Coinsweekly es, por lo menos a mi
juicio, el mejor sitio de novedades numismáticas en la web. Cubre todas las
subastas internacionales de relevancia, reporta las principales novedades
relativas a publicaciones y eventos y siempre tiene interesantes artículos de Ursula
Kampmann, la numismática alemana que dirige el sitio. Sin embargo, tengo que
confesar que el principal motivo que me hace no dejar de leer cada una de sus
actualizaciones son las excelentes caricaturas de Claire Franklin. No puedo resistir
la tentación de reproducir (espero que pueda considerarse fair use) su última
obra como muestra para incentivaros a que las veías todas. Allí representa a un
emperador cristiano del Bajo Imperio posando con el pie sobre un cautivo al que
le dice “¿Puedes quedarte quieto? Podemos discutir los detalles más finos de tu bautismo
una vez que hayamos terminado el diseño de esta moneda”. Sí, humor sólo para
entendidos.
viernes, 28 de junio de 2013
miércoles, 26 de junio de 2013
Más sobre la moneda de Próculo hallada el año pasado en Inglaterra
Dos aficionados británicos a la detección de metales descubrieron el pasado 7 de noviembre en North Yorkshire la segunda moneda conocida a nombre del Próculo, un ignoto usurpador que pretendió ocupar el trono del Imperio Romano en el año 280 d.C. (la imagen encabeza esta entrada). El año pasado reporté aquí en detalle sobre la polémica ocasionada por el hallazgo, cuando Roger Bland, un reconocido especialista del Museo Británico y del Portable Antiquities Scheme (un programa de registro de hallazgos arqueológicos en Inglaterra), declaró que, en su opinión, se trataba de una falsificación del Renacimiento. La moneda en cuestión fue ofrecida en subasta en abril pero no encontró comprador, aparentemente, porque hubo una única oferta que no alcanzó a cubrir el valor de reserva.
La intervención de Roger Bland y el Portable Antiquities Scheme
Es indudable que la opinión de
Roger Bland logró sembrar dudas sobre la autenticidad de la moneda y ello movió
a los coleccionistas a la cautela. Nadie quiso apostar tanto dinero (el valor
se estimaba entre 60.000 y 80.000 libras esterlinas) por una pieza denunciada
como falsificación por los expertos del Museo Británico. Sin embargo, la
actuación de Roger Bland y del Portable Antiquities Scheme en este caso ha
sido, en mi opinión, bastante extraña, por decir lo menos. En primer lugar,
Bland calificó a la moneda como falsificación en declaraciones a la prensa y
SIN HABERLA EXAMINADO.
El Portable Antiquities Scheme se
negó, en consecuencia, a incluir el hallazgo en su base de datos de piezas de
valor arqueológico encontradas en Inglaterra, declarando de esta forma,
indirectamente, que se la considera una falsificación. Tampoco se lo incluyó
como el hallazgo de una copia renacentista, lo que a mi juicio sólo puede
indicar que se duda de que la pieza haya realmente sido hallada por los
aficionados británicos. Ello equivale a decir que se los acusa de pretender
hacer pasar una copia renacentista por un hallazgo arqueológico para darle
credibilidad. Sin embargo, no se interpuso ninguna objeción a la realización de
la subasta, lo cual es contradictorio.
¿Falsa o auténtica?
No me es posible afirmar, por
supuesto, que la moneda sea auténtica pero la condena de las autoridades
arqueológicas inglesas me parece poco profesional, en tanto que no se basa en
un análisis detallado del ejemplar. Por otra parte, como ya expresé en mi otra
entrada sobre este tema, me parece muy poco probable que esta moneda de Próculo sea una falsificación renacentista. Recordemos que existe un segundo ejemplar (imagen sobre este párrafo) que fue adquirido en subasta en la década del 80 por el Gabinete numismático de Munich. Las opiniones sobre su autenticidad están divididas. El ejemplar
hallado en Inglaterra procedería de los mismos cuños.
¿Qué pasará con esta moneda?
Difícil decirlo. Por ahora sigue en poder de los aficionados británicos que la
encontraron. Yo, en su lugar, sometería la pieza al análisis independiente de
algunos numismáticos de gran prestigio antes de intentar nuevamente ponerla a
la venta.
viernes, 21 de junio de 2013
La reforma del sistema monetario durante el principado de Augusto – tercera parte
Aquí os dejo la tercera y última entrega de la serie sobre la reforma
del sistema monetario durante el principado de Augusto, en la que se trata de
las características de las monedas de metales bajos y sobre las razones que
explican su éxito. Podéis encontrar aquí la primera y la segunda entregas.
Una característica peculiar de las nuevas
monedas de metales bajos introducidas por Augusto es la presencia de las letras
S(enatus) C(onsulto) en el reverso. Tradicionalmente, se las interpretó como
una referencia a una competencia legal especial del senado en la producción de
estas monedas. Para Theodor Mommsen, las mismas eran una importante evidencia a
favor de su teoría del establecimiento por parte de Augusto de una “diarquía”
en la que el poder del Estado era compartido entre el senado y el emperador.
Esta interpretación ha sido, sin embargo, cuestionada con frecuencia y no
tiene, en la actualidad, muchos seguidores.
Otra interpretación posible es que se tratara
de una referencia a honores rendidos a Augusto. Sin embargo, parece más
plausible que hagan referencia a un decreto del senado cuyo objetivo era
conferir autoridad tradicional a las nuevas monedas introducidas por Augusto
para asegurar que fueran aceptadas por el público. Además de ello, las letras
SC permitían diferencias a las monedas de metal bajo acuñadas en Roma de
aquellas producidas en las provincias y es probable que esa haya sido la causa
por la que las conservó como motivo característico hasta bien entrado el siglo
III d.C.
A diferencia de las acuñaciones en oro y plata
que eran respaldadas por su contenido metálico, las monedas de bronce eran
completamente fiduciarias. Con un valor nominal superior al de su metal, la
única garantía con que contaban era el respaldo del Estado y su aceptación como
medio para la cancelación de impuestos. El sestercio y el dupondio eran las
piezas más sobrevaluadas, la primera contenía poco más del doble de cobre que
un as pero equivalía a cuatro.
El éxito de las nuevas acuñaciones dependía,
entonces, de su capacidad de obtener la aceptación de los consumidores y en el
grado de confianza que generase la garantía pública de su valor. Esto se
lograría ampliamente porque la calidad de sus diseños y su conveniencia para
los intercambios cotidianos hacían a estas piezas tanto atractivas como útiles.
El factor determinante para su éxito fue, sin embargo, que el Estado romano
resistió la tentación de obtener beneficios acuñando sestercios y dupondios en
números demasiado elevados.
martes, 18 de junio de 2013
La reforma del sistema monetario durante el principado de Augusto – segunda parte
Áureo de Augusto - RIC 308 - Roma - triunviro L. Aquillius Florus - 19 a.C.
Aquí os dejo la
segunda entrega (de las tres previstas) sobre la reforma del sistema monetario
durante el principado de Augusto, en la que se trata de la reorganización de
las cecas y del papel de los tresviri monetales bajo el nuevo régimen. Podéis
encontrar la primera entrega aquí.
En las nuevas acuñaciones producidas por la
ceca de Roma desde el 23 a.C. aparecen los nombres de los tresviri monetales y
es lógico suponer que con la "restauración de la república" volvieron a ser
responsables de la supervisión de la producción monetaria (un ejemplo en la imagen que encabeza esta entrada). Augusto redujo
inicialmente su número a tres (había sido elevado a cuatro por César) pero en
el 5 a.C. volvió a elevarlo a cuatro. En las acuñaciones a cargo de los
triunviros reaparecen las alusiones a sus linajes aristocráticos, tal como
durante la república, pero combinadas ahora con representaciones de Augusto y
con diversos símbolos destinados a rendirle homenaje.
Además de en Roma, se siguieron acuñando
monedas en Oriente, cistóforos en las cecas de Éfeso y Pérgamo, y otras monedas
en Antioquía. En Occidente, el centro de la producción monetaria se ubicó en
Hispania, en Emérita y otras cecas no identificadas, donde se disponía de los
recursos proporcionados por las ricas minas de la región. También se acuñaron
monedas de bronce en la ciudad gala de Nemausus, los célebres asses con los
retratos de Augusto y Agripa en el anverso y un cocodrilo encadenado a una
palmera en el reverso, en alusión a la victoria definitiva sobre Marco Antonio
y Cleopatra en Egipto.
Lugdunum en época romana (Wikipedia)
Desde el año 16 o 15 a.C. la producción de
estas cecas fue complementada con el establecimiento de un nuevo centro de
producción monetaria en la ciudad gala de Lugdunum (hoy Lyon en Francia) que
pronto cobró especial importancia. Ubicada en la confluencia de los ríos Saona
y Ródano, la ciudad fue elegida por sus excelentes conexiones fluviales y por
su posición estratégica a mitad de distancia entre las ricas minas españolas y
la frontera germánica, donde se encontraban las mayores concentraciones de
tropas y, por lo tanto, donde el Estado romano realizaba sus mayores
desembolsos. La nueva ceca remplazó definitivamente a las de Hispania, activas
todavía en la década del 20 a.C.
Lugdunum era, además, la capital de una
provincia imperial, es decir, gobernada exclusivamente por Augusto sin
injerencia del senado. En virtud de su imperium,
Augusto podía acuñar allí monedas en forma completamente independiente de los
magistrados de la república. Es evidente, que el objetivo de esta medida era
colocar la producción monetaria bajo un control más directo del emperador. La
medida fue complementada en el 12 a.C. con la supresión de las acuñaciones de
oro y plata en la ceca de Roma que quedó reducida a la acuñación de monedas de
bronce y en denominaciones cada vez más pequeñas. Desde el 4 a.C. la ceca de
Roma cesó sus actividades completamente.
As - Roma - RIC 471 - circa 11 o 12 d.C.
Cuando se retomó la actividad en el
año 15 d.C. se produjeron exclusivamente asses. Los motivos eran semejantes a
los de dos décadas antes pero los nombres de los tresviri monetales habían
desaparecido, remplazados por la titulatura del emperador (un ejemplo en la imagen sobre este párrafo). La magistratura no
fue, sin embargo, suprimida, evidencia epigráfica atestigua su existencia hasta
el siglo III d.C. La división de producción de moneda (las de metales preciosos
en Lugdunum y las de metales bajos en Roma) sería conservada por todos los
emperadores de la dinastía Julio-Claudia, hasta que la reforma monetaria de Nerón
obligó a concentrar nuevamente toda la acuñación en la capital.
viernes, 14 de junio de 2013
La reforma del sistema monetario durante el principado de Augusto – primera parte
Áureo de Augusto - RIC 206 - Lyon circa 2 a.C. - 4 d.C.
El principado de Augusto es un período fundamental de la historia de
Roma en el que se definen las características de un régimen político, social y
cultural que tendrán continuidad hasta el siglo III d.C. También en el plano
monetario, la política de Augusto dará origen al sistema que se conservará
durante todo el Alto Imperio. En una serie de tres entradas analizaremos los cambios más importantes introducidos en este período.
Como soberano único del mundo romano,
Augusto tuvo que hacer frente a numerosos problemas, especialmente a la pesada
herencia de décadas de guerra civil. Eran necesarias enormes cantidades de monedas de oro y plata
para la paga militar y tierras para asentar a los numerosos veteranos cuyos
servicios se habían vuelto superfluos en la era de paz que comenzaba. A todo ello
se sumaba la escasez ya crónica de monedas de bronce de baja denominación para
los intercambios cotidianos y la salida de funcionamiento de la ceca de Roma desde
hacía más de una década.
Al principio de su reinado, Augusto acuñó
áureos y denarios en una escala nunca antes alcanzada. El ingente botín de las
campañas en Sicilia, Grecia y Egipto fue transformado en moneda para financiar
construcciones, ceremonias y, sobre todo, para hacer frente a la paga y
licenciamiento del enorme ejército de las guerras civiles. Los 120.000 soldados
que marcharon en su triunfo recibieron 120 áureos (3.000 denarios) cada uno. El
volumen de producción fue disminuyendo gradualmente en los años siguientes y se
mantuvo en niveles bastante bajos por el resto de su largo reinado. Ello se
explica, en primer lugar, porque la importante reducción en el número de tropas
disminuyó considerablemente los gastos (el ejército insumirá durante el
principado 2/3 del presupuesto total). En segundo lugar, porque los gigantescos
volúmenes de acuñación durante las décadas de las guerras civiles garantizaban
una alta disponibilidad de monedas de oro y plata en todas las regiones del Imperio.
Denario de Augusto - RIC 299 -Monetalis P.
Petronius Turpilianus - Roma circa 19 - 8 a.C.
Durante el período del triunvirato, Augusto
había acuñado moneda en numerosas cecas provinciales y militares, de acuerdo,
principalmente, con las necesidades de cada momento. Esa situación no se
modificó significativamente tras el triunfo en la batalla de Accio. Las
importantes emisiones de los años siguientes para pagar a los soldados fueron
llevadas a cabo en una ceca no identificada en Italia, probablemente en
Brundusium. Sin embargo, la pretendida restauración de la república hacía
necesario un cambio y en una fecha indeterminada, probablemente alrededor del
año 23 a.C., la ceca de Roma reanudó sus actividades tras dos décadas sin
producción. Este hecho coincidió con una reorganización del sistema monetario
heredado de la república que pretendía, sin alterar sus fundamentos, resolver
algunos de los problemas que regularmente habían afectado su funcionamiento.
El áureo se siguió acuñando según el estándar
cesariano de 1/40 de la libra romana (unos 8 gr.) con un peso muy regular y una
elevada pureza. También se respetó el estándar republicano del denario de 1/84
de la libra romana y se mejoró su calidad, pasando su contenido de plata de un
92 a un 98%. La innovación más significativa fue la acuñación de quinarios de
oro y plata, aunque la misma fue sólo esporádica y de volumen relativamente pequeño.
Sestercio de Augusto - RIC 329 - Monetalis T.
Quinctius Crispinus Sulpicianus - Roma 18 a.C.
La reforma fue más profunda en el plano de las denominaciones subsidiarias, que
volvieron a acuñarse regularmente para paliar el problema que su escasez
representaba para los intercambios cotidianos. El sestercio, que no se emitía
desde hacía mucho tiempo, pasó ahora a ser acuñado de oricalco (la aleación de
cobre y zinc), convirtiéndose en la principal moneda de metal bajo. La misma
aleación se utilizó para los dupondios, mientras que las fracciones más
pequeñas, el semis y quadrante fueron producidas en cobre. De esta forma, se
volvió a contar, tras muchas décadas, con un amplio espectro de denominaciones
diferentes adecuadas a las distintas funciones de la moneda, desde el
atesoramiento y los grandes pagos, a la compra de artículos y servicios
básicos. Podemos ver la estructura de denominaciones en la siguiente tabla:
El sistema monetario
romano tras la reforma de Augusto
|
|||||||||
áureo
|
quinario de oro
|
denario
|
quinario de plata
|
sestercio
|
dupondio
|
as
|
semis
|
quadrante
|
|
áureo
|
1
|
2
|
25
|
50
|
100
|
200
|
400
|
800
|
1600
|
quinario de oro
|
1/2
|
1
|
12 1/2
|
25
|
50
|
100
|
200
|
400
|
800
|
denario
|
1/25
|
2/25
|
1
|
2
|
4
|
8
|
16
|
32
|
64
|
quinario de plata
|
1/50
|
1/25
|
1/2
|
1
|
2
|
4
|
8
|
16
|
32
|
sestercio
|
1/100
|
1/50
|
1/4
|
1/2
|
1
|
2
|
4
|
8
|
16
|
dupondio
|
1/200
|
1/100
|
1/8
|
1/4
|
1/2
|
1
|
2
|
4
|
8
|
as
|
1/400
|
1/200
|
1/16
|
1/8
|
1/4
|
1/2
|
1
|
2
|
4
|
semis
|
1/800
|
1/400
|
1/32
|
1/16
|
1/8
|
1/4
|
1/2
|
1
|
2
|
quadrante
|
1/1600
|
1/800
|
1/64
|
1/32
|
1/16
|
1/8
|
1/4
|
1/2
|
1
|
martes, 11 de junio de 2013
Encuentra 158 monedas romanas de oro la primera vez que usa un detector
La paciencia es una virtud esencial para los aficionados a la detección
de metales. La mayoría puede pasar años sin encontrar nada significativo. Pero
hay algunos que nacen con suerte, como Wesley Carrington, quien en octubre
pasado llevó su detector de metales recién comprado para probarlo a un campo
cerca de St. Albans en Hertfordshire, Inglaterra. Tras tan
sólo 20 minutos de búsqueda encontró 158 monedas romanas de oro cuyo valor probablemente
oscile entre los 150.000 dólares y 200.000 dólares. El tesoro fue hallado en octubre pasado pero recién ahora se han
conocido los detalles sobre cómo fue encontrado.
Carrington encontró primero una cuchara
y luego un medio penique. Pocos minutos después su detector sonó por tercera vez. Tras
cavar unos 15 cm, descubrió una moneda que era de color dorado. El color dorado
era realmente oro, la moneda era un antiguo sólido romano.
Carrington encontró 55 de las
monedas la primera noche. Un grupo de expertos regresó unos días más tarde y
descubrió 104 monedas más en el sitio. El tesoro es una de los mayores hallazgos
de monedas de oro romanas que se han encontrado en Inglaterra,Se
trata de sólidos de varios emperadores, principalmente Graciano, Valentiniano,
Teodosio, Arcadio y Honorio.
Carrington eligió el sitio de
búsqueda porque le quedaba cerca y su detector era el modelo más básico para
principiantes (Garrett Ace 150) que eligió por ser el más económico en la
tienda más cercana a su casa.
Según el diario británico Daily Mail, las monedas se enviaron al Museo Británico para una tasación oficial,
después de lo cual, si el museo no las adquiere, irían a subasta. De acuerdo
con la ejemplar ley británica (la treasure act de la que he tratado ya en este blog) el
hallazgo fue reconocido como tesoro, lo que significa que Carrington debe
dividir las ganancias procedentes de la venta con el dueño del terreno donde se
desenterraron las monedas.
Después de su sensacional
hallazgo, Carrington se ha unido a un club de detección de metales y continúa
su búsqueda en la región de Hertfordshire. Desafortunadamente, no ha encontrado
nada desde octubre. No es por nada que le dicen “suerte de principiante”.
sábado, 8 de junio de 2013
Un áureo de Augusto y el nacimiento del Imperio Romano
Un excepcional áureo
de Augusto descubierto recientemente nos ofrece la posibilidad única de
acercarnos al momento en que se producía el nacimiento del sistema imperial en
Roma. Aquí os dejo una pequeña aproximación a este fascinante tema
Octaviano
Tras su triunfo definitivo sobre Antonio y
Cleopatra, Octaviano se había transformado en el soberano exclusivo del mundo
romano. Su poder se basaba en el control de un enorme ejército (al que se
habían sumado las legiones del bando derrotado) y de considerables recursos
económicos. El botín de la última campaña había sido particularmente
importante, pues incluía el tesoro de los lágidas. A partir de su victoria, Octaviano
se enfrentó al mismo problema que su padre adoptivo no había logrado resolver:
cómo dotar a su poder de una forma política capaz de respetar las tradiciones y
la sensibilidad de los ciudadanos y la aristocracia romana.
El proceso de conformación de un nuevo orden
político llevó algunos años. Desde que en el 33 a.C. hubieran vencido sus
poderes triunvirales, la posición de Octaviano era claramente ilegal. En los
años siguientes a la victoria de Accio, desempeñó de manera ininterrumpida el
consulado pero era evidente que se necesitaba encontrar un esquema más duradero
y efectivo. En el 28 a.C., compartió por primera vez las fasces con su colega
(Agripa) y parece que su posición ya estaba lo suficientemente afianzada como
para comenzar a poner en funcionamiento el nuevo sistema.
El áureo del 28 a.C.
Un áureo acuñado en este año presenta una
expresiva referencia a la puesta en marcha del nuevo sistema. Esta moneda fue
publicada por primera vez en el año 1999 y se conservan sólo dos ejemplares,
uno en el museo británico y el otro en el museo Blackburn.
En el anverso de esta moneda vemos el
busto laureado de Octaviano hacia la derecha, portando una corona de laureles
de la que caen cintas hacia su espalda. Había recibido del Senado el privilegio
de usarla en el 36 a.C. como reconocimiento por su victoria sobre Sexto
Pompeyo. La corona es también sin duda una referencia al triple triunfo
decretado en el 29 a.C. por las victorias sobre panonios y dálmatas, por la
batalla de Actium y la conquista de Egipto. La leyenda es IMP (ERATOR) CAESAR
DIVI F (Iius) CO (N) S (UL) VI: La referencia al sexto consulado permite la
datación precisa en el 28 a.C.
En el reverso se representa al mismo
Octaviano portando la toga y sentado en la silla curul. En su mano derecha
sostiene un rollo y a sus pies, puede verse una capsa que contendría más volúmenes.
Este motivo está acompañado
de la leyenda “restableció al pueblo romano sus leyes y derechos” (LEGES ET IURA
P.R. RESTITUIT). Se trata de una inconfundible señal de que comenzó a devolver
sus facultades a las instituciones. El proceso terminó al año siguiente con una
restauración formal de la república.
Augusto
En agradecimiento, el senado le confirió
una serie de honores extraordinarios entre los cuales se encontraba la corona
cívica, un escudo de oro que honraba sus virtudes y el nombre de Augusto, que
revestía a su persona de un carácter sacro, pues ese era el título que se daba
a lugares religiosos y consagrados. Augusto recibió del senado, además, el imperium proconsulare que le garantizaba
el mando sobre el ejército y la responsabilidad sobre una enorme provincia
conformada por Galia, Hispania, Siria y Egipto, donde se encontraban la gran
mayoría de los contingentes legionarios. De esta forma nacía el poder imperial
en Roma.
miércoles, 5 de junio de 2013
Las monedas de Sexto Pompeyo
El breve período entre el asesinato de Julio César y el inicio del principado de Augusto (44 – 27 a.C.) es uno de los más interesantes de la historia de Roma, particularmente desde el punto de vista numismático. El destino de la república ya estaba, para ese entonces, definitivamente sellado. Sólo restaba dirimir quien se transformaría en el sucesor de César como nueva cabeza del mundo romano. Tras la derrota y muerte de Bruto y Casio, Marco Antonio y Octaviano se dividieron el mundo romano. Entre los pocos que les siguieron ofreciendo resistencia se encontraba Sexto Pompeyo, quien acuñaría algunas de las monedas más atractivas de esta convulsionada época.
Una herencia familiar
Para Sexto Pompeyo, la oposición a
los cesarianos era una herencia de familia. El hijo de Pompeyo Magno había
sobrevivido la derrota definitiva de las últimas fuerzas pompeyanas en Hispania
en la batalla de Munda del 46 a.C. y continuado con unos pocos seguidores la
resistencia contra César. Una serie de éxitos contra los lugartenientes harían
crecer su fama y sus seguidores, de modo que en un par de años había reunido en
ejército de seis legiones.
El asesinato de César cambió
radicalmente la situación de Sexto Pompeyo. El senado le permitió recibir parte
de su herencia y le confirió el estratégico mando sobre la flota como praefectus classis et orae maritimae. Pompeyo
estableció su base en Marsella y utilizaría los nuevos recursos para hacerse
del control de Sicilia y transformarla en su base de operaciones. Tras el
establecimiento del triunvirato utilizaría la flota para hostigar el tráfico
marítimo hacia Roma generando problemas de desabastecimiento y hambrunas en la
ciudad que minaban la popularidad de Octaviano con la plebe romana.
En el 42 a. C. Octaviano envió a
la isla a su legado Quinto Salvidieno Rufo con una flota pero éste fue
derrotado de manera decisiva en el estrecho de Sicilia. Tras esta batalla, Octaviano
tuvo que interrumpir las operaciones para concentrar la atención en la campaña
contra Bruto y Casio en Oriente.
Dueño de los mares
Sexto Pompeyo se encontraba en la
cima de su poder. Es de este período que proceden sus acuñaciones, notables por
la originalidad y nivel artístico de sus motivos. Su atractivo diseño y su
rareza las hacen muy codiciadas por los coleccionistas y pueden alcanzar
valores elevados.
A diferencia de Bruto y Labieno,
Sexto prefirió colocar el rostro de su padre en el anverso de sus monedas,
apareciendo el suyo junto con el de aquél sólo en algunos reversos, como el del
exquisito áureo cuya imagen encabeza esta entrada.
Especialmente atractivos son los diseños de los denarios acuñados para conmemorar el triunfo sobre la flota de Salvidieno Rufo, cuyas imágenes acompañan este texto. En uno de ellos vemos una galera adornada con el aquila, el cetro y el tridente delante del Faro de Mesina decorado con una estatua de Neptuno y en el reverso al monstruo Escila. En la otra a Neptuno y un trofeo marítimo.
El fin
En el año 39 a.C., Pompeyo llegó
a un pacto con los triunviros que le permitió afianzar su base de poder
autónoma en la isla de Sicilia. El acuerdo sería, sin embargo, breve. Octaviano
dedicaría un par de años a reunir una flota y contingentes de tropa adecuados
para enfrentar a Pompeyo. Las operaciones iniciaron en el verano del año 36
a.C. bajo el comando de M. Vipsanio Agripa, el brillante lugarteniente de
Augusto, que obtendría la victoria definitiva en la batalla de Nauloco en
septiembre de ese mismo año. Pompeyo lograría todavía huir a Oriente donde
sería finalmente apresado y ejecutado por lugartenientes de Marco Antonio.
sábado, 1 de junio de 2013
El primer romano retratado en una moneda – La estatera de oro de Tito Quincio Flaminino
El primer romano en estampar en vida su rostro en el anverso de una
moneda romana fue Cayo Julio César en el año 44 a.C. Muchos de sus
contemporáneos lo vieron como una innovación inaudita, como un símbolo de sus
aspiraciones monárquicas y como un gesto de intolerable soberbia. Sin duda, fue
uno de los factores que impulsaron la conjuración en su contra. Con frecuencia
se olvida, sin embargo, que existía un importante precedente. Más de 150 años
antes otro romano había consentido que su rostro decorara el anverso de una
moneda -aunque en este caso se trataba de una acuñación griega. Fue el cónsul
del año 198 a.C., Tito Quincio Flaminino.
La Segunda Guerra Macedónica
Tras su triunfo en la Segunda
guerra púnica, Roma se había transformado en la principal potencia militar del
mundo meditarráneo y en la dueña de un importante imperio en Occidente. Hasta
ese momento, sin embargo, su interés en lo que sucedía en el Mediterráneo Oriental
había sido limitado. Eso cambiaría rápidamente a inicios del siglo II a.C. cuando
la república se enfrentaría en la Segunda guerra macedónica con el reino al
norte de Grecia que había sido la cuna de Alejandro Magno. El combate fue extremadamente
duro, pero el cónsul romano Tito Quincio Flaminino obtuvo una de las más
brillantes victorias de la historia de Roma en el campo de batalla de Cinoscéfalos
en el 197 a.C. obligando al rey macedónico, Filipo V, a rendirse.
Para los derrotados, las
condiciones de la paz serían más devastadoras que la guerra misma. Aunque se
permitió a Filipo conservar el trono de Macedonia, se lo forzó a liberar a
todas las ciudades griegas de su dominio, a pagar una indemnización de 1.000
talentos, y a desmantelar su flota de guerra. En los Juegos de Nemea del 196
a.C., Flaminino proclamó -en su nombre y en el del Senado de Roma- la libertad
de los griegos de la dominación macedonia.
La estatera de oro
La moneda cuya imagen acompaña
esta entrada fue acuñada para celebrar este acontecimiento pero se desconoce si
fue producida por el mismo Flaminino o por los griegos agradecidos.
El único elemento romano en la
misma es su leyenda en latín en el reverso, que reproduce el nombre de
Flaminino: T QVINCTI. En todas sus demás
características es una acuñación netamente griega. Sigue el estándar de las
estateras áticas y su estilo es consistente con las acuñaciones helenísticas de
la época.
El retrato del anverso presenta una
brillante combinación de realismo e idealismo en el estilo de las mejores acuñaciones
reales macedonias. La cabeza desnuda, sin corona o diadema, habría sido
sorprendente para los griegos acostumbrados a los retratos reales. Claramente es
una alusión a la declaración de la libertad para los griegos, ya que evidencia
que Flaminino es un simple particualr y no un soberano. Parece probable que
estas monedas fueron producidas principalmente para recompensar el éxito del
ejército romano y sus aliados: la leyenda latina es un indicio en esa
dirección, al igual que el hecho de que varios de los ejemplares conocidos
fueron encontrados en Sicilia o Italia, adonde habrían sido llevados por los
veteranos de regreso a sus hogares. La representación de Nike en el reverso reproduce
la de las acuñaciones de Alejandro Magno.
La otra posibilidad es que hayan
sido producidas por los mismos griegos en homenaje a su liberador. Sabemos que
se rindieron a Flaminino los honores más extravagantes y que, incluso, fue
divinizado en varias ciudades.
Sea como fuere, es muy probable
que se distribuyeran durante la misma celebración de los Juegos Nemeos en el
verano de 196, momento en que vencía el plazo para que Filipo hubiera retirado
sus guarniciones de todas las ciudades griegas.
Se conocen unos once ejemplares
de esta moneda: cuatro se encuentran en museos (Atenas, Berlín, Londres y
París) y seis en manos privadas. El ejemplar que encabeza esta entrada formó
parte de la mítica colección Bunker Hunt.
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