reflejada en su reproducción errónea de la leyenda, R-ES-IS - ROMA-NO-R-VM, en lugar de, probablemente, reges romanorum.
El más grande Medallón romano de oro

En el reverso (imagen sobre este párrafo), vemos al emperador a caballo, su cabeza rodeada de una aureola. Delante de él, una figura femenina, probablemente la Tyche de Antioquía, sostiene una antorcha. En el exergue puede reconocerse otra figura femenina que yace con una cornucopia. La leyenda es reproducida esta vez correctamente, Gloria Romanorum. Las letras A N indican que el original había sido producido en la ceca de Antioquía.

Desde un punto de vista técnico, este medallón es -a pesar de sus defectos- una de las imitaciones bárbaras de mejor calidad que se conocen y refleja un trabajo artesanal altamente profesional. Todo indica que fue propiedad de un personaje sumamente prominente de la aristocracia guerrera de un pueblo germánico.

¿Por qué producían los bárbaros copias de medallones romanos?


Al medallón se le ha añadido un pequeño cilindro para utilizarlo como colgante. Estas grandes piezas de oro no eran acuñadas para circular como monedas, pues su enorme valor las hacía útiles sólo para almacenar riqueza. Eran producidas en escaso número para ser distribuidas entre los funcionarios y oficiales más importantes del imperio, o entregados como presentes a personajes importantes. En muchas ocasiones, medallones eran enviados a jefes bárbaros como parte de los pagos o subsidios acordados por no atacar las fornteras romanas o por brindar servicio militar en su defensa. La recepción de un medallón del emperador era un honor especial, y los beneficiados gustaban de publicitarlo utilizándolos como colgantes a la vista de todos. La aristocracia bárbara imitaba esta práctica y veía en los medallones un preciado símbolo de distinción. De allí la necesidad de producir copias, como en caso que nos ocupa, cuando no se disponía de los originales.

sábado, 5 de marzo de 2011

Las monedas más bellas del mundo antiguo: Las estáteras de Corinto

Estátera - Corinto - c. 520-515 a.C.

Tras haberme ocupado por algún tiempo de otros asuntos, vuelvo ahora a uno de los temas recurrentes de este blog: las obras maestras de la numismática antigua - para tratar en esta ocasión de las estáteras de Corinto.

Corinto es una ciudad griega ubicada en el célebre istmo del mismo nombre que conecta la península del Peloponeso con la Grecia continental. Esta estratégica posición le permitió a su población desarrollar ya en el período arcaico una intensa actividad mercantil que se reflejaría en la fundación de numerosas colonias. Su puerto se transformó así en el eje de las rutas comerciales que unían el mundo griego del Egeo con los nuevos territorios colonizados en el sur de Italia y Sicilia y ello hizo de Corinto una ciudad próspera y rica.

No sorprende, en consecuencia que, junto con Argos, Egina y Atenas, Corinto fuera una de las primeras póleis griegas en adoptar la invención lidia de la moneda. La acuñación alcanzó en Corinto, de hecho, un nivel muy superior al de las demás cecas arcaicas, tanto griegas como orientales. A los corintios se debe una invención crucial que marcaría fuertmente el futuro de la moneda: ellos fueron los primeros en utilizar un cospel plano para la acuñación en lugar de las hasta entonces habituales “pepas” de metal. La calidad de sus motivos también marcó un hito en el desarrollo temprano de la moneda en Grecia, iniciando el camino hacia una creciente elaboración estética de las acuñaciones.

Las estáteras de Corinto presentan en su anverso a Pegaso con sus alas desplegadas, el célebre caballo alado que, según el mito, había sido domado por el héroe Belerofonte en el territorio de la ciudad. La representación trasmite con pocos trazos una idea de enérgico movimiento que nos hace creer que Pegaso vuela. Entre sus patas puede reconocerse la arcaica letra koppa, inicial del nombre de la ciudad. Los ejemplares más antiguos presentan en el reverso una marca de cuño típica de este período arcaico, pero en Corinto la misma va pronto tomando forma para llegar a ser un tetraskelion, es decir, una esvástica, como puede observarse en la imagen que encabeza esta entrada.

Estátera - Corinto - c. 345-305 a.C.

Pegaso fue conservado como símbolo de la ciudad en sus monedas durante todo el período clásico, pero el reverso fue dedicado desde entonces al busto de Atenea. Una particularidad de las piezas de esta época es que el busto de la diosa en el reverso es acompañado por la representación de un pequeño motivo (puede ser un animal, un objeto o prácticamente cualquier cosa) que varía de serie a serie. Su significado no es del todo claro y es debatido intensamente por los especialistas. En el ejemplar aquí ilustrado se trata de la cabeza de un sileno.

martes, 1 de marzo de 2011

En China se producen monedas falsas en gran escala


Hace unos días daba aquí unos consejos para evitar comprar monedas falsas. Creo que la precaución se va haciendo cada día más imprescindible dado el “boom” actual de las falsificaciones.

En las últimas semanas han atraído mi atención diversas noticias sobre monedas falsas producidas en China que han sido detectadas en grandes cantidades en Estados Unidos y Europa. Se trata sobre todo de monedas modernas, especialmente norteamericanas. La calidad de las falsificaciones es, según puede deducirse de las noticias, bastante buena, y parece que incluso algunos comerciantes especializados han caído en el engaño (ved aquí un ejemplo).

Que en China se producen muchas falsificaciones no es ninguna novedad, pero estas noticias siguen agregando credibilidad a algunos reportes según los cuales existirían en ese país verdaderas “industrias” destinadas a la producción de monedas falsas en gran escala, que llegarían a fabricar incluso un par de miles de piezas por día operando varios talleres. Cabe destacar que la producción de estas “replicas” no es considerada por el Estado chino como un delito.

Se trata de acuñaciones con troqueles falsos producidas con prensas algo anticuadas pero efectivas (un ejemplo en la imagen que acompaña esta entrada). La calidad es aparentemente variable, pero lo suficientemente buena como para circular en grandes cantidades en el mercado, especialmente en sitios de subastas online.

El país que normalmente se asocia con la producción de monedas antiguas falsas es Bulgaria, pero allí la escala de trabajo parece ser, en comparación, modesta y artesana (aunque la calidad de algunas piezas llega ser muy alta). No tengo reportes directos de monedas falsas griegas y romanas producidas en China, pero creo que es sólo una cuestión de tiempo y que pronto tendremos noticias al respecto.