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¿Cómo saber el valor de una moneda antigua? |
Permanentemente recibo consultas de personas que quieren saber el valor de una moneda que poseen. Ya que no me es posible, por cuestiones de tiempo, responder individualmente a todas las preguntas de este tipo que recibo, redacté hace ya unos años la primera versión de esta entrada para contar con un texto estándar al que derivar a los que me preguntaban. Ahora he actualizado diversos datos y links y vuelvo a publicarla para que cumpla la misma función de dar respuesta a las consultas.
Aclaraciones generales – valuación, valor de mercado y valor de venta
La valuación de una moneda
Los factores que afectan el valor de una moneda son complejos, así que os recomiendo primero la lectura de esta entrada al respecto: Valor de monedas antiguas - 10 factores clave que lo afectan.
Una valuación no es más que una estimación. El valor real de una moneda será en última instancia aquel por el cual se lleva a cabo una operación de compra/venta.
Valor de mercado y valor de venta
Un comerciante numismático siempre ofrecerá una cifra sensiblemente menor al ”valor de mercado” de una moneda (generalmente un 50% menos), pues él pretende hacer una ganancia mediante la reventa. El porcentaje puede parecer alto pero no lo es si tenemos en cuenta que es muy probable que venderla tome un tiempo considerable y que requerirá esfuerzo y conocimiento.
La alternativa es la consignación de la pieza a un comerciante especializado (muchos ofrecen este servicio, por lo menos a sus clientes) o a una casa de subastas (esto sólo es posible por lo general en el caso de monedas de mayor valor e interés). Además, el proceso de venta demorará por lo menos algunos meses y el valor final a obtener es incierto pues depende del resultado de la puja entre los eventuales interesados. También puede suceder que no haya interesados y que el lote quedé sin vender.
El valor de una moneda antigua - Conseguir una opinión fundada
¿Dónde puede encontrársela? Lo más fácil es recurrir a una tienda numismática o especializada en bienes coleccionables, a un club o asociación numismática, o a una casa de subastas. En algunos países es posible consultar, además, instituciones públicas como museos, institutos o asociaciones. En todos estos lugares puede, además, obtenerse por lo menos una opinión sobre si la pieza en cuestión es auténtica.
Realizar una consulta de este tipo puede, además, implicar ciertos costos, por lo menos de viaje. Internet puede, en ese caso, ser de ayuda, pero sólo como una primera aproximación al problema, para ver si la moneda que tenemos amerita mayores esfuerzos y gastos para conseguir la opinión de un experto.
Buscar información en la web
También puede ser muy útil consultar los resultados de subastas ya completadas en el sitio sixbid. Sixbid no es un catálogo, es la mayor plataforma para participar online de las subastas numismáticas más importantes del mundo. Su utilidad deriva de que incluye información sobre los precios alcanzados en las subastas ya terminadas.
Si es posible identificar nuestra moneda y encontrar el valor alcanzado por otro ejemplar semejante, eso nos proporcionará un importante punto de referencia sobre el valor de nuestra pieza. Es importante tener en cuenta, sin embargo, que aun pequeñas diferencias entre dos ejemplares de una misma acuñación pueden hacer que su valor cambie muy significativamente. Lo más importante son las diferencias en el grado de conservación, es decir, su gradación.
Gradación
El valor de dos ejemplares de una misma acuñación puede variar enormemente de acuerdo al estado respectivo de cada uno. Existe una escala para expresar en forma clara la condición en que se encuentra una moneda. Se trata de una convención general que es utilizada internacionalmente (Para saber más de esta escala podéis leer esta entrada sobre la gradación de monedas antiguas). Sólo un especialista puede certificar la gradación de una moneda, pero con un poco de atención cualquiera puede formarse una idea aproximada de en qué nivel se ubica un ejemplar específico.
El único problema que presentan los catálogos impresos es que pueden quedar rápidamente actualizados. Por ello es siempre mejor intentar consultar sus ediciones más recientes.
Conclusión ¿qué hacer?
En conclusión, a todos los que me preguntan les recomiendo el siguiente curso de acción: Si no es posible consultar con facilidad a alguien que cuente con conocimientos numismáticos, entonces hay que realizar una investigación preliminar aprovechando los recursos de internet para tener una primera idea del valor de una moneda. Dependiendo de los resultados, uno puede entonces decidir si la moneda amerita invertir algo de dinero y esfuerzo en encontrar una opinión informada.