sábado, 27 de octubre de 2018

Las monedas más bellas del mundo antiguo - una onkia de Siracusa

onkia siracusa pulpo
SICILIA, Siracusa. Timoleón y la Tercera Democracia. 344-317 aC Æ Onkia (3,69 gr). Anverso: Cabeza de Zeus Eleutherios hacia la izquierda, con corona de laurel. Leyenda: ZEYΣ EΛ-E-YΘE [PI] O. Reverso: Pulpo en representación realista y con gran detalle. Σ-V-PA-KO-ΣI-Ω-N. Magnífico ejemplar con pátina de color verde oscuro, posiblemente uno de los mejores que existen de esta acuñación.


La historia de Siracusa


Durante todo el siglo IV a.C., Siracusa, una de las mayores ciudades griegas en la isla de Sicilia, tuvo una tortuosa historia política marcada por el gobierno de poderosos (y muy crueles) tiranos y por muy frecuentes revueltas y conflictos.

Tras una serie de terribles tiranías, Hicetas se había adueñado del poder en Siracusa con apoyo de los cartagineses, los enemigos de los griegos por el control de Sicilia. Los siracusanos apelaron a su metrópolis, Corinto, para que enviara fuerzas y un líder que pudieran ayudar en la expulsión de Hicetas y en el establecimiento de un gobierno estable y democrático.

Los ciudadanos de Corinto eligieron a Timoleón para que tomara el control de Siracusa, y expulsara del poder al gobierno respaldado por los cartagineses. Timoleón tuvo considerable éxito y su gobierno provocó un renacimiento cultural y político con lineamientos democráticos. Sería uno de los períodos más prósperos de la larga historia de esta ciudad.

Las monedas del régimen de Timoleón


El renacimiento ocasionado por el gobierno de Timoleón se reflejó también en las monedas de Siracusa, con la introducción de nuevas denominaciones y de cuños grabados con gran calidad artística.

Entre los nuevos motivos se encontraba una serie de monedas en múltiples denominaciones con Zeus Eleutherios (el Libertador) como principal tipo de anverso. Los retratos del dios son siempre muy logrados. 

La moneda cuya imagen acompaña esta entrada es un ejemplo particularmente notable de esa serie. Una pequeña pieza de bronce que, a pesar de su escaso valor, cuenta con motivos diseñados con enorme detalle. El pulpo del reverso es particularmente llamativo por la precisión con la que está representado. Sus ocho brazos cubren todo el campo de la moneda y su enorme cabeza ocupa el centro. Podría pasar por la ilustración de un tratado de biología marina!

sábado, 20 de octubre de 2018

La moneda que “cambió” la fecha de la destrucción de Pompeya


denario Tito Pompeya

Testimonios sobre la erupción del Vesubio


Nuestra principal fuente de información antigua sobre la erupción del Vesubio que en el año 79 d.C. destruyó las ciudades romanas de Pompeya y Herculano son dos cartas del senador romano Plinio el Joven. Las mismas fueron escritas unos 25 años después de los acontecimientos. El tío de Plinio, Plinio el Viejo, había perdido su vida en la erupción y su sobrino escribió estas cartas para relatar lo sucedido a su amigo, el historiador Cornelio Tácito. En una de esas cartas, Plinio afirma que la erupción se produjo el 24 de agosto. Esta fecha fue aceptada universalmente y es la que figura en todos los libros, a pesar de que con el tiempo se fue acumulando importante evidencia que sugería una fecha más tardía.

El historiador antiguo Dion Casio, por ejemplo, afirma que la erupción ocurrió al final del período de cosecha, que se extendía entre agosto y noviembre. Sin embargo, él escribió unos 150 años después de los hechos, por lo que el valor de su testimonio siempre ha sido juzgado muy inferior al de Plinio. Los principales argumentos contra una fecha en agosto provienen, sin embargo, de información obtenida en las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en Pompeya. Un hecho especialmente llamativo es que las frutas y hortalizas halladas carbonizadas en las excavaciones corresponden al otoño y no al verano, al igual que la vestimenta de los cuerpos encontrados. También indicaría una fecha de otoño la evidencia de que la vendimia se encontraba en proceso al momento de la erupción.

Sin embargo, todo esto parecía evidencia demasiado circunstancial como para descartar el testimonio de un testigo directo como Plinio el joven.

Nueva evidencia de la "casa del brazalete de oro"


Evidencia de mayor peso sería proporcionada por la numismática. El 7 de junio de 1974, durante las excavaciones de una vivienda de Pompeya conocida como la "Casa de la pulsera de oro" (Casa del bracciale d'orose descubrió un conjunto de 180 monedas de plata y 40 de oro junto con los cuerpos de un grupo de personas que, evidentemente, no pudieron escapar y fueron sepultados por las cenizas y la lava en el interior de la residencia.

brazalete de oro Pompeya
Brazalete de oro hallado en Pompeya que da su nombre a una de las viviendas de la ciudad

La casa recibe su nombre de un fantástico brazalete (imagen arriba) o pulsera encontrado en la muñeca de una de las víctimas enterradas allí por la erupción. Pesa 610 gramos y representa dos cabezas de serpientes que sostienen un disco con la cara de Selene, la diosa de la Luna. La calidad de la manufactura y el valor del metal constituyen un claro indicativo del nivel social y económico de los ocupantes de la vivienda.

Las monedas se encontraron en un contexto arqueológico estratificado que demostraba sin lugar a dudas que fueron enterradas en las etapas iniciales de la erupción y no añadidas con posterioridad a la misma. Aunque fue un hallazgo muy importante, no atrajo demasiada atención en su época y las monedas fueron simplemente almacenadas por algunas décadas en las bóvedas del Museo Arqueológico de Nápoles.

Un denario de Tito que cuestiona la datación tradicional


Denario de Tito hallado en Pompeya
Imagen del denario de Tito hallado en la "casa del brazalete de oro"

Las monedas permanecieron en las bóvedas del museo hasta el 2006, cuando la arqueóloga Grete Stefani finalmente las catalogó e hizo un descubrimiento sorprendente

Entre ellas había un denario del reinado de Tito, el emperador al momento de la erupción. Por supuesto, esto en sí mismo no era lo sorprendente, monedas de los emperadores flavios son las más comunes en Pompeya. El problema era que se trataba de una emisión particular que por la referencia "IMP XV" en su leyenda podía datarse a septiembre del año 79, es decir, un mes tras la supuesta fecha de la erupción que la habría sepultado! La referencia era, por supuesto, a la decimoquinta aclamación imperial de Tito, que sabemos por otras fuentes que ocurrió en ese mes. Otros autores han cuestionado la datación de la moneda, afirmando que también podría haber sido acuñada en julio-agosto. De todos modos, sería difícil que la moneda hubiera llegado tan rápido a Pompeya.

El artículo en que Grete Stefani presenta sus conclusiones puede verse online aquí (en italiano). Para ella, la datación más probable de la erupción sería el 24 de octubre, una fecha que aparece en algunos manuscritos de las cartas de Plinio el joven y que tal vez fuera la que verdaderamente escribió este autor en su obra.

En el anverso de la moneda vemos la cabeza de Tito con corona de laureles hacia la derecha acompañada de la leyenda IMP TITVS CAES VESPASIAN AVG P M. En el reverso encontramos a capricornio sobre un globo, acompañado de la leyenda TR P VIIII IMP XV COS VII P P. El motivo del capricornio es una reproducción de otro acuñado originalmente por Augusto en referencia a su signo zodiacal.

Una nueva prueba: un grafiti con fecha


nuevo grafiti Pompeya
El nuevo grafiti hallado en Pompeya en 2018 que incluye una fecha: 17 de octubre

La evidencia de esta moneda no ha sido suficiente para que la fecha tradicional de la erupción sea completamente dejada de lado. Sin embargo, el hallazgo muy reciente de un grafiti ha añadido una nueva prueba que podría terminar de confirmar la datación tardía. Se trata de un breve texto escrito con carbón en una pared, que contiene la fecha de octubre 17 (XVI. K NOV). Si bien no hay referencia a un año, todo indica que sería un texto poco anterior a la erupción, pues de lo contrario se habría borrado rápidamente por la forma en que estaba escrito.

La investigación de Grete Stefani es un ejemplo muy elocuente del enorme valor de las monedas como fuentes históricas, y de la información que pueden aportar..

domingo, 14 de octubre de 2018

La primera moneda de Julio César

Julio César

Julio César y su carrera política


Cayo Julio César nació en el seno de una familia patricia de gran tradición, que remontaba sus orígenes hasta la misma diosa Venus, pero que en las generaciones inmediatamente anteriores no había tenido acceso a las mayores distinciones. La figura determinante de su niñez y adolescencia fue su tío Cayo Mario, el gran líder de los populares, quien influiría de manera determinante en el curso de su carrera política.

El joven Julio se revelaría como un político de excepcional habilidad. Logró sobrevivir el caos de las proscripciones de Sila e iniciar un ascenso rápido por el cursus honorum gracias a su talento para captar el favor popular y para establecer alianzas con los líderes políticos más poderosos, Craso y Pompeyo.

En el 59 a.C., César alcanzó el consulado y posteriormente se desempeñó como gobernador de la Galia. Usaría este puesto como trampolín para construir un ejército propio y afianzar su prestigio y riqueza mediante una serie excepcional de guerras de conquista contra los pueblos galos. 

La guerra civil y la acuñación de su primera moneda


El creciente poderío de César llevaría, desde el año 49 a.C., a una guerra civil contra su viejo aliado  Pompeyo y sus enemigos en el senado, decididos a destruirlo. Hasta este punto de su carrera, César no había tenido ocasión de acuñar monedas pero, inmerso en la guerra civil, comenzó a utilizarlas como medio de propaganda. En este punto, como en tantos otros, César revelaría un talento superior al de sus contemporáneos.

Denario Julio César elefante
Denario de Julio César - 49 a.C. - acuñado en ceca militar móvil. Anverso: Elefante avanzando a la derecha, pisoteando serpiente. Reverso: CAESAR en exergue / Implementos pontificios: cucharón (simpulum), aspersor (aspergillum), hacha (securis) y gorra de pontífice (ápice). Crawford, Roman Republican Coinage, 443/1.
 

Durante la guerra contra las fuerzas de Pompeyo, César organizó una ceca móvil para poder contar con las monedas necesarias para financiar su esfuerzo militar. Un segundo objetivo de sus acuñaciones era servir como propaganda en la feroz guerra ideológica contra sus adversarios. 

La primera moneda producida por César fue un espectacular denario con su nombre (en el exergo) y un elefante aplastando una víbora en el anverso y los emblemas del pontífice (puesto sacerdotal que César ocupaba) en el reverso. Los especialistas han debatido mucho sobre el significado de estos motivos, y toda interpretación es sólo una hipótesis. 

En mi opinión, la interpretación más probable es la que afirma que el elefante aplastando la víbora es un símbolo del triunfo del bien sobre el mal, es decir, de César sobre sus adversarios. El elefante era, aparentemente, un motivo asociado a la tradición familiar de César (no todos los expertos coinciden, Crawford rechaza esta afirmación de las fuentes antiguas: pág. 735 n. 2). La representación del animal victorioso indicaría la confianza de César en la justicia de su posición y en la seguridad de su triunfo final. El reverso completa el mensaje al demostrarnos la piedad de César frente a los dioses y, en consecuencia, el favor de éstos para su causa.

sábado, 13 de octubre de 2018

El doble florín de Eduardo III de Inglaterra – una de las monedas más valiosas del mundo


doble leopardo de oro de Eduardo III anverso

La revolución comercial de finales de la Edad Media y el éxito del florín


Desde los siglos XI y XII, Europa experimentó un notable renacimiento económico que se hizo visible en una gran expansión del comercio y de la vida urbana. Una de las ciudades que más se destacó en esa nueva economía mercantil fue Florencia, en el norte de Italia, que se transformó en un centro de las finanzas y de la industria textil. Uno de los símbolos más visibles de su éxito fue el enorme prestigio alcanzado por su moneda, el florín de oro, que comenzó a acuñarse a mediados del siglo XIII y pronto ganó gran aceptación por todo el continente, al punto que hoy se lo considera como “el dólar de la Edad Media”.

El éxito del florín llevó a que otros estados europeos quisieran tener una moneda semejante y comenzaran a imitarlo. El reino de Francia fue uno de ellos, y los florines franceses fueron ampliamente usados en Europa occidental durante el siglo XIV.

doble leopardo de oro de Eduardo III reverso

Los florines ingleses de Eudardo III


En 1343, el Parlamento inglés solicitó a su monarca, Eduardo III (que reinó entre 1327 y 1377), la introducción de sus propias monedas de oro para facilitar al comercio del reino con Flandes (es decir, con los países bajos). La propuesta fue aceptada y las nuevas monedas comenzaron a acuñarse a principios de 1344 en tres denominaciones inspiradas en el florín de Florencia, con pesos teóricos de aproximadamente 7, 3,5 y 1,75 gramos de oro puro. Es decir que la moneda de mayor valor pesaría lo mismo que dos florines florentinos.

Eduardo III rey de Inglaterra 1327-1377
Retrato de Eduardo III, Rey de Inglaterra 1327-1377

Si bien el estándar de peso de las monedas se basaba en el florín florentino, su diseño se inspiraría en las monedas francesas. En el anverso de la denominación mayor podemos ver al rey sentado en su trono, sosteniendo un orbe y el cetro, flanqueado por dos leones o leopardos (por los cuales la moneda sería conocida como “doble leopardo), y detrás un dosel gótico con un fondo de flores de lis. Las flores de lis y el título 'rey de Francia' incluido en la leyenda reflejan las pretensiones de Edward sobre el trono francés que fueron la causa de la célebre “Guerra de los cien años”. La escena es rodeada por una grafila de puntos y por la leyenda EDWR D GRA REX ANGL ⁊ FRANC DNS HIB (Eduardo, por la gracia de Dios, rey de Inglaterra y Francia, y señor de Irlanda), pero los pies del rey salen del círculo interior y la interrumpen.

El diseño del reverso es más sencillo. Allí vemos a la cruz real dentro de un quadrifolio (la figura compuesta por cuatro semicírculos). Alrededor en el campo se encuentran cuatro leones. La leyenda reproduce un verso del evangelio según Lucas (4.30): IHC TRANSIENS PER MEDIVM ILLORVM IBAT (Pero Jesús, pasando entre medio de ellos, se fue).

Doble leopardo de Eduardo III

Una moneda sobrevaluada


Las nuevas monedas de Eduardo III fueron un rotundo fracaso. El valor del doble leopardo se fijó en seis chelines de plata, pero su contenido de oro era insuficiente para esa equivalencia, por lo que los comerciantes se negaron a aceptarla. En consecuencia, tan sólo unos pocos meses después de su introducción, a mediados de 1344, la acuñación de los nuevos florines fue suspendida y la gran mayoría de las piezas fueran reclamadas por la corona y fundidas. Los funcionarios de Eduardo III aprenderían del error y producirían una nueva moneda de más peso, el noble, que tendría mucho más éxito.

Como los florines de Eduardo III se acuñaron por un período de sólo unos seis meses y la gran mayoría de ellos fue fundida cuando se los sacó de circulación, muy pocos ejemplares han sobrevivido. Se encuentran por ello entre las monedas más raras -y también valiosas- de la historia de Inglaterra.

Del doble leopardo sólo se conocen hoy tres ejemplares. Dos fueron hallados accidentalmente en 1857 y se encuentran en el Museo Británico. El tercero fue hallado por un detectorista en el 2006 y se encuentra en posesión privada como parte de una de las colecciones más valiosas del mundo. Ha sido valuada recientemente en aproximadamente 6.5 millones de dólares. Los ejemplares del museo británico se encuentran en mejor estado y su valor debería ser mayor.

sábado, 6 de octubre de 2018

¿Cuál es la colección privada de monedas más valiosa del mundo?

Una and the Lion - Una y el león 5 libras
Moneda de oro de 5 libras de la Reina Victoria de Inglaterra "Una y el león"

Una colección a la altura de las más grandes del pasado - la increíble "Colección Tirano"


Algunas de las páginas más interesantes de la historia de la afición numismática se ocupan de las más valiosas colecciones de monedas, reunidas por coleccionistas que además de una gran pasión, tenían también los recursos suficientes como para poder adquirir piezas de gran interés y atractivo. Me refiero a las colecciones de figuras como el rey Farouk de Egipto o el magnate petrolero Nelson Bunker Hunt.

En las condiciones actuales del mercado numismático mundial, reunir colecciones como las de estos personajes casi legendarios parece imposible. Sin embargo, a finales de 2017 se divulgó la noticia de la existencia de una nueva colección capaz de rivalizar con las más famosas del pasado. Sólo se conoce hasta ahora una parte de la colección, por lo que no puede estimarse su valor total, pero todo indica que sería de varios cientos de millones de dólares (!).

Su dueño permanece anónimo por lo que la colección ha sido bautizada a partir del tema que la ha inspirado como la “Colección Tirano” (The Tyrant Collection).

Estatera de Éfeso
Estatera de Éfeso


El tema de la colección


La colección pretende enfocarse en acuñaciones de todos los períodos y culturas, e incluir monedas (preferentemente de oro) con el retrato o el nombre de todos los gobernantes autocráticos del pasado, de allí el título. El ambicioso objetivo es reunir por lo menos una moneda de todos los gobernantes autocráticos que rigieron territorios con una población importante en los últimos 2.000 años.

Hacia su interior, la colección está organizada a partir de las civilizaciones o culturas a las que pertenecen las monedas, referidas por el nombre de algún mar, río u otro curso de agua semejante que haya sido relevante para la misma. Así, la sección de la colección referida a los reyes de Inglaterra es designada “tiranos del Támesis”. Otras secciones cuyas monedas han sido difundidas incluyen “Tiranos del Tigris y el Éufrates” y “Tiranos de los mares Adriático y Tirreno”.

Moneda de oro del rey Creso de Lidia
Moneda de oro del Rey Creso de Lidia

Exposiciones y catálogos de la colección


El coleccionista desea permanecer anónimo, pero ha organizado una serie de exposiciones de las diferentes secciones de su colección para que se aproveche el potencial educativo de la misma. La primera exposición tuvo lugar en el marco de la exposición numismática de Long Beach en febrero de 2018 y se centró en moneda inglesa bajo el título “Tiranos del Támesis”. La segunda fue en el mismo lugar en junio de ese mismo año y se enfocó en monedas del Oriente antiguo (Tiranos del Tigris y el Éufrates). Finalmente, se llevó a cabo una tercera en septiembre sobre monedas de toda la historia de Italia (Tiranos de los mares Adriático y Tirreno).

Doppio Ducato del rey de Francia Luis XII como duque de Milán
Doppio Ducato del rey de Francia Luis XII como duque de Milán 1499-1512

Se ha organizado un sitio web con información sobre las secciones de la colección ya mencionadas, que incluye fotografías de alta calidad de las diferentes monedas. También pueden adquirirse catálogos impresos con las piezas más importantes de cada sección.

Si uno posee una moneda que podría ser de interés para el coleccionista, existe un email de contacto para ofrecerla.

La colección incluye una sorprendente cantidad de ejemplares de excepcional importancia y valor, muchas veces, monedas únicas o de la máxima rareza. Las imágenes de algunas piezas acompañan esta entrada a modo de ejemplo. Podrían elegirse muchas otras de la increíble riqueza reunida por el anónimo coleccionista.

martes, 2 de octubre de 2018

La primera moneda con cara y cruz

primera moneda con cara y cruz
Pequeña moneda de bronce AE 4 de Teodosio II - La primera en llevar una cruz en su reverso

La expresión “cara o cruz” se volvió proverbial en lengua castellana porque muchas de las monedas españolas de la época imperial tenían el retrato del rey en el anverso y una cruz en el reverso. Por eso es una expresión muy usada todavía hoy en España y muchos países de América Latina, por más que las monedas contemporáneas de estos países, salvo raras excepciones, ya no llevan cruces. 

Pero las monedas con cara y cruz son en realidad mucho más antiguas, al igual que la práctica de apostar con ellas ¿Sabéis cuál fue la primera moneda con “cara y cruz”?


La cruz, de símbolo de tortura a emblema de fe


Para los antiguos romanos hubiera sido impensable colocar una cruz como símbolo en sus monedas. ¿Por qué? Porque para ellos la cruz era un símbolo terrible de tortura y castigo. La cruz era el instrumento para la aplicación de la pena de muerte más severa e infamante, a la que se destinaba sólo a personas de bajo rango. En ese sentido, equivalía a lo que en épocas más recientes podían representar una horca o un patíbulo. 

La historia de la crucifixión y resurrección de Jesús llegaría a modificar profundamente el significado de la cruz en la Antigüedad. Sin embargo, su imagen negativa era tan fuerte y estaba tan arraigada que los primeros cristianos no la utilizaron como símbolo, prefiriendo el uso de un sencillo pez  porque esta palabra en griego (ichthys) se correspondía con las iniciales de la frase “Jesucristo, hijo de Dios, salvador”. Posteriormente, el emperador Constantino adoptaría, tras su conversión al cristianismo, el crismón como emblema de su nueva fe, y éste sería el primer símbolo cristiano representado en una moneda.



La primera moneda con cara o cruz - un AE 4 de Teodosio II


Sería sólo unos 100 años después de la conversión de Constantino que el emperador romano de Oriente Teodosio II (401-450 d.C.) incluiría la primera cruz en sus monedas, una señal de los grandes avances en la difusión y consolidación del cristianismo en ese período. Para ese momento, claro está, la cruz ya había dejado de utilizarse como herramienta para imponer la pena de muerte.

Una cruz rodeada de una corona de laureles decora el reverso de gran parte de las monedas de bronce de Teodosio (conocidas en la numismática como AE 4), el circulante barato utilizado por la población pobre en sus intercambios económicos cotidianos. En el anverso, como era habitual, encontramos el busto del emperador. Sólo mucho más tarde, en el siglo VII, el rostro de Jesucristo ocuparía por primera vez la cara de una moneda acuñada en Constantinopla.

La población del Imperio Romano de Oriente fue, entonces, la primera en poder apostar a “cara o cruz” al lanzar una moneda al aire. Un juego que, dicho sea de paso, sabemos por Macrobio que los romanos de la época practicaban, así que es probable que ellos hayan sido también los primeros en usar esa expresión.